El halo de misterio en torno al paradero de Juan Carlos I tras su salida de España podría empezar a disiparse en unos días ya que la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, tiene previsto viajar a República Dominicana a la toma de posesión del presidente electo, Luis Abinader, el próximo 16 de agosto, según desvelaron fuentes diplomáticas a Vozpópuli.
Tanto la República Dominicana como Portugal han sido los países mencionados desde el lunes como los posibles destinos del rey emérito tras abandonar España, pero sus respectivas capitales han negado la presencia del anterior jefe del Estado en su territorio.
El embajador dominicano en España, Olivo Rodríguez, estuvo este martes en la sede del Ministerio de Asuntos Exteriores para preparar esta visita y despedirse del equipo de González Laya pues en una semana concluye su trabajo diplomático en Madrid.
Rodríguez reiteró la invitación oficial de su país para que sea Felipe VI quien represente a España en la citada toma de posesión, pero desde Exteriores se rechazó tal posibilidad tras las últimas noticias de Juan Carlos I y se puso sobre la mesa la opción de que vaya González Laya a Santo Domingo.
El embajador no puso objeciones y adelantó que el presidente electo Abinader estará encantado de recibir a la jefa de la diplomacia española. La decisión última sobre la representación de España en dicha toma de posesión corresponde a La Moncloa y aún tiene que ser aprobada en Consejo de Ministros.
El problema del coronavirus
Las autoridades dominicanas eran conscientes desde hace algunas semanas de que los problemas que ocasionan el coronavirus y el hecho de que la toma de posesión caiga a mitad de agosto iba a influir en el nivel de asistencia de las delegaciones extranjeras. Y asumen que la presencia de mandatarios no será tan numerosa como en condiciones normales.
Felipe VI asistió desde mediados de los noventa a cada una de las tomas de posesión en el continente iberoamericano cuando era príncipe de Asturias, pero tras la abdicación de su padre sólo ha ido a tres: las de Andrés Manuel López Obrador (México) en diciembre de 2018, Laurentino Cortizo (Panamá) en junio de 2019 y Luis Lacalle (Uruguay) en febrero de este año.
En el resto de las tomas de posesión del continente hermano, España ha enviado a los presidentes del Congreso y del Senado por ser la tercera y cuarta autoridad del Estado tras el rey sy el presidente del Gobierno, pero nunca a uno de los ministros de Asuntos Exteriores que han precedido a González Laya en el reinado de Felipe VI -José Manuel García Margallo, Alfonso Dastis y Josep Borrell-.
En el entorno de la ministra se reconoce a Vozpópuli que República Dominicana está ahora "en el foco diplomático" de España ante la posibilidad de que Juan Carlos I fije allí su residencia, aunque sea de manera provisional, de ahí la importancia de que González Laya vaya a Santo Domingo en estos momentos.
El empresario estadounidense de origen cubano José 'Pepe' Fanjul reconoció este martes a El Mundo que había hablado con el rey emérito en los últimos días, si bien dijo desconocer cuáles eran sus planes. "Yo creo que ni él mismo sabe aún sus planes en el exterior en este tiempo. Pero en cualquiera de mis propiedades tiene todas las puertas abiertas”, manifestó el magnate afincado en Florida.
Fanjul es dueño de 'Casa de Campo', uno los complejos más exclusivos del Caribe y que está ubicado en La Romana (República Dominicana). Don Juan Carlos ha estado en varias ocasiones en este enclave turístico, donde incluso la principal calle lleva su nombre. Él mismo la inauguró en mayo de 2015 junto al presidente dominicano, Danilo Medina, quien precisamente entrega ahora la banda presidencial a Abinader.
Las mansiones de Fanjul tienen garantizada la intimidad que necesita el rey emérito, al ser inaccesibles para los no residentes, pero la eventual presencia del monarca en La Romana exigiría un dispositivo de seguridad -por pequeño que sea- que debería ser negociado entre Madrid y Santo Domingo.
En este sentido, la escolta podría ser española, cuyo coste pagaría el Gobierno de Sánchez, pero se abre la posibilidad de que el dispositivo sea mixto, es decir hispano-dominicano. O, en último término, que sea asumido por las autoridades locales ante la mediática residencia de tan ilustre invitado, que mantiene el título de Rey y sigue formando parte de la Familia Real española.
En esa hipotética negociación para que don Juan Carlos se instale en República Dominicana, el papel de la ministra de Asuntos Exteriores puede ser fundamental durante su previsible visita a Santo Domingo en diez días. Aunque todo depende de que el rey emérito decida cruzar el Atlántico.