Una persecución a más de 160 kilómetros por hora durante más de ocho kilómetros por la M-40 en Madrid. Ese fue el trayecto que recorrió el ladrón de unas baterías de unas motocicletas eléctricas hasta que se estrelló contra un muro de la Cañada Real, donde fue detenido por los agentes de la Policía Nacional, según han asegurado a Vozpópuli fuentes policiales.
Una intervención policial espectacular que se inició el pasado 29 de diciembre a las 3.30 de la madrugada. Los encargados de seguridad de la empresa Acciona fueron los encargados de llamar al 091 porque detectaron que se habían sustraído varias baterías de las motocicletas eléctricas ubicadas en una base en la calle Alcalá.
Estos vehículos de Acciona tienen un sensor antirrobos y geolocalización. Una patrulla de la Policía Nacional se desplazó al lugar no pudo encontrar a los responsables del hurto y tampoco siguieron la señal del GPS porque no era del todo precisa.
Huida a 170 kilómetros por hora
Sin embargo, casi una hora más tarde, a las 4.20 horas, la seguridad de la empresa volvió a ponerse en contacto con la Policía Nacional porque habían robado varias baterías en la Avenida del Partenón, cerca del Ifema. Los agentes del Grupo de Atención al Ciudadano de la Comisaría de Hortaleza localizaron en las inmediaciones un coche sospechoso que al ver la presencia policial intentó huir.
En ese momento se inició una persecución por la M-40 desde punto kilométrico número 7. El sospechoso llegó a conducir a más de 160 kilómetros por hora y los agentes solicitaron el refuerzo del GAC del distrito de San Blas. Los policías llegaron a ponerse a ambos lados del coche del fugado pero no cesó en su actividad.
Este turismo abandonó la vía en el kilómetro 15 de la M-40, en la salida de la A-3, donde se estrelló contra un vehículo de transporte con conductor (VTC) en una curva pronunciada pero continuó su marcha en sentido Valdemingómez. En ese lugar se introdujo en un camino de tierra en la Cañada Real y acabó colisionando contra un muro de hormigón.
Ocho kilómetros de persecución por la M-40
El conductor del coche intentó salir corriendo pero fue detenido por los agentes de la Policía Nacional que le siguieron durante más de ocho kilómetros de frenética persecución. En el interior del coche los agentes localizaron cuatro baterías pero sospechan que ese día pudo robar más de media docena ya que realizó varios trayectos.
Este hombre, español de 36 años, fue detenido por un delito de hurto y contra la seguridad vial. Contaba con múltiples antecedentes, sobre todo por delitos relacionados contra el patrimonio. Los agentes que le detuvieron le trasladaron en primer lugar a un centro sanitario para que los médicos valoraran su estado por el mecanismo del accidente. No necesitó asistencia médica y fue enviado a los calabozos tras la huida por la M-40.
La empresa Acciona paga por cada una de estas baterías de motos eléctricas un precio aproximado de 1.300 euros pero su valor real es de 2.500. Estas sustracciones pueden suponer al año unas pérdidas de más de medio millón de euros.
Catalizadores y baterías
El robo de las baterías eléctricas y los catalizadores son unos de los hurtos que más se ven en las calles de la capital gracias a los beneficios que los autores consiguen al vender estas piezas en el mercado negro. Uno de los distritos donde más acuden este tipo de ladrones es Moncloa-Aravaca donde los agentes de la Policía Nacional llevan varios meses con un dispositivo de vigilancia contra estas actuaciones criminales.
Hace semanas pillaron a dos ladrones tras meses de complejas investigaciones. Los delincuentes están obsesionados con estas piezas, que después venden en chatarrerías donde reciben suculentas ganancias por metales que forman su composición.
Cobran entre 100 y 500 euros por estas piezas
Para explicar este caso se debe comenzar por el principio. Los catalizadores tienen el objetivo de reducir la emisión a la atmósfera de los gases nocivos que emiten los vehículos. La 'moda' de sustraer estas piezas se ha incrementado en los últimos años por los beneficios que obtienen los ladrones con sus componentes.
Al revestimiento de cobre de estas piezas se le añade un panel de cerámica que está compuesto por metales como el paladio y el platino. Dos minerales que en la actualidad son más valiosos que el oro. "Después los venden en chatarrerías donde pueden conseguir entre 100 y 500 euros por estas piezas", explica a Vozpópuli Paloma, la Inspectora Jefa de la Policía Judicial de la Comisaría de Moncloa-Aravaca.
Leonidas
Vaya. Igual la ministra de transición ecológica debía dar una charla en la cañada real para explicar a esa gente lo malo que es para el medio ambiente, lo que hacen. No sólo darles paguitas cuando encima tienen coches de lujo