El buque escuela de la Armada Española, el Juan Sebastián de Elcano, ha regresado el pasado domingo del que ha sido su crucero de instrucción número 96. El buque de cuatro mástiles atracó en el puerto de Cádiz, donde medio millar de personas recibieron entre vítores a su tripulación. El próximo viaje contará con la presencia de la princesa Leonor que formará parte de su formación militar y seguirá los pasos de su padre, el Rey Felipe VI en la primera mitad de 1987 en el crucero número 58.
Después atracar y desembarcar en el muelle, el capitán del navío, Luis Carrera-Presas do Campo, explicó ante los medios que "el barco se mantiene muy bien y ha sido extraordinariamente seguro" pese a su cercanía al centenario. El oficial se felicitó también por haber cumplido la doble misión de "contribuir a la formación de 82 guardiamarinas y de la marinería, y de afianzar la acción exterior representando a España".
El navío
El buque escuela Juan Sebastián de Elcano es un bergantín-goleta de la Armada Española de cuatro palos con trinquete cruzado. Cada uno de los mástiles fue nombrado a raíz de los cuatro buques escuela que precedieron a Elcano: Blanca, Almansa, Asturias y Nautilus. Con 113,1 metros de eslora, 13 de manga y 3.770 toneladas de peso está propulsado tanto por su velamen como por el motor que tiene instalado y cuenta con una dotación de 197 marineros.
El navío recibe el nombre en honor al célebre explorador español Juan Sebastián Elcano, quien completara la primera circunnavegación al mundo en 1522. La expedición salió bajo el mando de capitán Fernando de Magallanes pero tras su muerte durante el viaje, el propio Elcano continuó y concluyó el viaje. El barco lleva el escudo de armas de Elcano, que fue otorgado a la familia por el emperador Carlos I tras completar la primera vuelta al mundo. El escudo de armas es un globo terráqueo con el lema -por encima del mismo- en latín «Primus Circumdedisti Me» («Fuiste el primero en circunnavegarme»).
La nave fue construida en los astilleros gaditanos “Echevarrieta y Larrinaga” y botado un 5 de marzo de 1927. El coste del buque fue de 8.189.532 pesetas de la época -equivalente a unos 49.220 euros-. En casi cien años el Juan Sebastián Elcano ha navegado por todos los mares y océanos del mundo aguantando fuertes vendavales y tormentas y ha atracado en los más distinguidos puertos alrededor del globo. A su espalda, el insigne busque escuela lleva diez vueltas al mundo.
El 'Elcano' tiene dos objetivos; el primero es el de contribuir a la formación de los guardiamarinas, futuros oficiales de la Armada, del Cuerpo General y del Cuerpo de Infantería de Marina. Este bergantín-goleta de cuatro palos es también 'embajador' -su segunda misión- y presta servicio como a la política exterior del Estado español, portando la insignia nacional a todos los países en los que atraca, y recibiendo a bordo a distintas autoridades extranjeras.
El Juan Sebastián de Elcano cuenta con un hermano gemelo, el chileno buque escuela Esmeralda -coloquialmente conocido como La Dama Blanca- que también construido en el mismo astillero y fue entregado a Chile como pago por las deudas contraídas durante la Guerra Civil Española.
Crucero de instrucción número 96
En su crucero de instrucción número 96, el 'Elcano' ha navegado más de 20.500 millas entre los océanos Atlántico y Pacífico durante 190 días y con 82 damas y caballeros guardiamarinas, del tercer curso de la Escuela Naval de Marín. El viaje partió de Cádiz el pasado 13 de enero, haciendo su primera escala en Las Palmas a finales del mismo mes. Ya en febrero, el navío llegó a la costa brasileña atracando en Fortaleza, su siguiente parada fue Santo Domingo, República Dominicana, en marzo. Ese mismo mes, el bergantín-goleta alcanzaba Panamá y cruzaba hacia el Pacífico en dirección Manzanillo, México, donde hizo escala tres días y tras la cual se dirigió a San Diego, atracando en la ciudad estadounidense en abril. En mayo, el Juan Sebastián de Elcano volvía a cruzar el canal de Panamá para dirigirse a Nueva Orleans y navegar por Mississippi a donde llegó a mediados de mes. En junio hizo su última etapa en América, atracando en Boston a principios de mes y después se dirigió a Londres, Reino Unido, navegando a través del Támesis. Para mediados de este mes el buque escuela llegaba la base de Armada en Marín y el 21 de julio atracaba en el mismo puerto den donde zarpó, Cádiz.
Tras su llegada a la ciudad andaluza y recibir a los medios el capitán del navío celebró: "Este barco en su historia ha llegado a 205 ciudades y ha realizado 1.200 visitas a puerto, y es maravilloso sentirnos tan bien acogidos cada vez".
"Lo más importante ahora mismo son las personas que tenemos en el muelle esperándonos", resaltó a fin de eludir cualquier cuestión o detalle sobre el próximo viaje que contará con la presencia de la princesa Leonor. "Tengo tres princesas esperándome abajo", añadió para zanjar el asunto. La mayor parte de las personas que se reunieron en el puerto gaditano eran familiares de aquellos marineros que se embarcaron allá por enero y que, seis meses más tarde han vuelto en brazos de sus seres queridos.
"Es verdad que ahora existen las videollamadas y puedes saber casi cada día cómo están, pero se hace muy duro", explicaba la madre de un marino de San Fernando, palabras recogidas por EFE, a quien esperaba además su novia y el resto de la familia.
Esa misma tarde, el buque escuela volvió a desplegar su velamen para dirigirse a la base naval de La Carraca en San Fernando (Cádiz) donde hasta enero será sujeto de pruebas de navegación y sistemas para preparar la nave de cara a enero del año que viene y a su crucero número 97.
La hazaña del Cabo de Hornos
Cabo de Hornos, el punto más meridional de Latinoamérica, lugar donde se juntan los océanos Atlántico y Pacífico y un paso que se sitúa entre los más desafiantes para navegar. Casi 800 naufragios se han reportado desde el siglo XVI en esas aguas de naves que trataban de cruzar de un océano a otro. Este área ya es en sí complicada, ya que la unión de los dos océanos revuelve la mar, y los vientos son fuertes y cambiantes. La hazaña, lograda en marzo de 2023, que enorgulleció a esa tripulación no fue simplemente atravesarlo, sino hacerlo a vela, para lo cual, además de la destreza de toda la tripulación, las condiciones climatológicas han de ser idóneas. Este hito, hizo que el Juan Sebastián de Elcano hiciera historia.