Un “exhibicionista”. Así califica a Luis Bárcenas un viejo conocido suyo que tuvo despacho en Génova, 13, y conoce bien su altanería. Pero no es el caso de algunos de los actuales dirigentes del PP, los más jóvenes, que se confiesan sorprendidos por la soberbia y el desdén con los que el extesorero se defiende un día con la ‘peineta’ y otro con una demanda por mobbing contra su propio partido… Más de tres denuncias por despido improcedente, robo y maltrato laboral en menos de dos semanas. Hay ministros, como Alberto Ruiz Gallardón, que comentan en voz baja que Bárcenas no tiene en sus manos ninguna bomba de relojería contra el PP, vamos, que va de farol. Sin embargo, otros compañeros suyos de Consejo, más veteranos que él, interpretan que sí atesora un peligroso artefacto en sus manos, ni más ni menos que dos décadas de contabilidad interna, y que se dispone a detonarlo a cámara lenta, quizás la peor de las hipótesis con las que jugaban los asesores de Rajoy en Moncloa y el variopinto equipo que rodea a María Dolores de Cospedal cerca de Colón.
Gallardón comenta en voz baja que Bárcenas va de farol, que no tiene ninguna bomba de relojería contra el PP, aunque otros ministros del Gabinete discrepan de esta opinión
Había voces internas, bien podría decirse que gritos, a favor de que el partido, por fin, demandara al extesorero. Desde que Gallardón, entre otros, iba murmurando que descubrió en Bárcenas “un chorizo” cuando la comisión rogatoria enviada a Suiza destapó los famosos 22 millones, hasta que Génova, 13, ha decidido actuar contra él este miércoles, ha transcurrido mes y medio, un plazo demasiado largo en el que han brotado tensiones, por lo tardío y la naturaleza de la respuesta, y una sensación de acorralamiento y de chantaje que, lejos de disiparse, se acrecienta por días. En Génova, en la Carrera de San Jerónimo y en La Moncloa se observa la arrogancia de Bárcenas como una amenaza intimidatoria, como un desafío al que si no se le planta cara a fondo “puede acabar en resultados fatales para el PP y para el país”, reconoce un alto cargo del partido.
¿Tanto como para precipitar unas elecciones anticipadas?, le han preguntado destacados inversores a los ministros Guindos y Montoro. Y es que los mercados han sido muy porosos al ‘caso Bárcenas’, tanto que desde el equipo económico del Gobierno se ha tenido que responder a los fondos internacionales que Mariano Rajoy juega con la gran ventaja de gobernar con una sólida mayoría absoluta y que un escenario como el italiano, en el que la crisis económica y los escándalos de corrupción retratarían el desplome del bipartidismo, está fuera de lo probable.
Los mercados han sido muy porosos al 'caso Bárcenas' y los fondos han preguntado a Guindos y a Montoro si el escándalo puede precipitar las elecciones y un escenario parecido al italiano
¡Por fin!, exclamó ayer alguien muy cercano a Rajoy cuando conoció la presentación de la demanda contra el extesorero, en la confianza de que entrañe un cortafuegos, el comienzo de una nueva fase que limpie el honor del partido y marque distancias con quien ha disfrutado de nómina y despacho en su sede central hasta el pasado diciembre, tres años y medio después de abandonar la caja del dinero y de los secretos. ¿Cuál será el próximo movimiento de ficha de Bárcenas?, se preguntan en el PP. “Estuvimos rodeados de un atajo de sinvergüenzas y ahora la respuesta la tiene que dar la Justicia…nos tememos que dentro de varios años”, comenta resignado un destacado parlamentario popular que permanece atento a la pantalla