El lunes 25 de enero, la secretaría de Estado de Comunicación informó de que Iván Redondo había dado positivo por coronavirus. El director de Gabinete de Pedro Sánchez lleva dos semanas fuera de La Moncloa. Pero solo físicamente, porque quienes mejor lo conocen dicen que no ha parado. Y que ha estado tan encima de todo como siempre o quizá más que si estuviera en su despacho. “Está a tope”, aseguran.
Redondo ha permanecido asintomático desde que se le diagnóstico el contagio tras una prueba PCR. Y la previsión es que se reincorpore en los próximos días. Su ausencia obligada de las numerosas reuniones que mantiene al día le ha permitido “estar probablemente más encima de todo”.
“No ha tenido síntomas y gracias a los medios tecnológicos que existen hoy en día… Lo ha hecho todo más sencillo”, explican estas fuentes.
"Menos vernos, todo normal"
Uno de sus colabores más próximos en el Gabinete explica que, menos verse, todo ha funcionado con normalidad. “En mi caso, salvo vernos, normalidad”, explica. “Hemos hablado muchas veces, como siempre. Mensajes. Lo normal, vamos”.
Otro integrante de su equipo asegura que la tecnología le ha permitido mantener su trabajo y “la coordinación permanente entre el Gabinete y el presidente”.
“No observo ninguna alteración, salvo la presencialidad”, dice. “En circunstancias habituales, nuestras relaciones son principalmente telefónicas o por mensajería, con alguno reunión presencial o coincidencia en actos”.
En su opinión, Redondo ha mantenido su ritmo habitual. “La actividad del Gabinete está siendo la de siempre”, dice.
Redondo no ha asistido presencialmente a las reuniones que mantiene el comité de seguimiento del coronavirus, en las que se le suele ver en las imágenes que distribuye el Gobierno. Lo normal es que hubiera estado también en el acto de la Alianza contra la Pobreza Infantil que lideró Sánchez.
La prioridad: Cataluña
En estos días que ha permanecido apartado por la covid-19, la mesa de Redondo ha estado ocupada con asuntos como la ofensiva del PP por el decreto de los fondos. El Gobierno todavía no ha hecho público el dictamen del Consejo de Estado, que fue crítico con las formas del Ejecutivo, tal y como ha informado este diario. Moncloa reaccionó a las críticas tanto de populares como de Ciudadanos admitiendo “observaciones importantes” del Consejo de Estado.
Pero más allá del día a día del Gobierno, Cataluña es ahora la prioridad de Sánchez y por lo tanto de su Gabinete. Todo el Ejecutivo se ha volcado en la campaña de Salvador Illa para las elecciones del 14 de febrero. No hay día sin la presencia de algún ministro o líder del PSOE en algún acto del candidato del PSC. El presidente, por ejemplo, ha hecho doblete en sendos mitines en Tarragona y Lérida.
“Sánchez y Redondo se juegan mucho en la apuesta de Illa”, explican fuentes del partido. “Todo lo demás, cualquier pequeño rifirrafe interno o conflicto se ha aparcado para dar prioridad a Cataluña”.
En esa estrategia ha encajado la sorprendente encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) publicada en el ecuador de la campaña. Existe una sensación de cierto estancamiento y la creencia de que la campaña se puede hacer larga para el PSC. El sondeo del CIS ha sido inédito, pero no ilegal, según reconocen sus adversarios. Y el objetivo ha sido reforzar el papel de Illa como ganador de las elecciones para intentar que siga arrastrando voto.