La madre de la bebé que fue violada por su padre en Madrid ya formalizó su cambio de sexo con 22 años. Se define como trans no binaria. Quería hacerlo desde hace varios años pero el proceso lo paralizó en septiembre de 2020, cuando comenzó su relación con Santiago. Sufría malos tratos y un control exhaustivo por parte de su pareja ahora ya en la cárcel. Un inquilino de su casa que fue testigo de todos estos sucesos y los puso en conocimiento de los servicios sociales que solo actuaron cuando fueron reclamados por los agentes de la Policía Nacional.
Santiago, que nació en Venezuela hace 25 años, tuvo una adolescencia problemática con violencia hacia sus padres. Ese fue el motivo que le llevó a emigrar. Aquí en nuestro país es donde siguió con esta dinámica delictiva.
Antes de conocer a su pareja y tener una hija juntos había sido identificado por la Policía acompañado de menores de edad en actitudes extrañas. Frecuentaba el Templo de Debob y Plaza España donde, preferiblemente con niñas, mantenía relaciones gracias a la ayuda de alcohol y estupefacientes.
Conoció a su novia por redes sociales y la convenció para que detuviera su proceso de cambio de sexo. Comenzaron su relación el 13 de septiembre de 2020.
En esa época, los dos vivían en un piso de Aluche donde tenían una habitación libre que alquilaban. Algunos de estos inquilinos llegaron a testificar ante la Policía Nacional. Presenciaron gritos y suciedad por todas partes. También menudeo de droga ya que ambos eran adictos a las sustancias estupefacientes.
La llegada al mundo de la niña no cambió el panorama. Las discusiones entre la pareja, ambos trabajaban en el sector de la hostelería, eran frecuentes. Este chico llegó a comunicarse con los servicios sociales sobre la situación que se vivía en la vivienda, porque no era la más recomendable para la bebé.
La pareja de Sergio desconocía lo que se movía en su cabeza. En su primera detención por pornografía infantil no le contó toda la verdad. En la segunda menos. De ahí que en la mudanza de Aluche a Pinto, tras el segundo arresto, se llevaran también el carrito y los juguetes de la bebé. Esperaban volver a recuperarla.
Unos pocos meses antes del tercer arresto de Santiago, su pareja formalizó su cambio de sexo. Incluso se unió a plataformas de personas trans que luchan por buscar trabajo. En especial, con una entidad que tiene como objetivo visibilizar las barreras de inserción socio-laboral del colectivo trans en nuestro país.
Camarero, tatuador y decorador de bodas
Este trans se considera una persona "sencilla que siempre da el 100 por cien en todo" lo que hace. Ha trabajado en la hostelería como ayudante de cocina y camarero. Dependiente y decorador de boda. Unos trabajos fugaces y precarios con los que tuvo que dejar a la bebé con su compañero de piso porque el padre tampoco estaba.
A este chico también se le investiga. Los agentes sospechan que desconocía el material pedófilo que tenía en su teléfono móvil. Expresó "sorpresa" y "asco" cuando conoció que Santiago había agredido sexualmente a la bebé.
Y es que tras la primera detención en 2021, el juez de instrucción impidió que el pederasta pudiera acceder a las redes sociales. Los investigadores creen que utilizó el dispositivo de su pareja para contactar con otros menores a lo que también hablaba por Instagram y Discord. En estas charlas fantaseaba con tríos y añadir a la niña. Nadie contempló semejante aberración.
La detención de este peligroso criminal fue realizada por los agentes Grupo I de Protección al Menor de la Policía Nacional. Unos funcionarios que están hechos de otra pasta. Cargan sobre sus espaldas las investigaciones más delicadas de pederastas. "Nunca estás preparado para esto", señalan en declaraciones a Vozpópuli.
La 'Operación Renacere' buscaba lo que su propio nombre indica: un renacimiento, una segunda oportunidad para la bebé que estaba siendo agredida por su padre cuando tan solo tenía 6 meses. Los agentes de la Brigada Central de Investigación Tecnológica de la Unidad Central de Ciberdelincuencia aceleraron las pesquisas cuando comprobaron que la menor podría estar en peligro.
Una nueva vida para la bebé
"El panorama que tenía era complejo. Sabía que tenía esa enfermedad mental y que le atraían ese tipo de imágenes y no podía evitarlo", explican estas fuentes. Era tal su ira por su pedofilia que rompió unos de sus dispositivos móviles, que encontraron los agentes en su casa, porque sentía frustración por su situación.
Compartía imágenes "muy desagradables". Tiene el perfil de uno de estos pederastas que no cambia porque necesita este material en su vida. Después de las investigaciones policiales ya ha ingresado en prisión provisional. Su pareja trans está fuera de la cárcel. No ha recuperado la custodia de la bebé.
