La declaración de un testigo protegido ha sido clave para que la Policía Nacional pueda esclarecer dos años después la extraña desaparición de Francisco de Pablo Páez, conocido por Francis, en Hortaleza. Los dos principales detenidos que están en prisión por el crimen han confesado su participación señalan que se motivaron por el miedo que tenían a la víctima, según informan fuentes policiales a Vozpópuli. Una deuda por una plantación de marihuana parece ser el principal detonante de un homicidio que ha estado aletargado hasta hoy.
Fernando e Israel. Israel y Fernando. Estos dos hombres fueron los que acabaron el pasado 21 de marzo de 2022 con la vida de Francis. Ambos reconocen su implicación en los hechos, pero difieren en la versión de la autoría del asesinato. Las confesiones de estos dos varones llegan tras la compleja investigación que ha desarrollado durante años la Policía Judicial del distrito de Hortaleza. Un testigo protegido dio las claves para resolver uno de los crímenes más complicados a los que se han enfrentado.
Un negocio de una plantación de marihuana
El detonante del asesinato de Francis, según el testimonio de los implicados, fue una deuda de unos 300 euros por temas de drogas. La víctima había prestado este dinero a Israel, quien se había gastado el dinero en las tragaperras. Este impago, según Israel, el principal sospechoso, provocó que el importe pasara a ser de 3.000 euros. Una cantidad de la que no podían hacerse responsables los implicados.
Este hombre afirmó que tenía miedo de que Francis hiciera algo a su familia ya que había amenazadas de forma continua y era una "persona peligrosa". El día de los hechos, el 21 de marzo de 2022, manifestó que fue con la víctima en un coche a una finca en Torrejón de Ardoz donde tenían pensado instalar una plantación de marihuana. El dinero de la deuda buscaba financiar la compra de esta sustancia estupefaciente.
El asesinato y traslado de Francis
Israel dijo que Francis estaba nervioso y tuvo intención de agredirle pero le golpeó una sola vez en la cabeza con una barra de hierro. Después trasladaron su cadáver hasta la finca de Aldea del Fresno donde lo ocultaron en una fosa séptica y posteriormente destruyeron el coche con el que se movieron entre estos dos puntos. Para ello tuvieron que acudir a desguace para destruir pruebas, aunque dejaron su rastro.
Fernando por su parte afirmó en su declaración que simplemente ayudó a Israel a ocultar el cuerpo y que no estaba presente en el momento del asesinato. Colaboró en la tarea y nunca se puso en contacto con las autoridades.
Por estos hechos, la Policía Nacional detuvo a un total de seis personas, pero solo Israel y Fernando ingresaron en prisión provisional. Precisamente, este miércoles se volvió a discutir en los juzgados su situación procesa.
El caso ha estado latente en manos del Juzgado de Instrucción número 37 de Madrid. Finalmente, se ha esclarecido que fue un asesinato. Una de las personas que más ha luchado por este caso es el abogado de la madre de Francis, Juan Manuel Medina. El letrado reclamó de forma insistente al juez diligencias para ahondar en la causa. El tiempo le ha dado la razón y se ha confirmado que detrás de esta desaparición estaba un asesinato.
El testigo protegido
La clave de este caso estuvo en la declaración de un testigo protegido que acudió a sede policial a aportar datos sobre el asesinato de Francis. Aportó elementos fundamentales que ayudaron en la investigación de la Policía Nacional. Israel llegó a comentar que cometía el crimen porque "para que llorara su madre, que llorara la de Francisco".
Los agentes de Hortaleza consiguieron las posiciones de los dispositivos móviles de los implicados en el momento de los hechos en Aldea del Fresno. También siguieron sus últimos pasos y confirmaron las sospecha al localizar el cadáver en la fosa séptica. El cuerpo fue reconocido sin ningún género de dudas por una esclava que tenía en su muñeca con el nombre de Francis.