Madrid

Ansiedad y medicación por unos inquiokupas en Madrid: "Me amenazaron con la Policía en mi propia casa"

Una familia de inquiokupas está generando un auténtico calvario a una profesora que ha tenido que estar de baja varios meses por el "daño emocional" que sufre

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Hace dos meses, Inés se armó de valor para regresar a su casa en Madrid. Llevaba mucho tiempo sin volver. Un tiempo en el que ha estado con ansiedad y con medicación por culpa de unos inquiokupas, que se niegan a abandonar el legítimo domicilio de Inés en el Barrio del Pilar de la capital. Esta profesora llamó al telefonillo de su casa y consiguió acceder hasta la puerta. Esta familia de inquiokupas amenazó con avisar a la Policía por la presencia de la propietaria. "El daño económico es grande pero el emocional mucho mayor", detalla en una entrevista para Vozpópuli.

La protagonista de este calvario es Inés, una profesora que trabaja en Segovia, que relata a Vozpópulí durante más de media hora el problema que lleva padeciendo desde hace años. Después de la profunda conversación solo tiene una petición: "No somos un bulo como pretenden hacer creer algunos".

Así, la historia de Inés se remonta a la década de los noventa. Mientras preparaba la oposición con mucho esfuerzo y dedicación se pudo comprar una casa en el número 14 de la calle La Bañeza en el Barrio del Pilar de Madrid. "Me costó mucho, quitarme de muchas cosas", recuerda esta mujer que adquirió sola el inmueble.

El calvario de Inés

El azar del destino propició que esta maestra tuviera que alquilarlo pocos años después sin casi disfrutarlo. Por motivos familiares y laborales se tuvo que ir a Segovia para seguir con su vocación de enseñar a los más pequeños. Los primeros inquilinos, en el año 2003, eran familiares y personas de confianza.

La situación se fue prolongando hasta el 2016 cuando conoció a los futuros inquiokupas. Una mujer separada y su hija que acaba de cumplir la mayoría de edad. "Una persona de una tienda nos puso en contacto y presentaron sus correspondientes avales", relata la propietaria que les cobraba al mes una cantidad de 550 euros.

Una ex dirigente de Podemos ejerce como una de las líderes okupa de un edificio de pisos en Vallecas
Una ex dirigente de Podemos ejerce como una de las líderes okupa de un edificio de pisos en Vallecas

Inés mantuvo durante largos años una relación idónea con esta mujer y su hija. El problema llegó con la enfermedad de la progenitora. Los pagos se demoraron pero siempre al final del año saldaban sus cuentas. El problema llegó en 2022 cuando la propietaria les comunicó que tenían que abandonar el piso porque su sobrino, que es como un hijo para ella, tenía que estudiar en Madrid.

"Como no tengo hijos me hacía ilusión que mis sobrinos pudieran disfrutar de esta casa cuando la necesiten", afirma esta profesora quien nunca especuló con el dinero de la casa. Entendía la necesidad de estas personas y nunca les subió el precio del alquiler.

En cuanto la propietaria les avisó que tenían que abandonar la vivienda los pagos cesaron. Las llamadas no se aceptaron y los mensajes no se respondieron. "El daño económico es grande pero el emocional es mucho más grande", afirma.

Una crisis ansioso depresiva por los inquiokupas

Esta profesora, por la situación con los inquiokupas, estuvo varios meses de baja. "No sabía como enseñarles a los niños que el que se esfuerza tiene su recompensa cuando yo lo he hecho y ahora me lo han quitado", explica entre lágrimas.

A la docente se le diagnosticó una crisis ansioso depresiva porque había somatizado los problemas con estos inquiokupas. Tenía que medicarse para frenar la ansiedad que le generaba un conflicto que se encontró 'sin quererlo ni beberlo'. Esta mujer contactó con el Defensor del Pueblo en una carta. "Dicen que son conscientes de que no hay vivienda social en España y ya se lo han comunicado al Gobierno", añade.

"Me gustaría poder hablar con un ministro y un diputado para que explique a las víctimas la aprobación del Real Decreto. Inés ha reunido las fuerzas para volver a su casa en dos ocasiones en un año. La última fue el 20 de mayo cuando acudió a Madrid para solicitar las compensaciones por los inquiokupas. "Me armé de valor y fue sola a la casa. Llame al timbre y no me querían abrir. Entré al portal y me amenazaron con que iban a llamar a la Policía. Tiene narices. Es mi propia casa y me amenazan", responde enfadada.

Tres desahucios paralizados

La madre tiene buenas palabras hacia Inés. Sin embargo, la hija, que ahora vive en la casa con el novio, no se comporta tan bien. "No se van a ir hasta que les echen o les den una vivienda social", asegura la dueña. El caso de Inés ya está judicializado y cuenta con tres desahucios suspendidos por el último decreto del Gobierno que estará en vigor hasta el 31 de diciembre. "Se prolongará si algún otro partido le chantajea", asume.

Los inquiokupas han roto todos los esquemas de esta profesora. "Han cambiado mi filosofía de vida. Siempre he trabajado para tener lo que tengo y no tiene sentido. La propiedad privada está desapareciendo en nuestro país", lamenta Inés.

Inés cuenta en su lucha con el apoyo de la Plataforma de Afectados por la Ocupación, una asociación apolítica y sin ánimo de lucro constituida, formada por víctimas de ocupación e inquiocupación, cuyo objetivo fundamental es modificar la legislación actual en pro de una ley antiokupación. "Mientras se alcance el objetivo, apoyamos a todas las víctimas de este delito ante la ausencia de otros recursos que apoyen a los afectados", remarcan.

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