El bebé de dos semanas hallado muerto este domingo cerca de unos contenedores en Barajas (Madrid) llevaba en el lugar unas horas, según informan fuentes policiales a Vozpópuli. Los agentes del Grupo V de Homicidios de la Policía Nacional sospechan que el menor falleció asfixiado y ahora trata de identificar a sus padres.
Las claves para resolver este dramático suceso son dos pistas que siguen los investigadores. La primera de ellas es la bolsa de rafia de un conocido supermercado donde fue localizado el cadáver. Esta cadena de establecimientos no tiene locales en las inmediaciones del lugar.
Este saco está siendo analizado por los agentes de Policía Científica en busca de huellas de los padres de la menor que podrían ser identificados gracias a esta prueba. No obstante, otro de los recursos que están realizando es seguir el código de barras del macuto para saber dónde y cuándo fue vendido.
La identidad del bebé
En un primer momento, se comentó que el bebé tenía al menos tres meses. Esa franja se va reduciendo. A la espera de los datos finales de la autopsia, que terminarán de confirmar su edad, los primeros indicios apuntan que la menor tiene menos de 15 días, según informan fuentes de la investigación. Llevaba muerto al menos 48 horas.
Las primeras pruebas forenses, que aún son preliminares, apuntan a una muerte por asfixia. No obstante, el cadáver presentaba diversos golpes por todo el cuerpo, principalmente en la cabeza como señala el informe policial. No obstante, también cobra especial relevancia el examen toxicológico para saber si la habían proporcionado sustancias o medicamentos a la menor.
Otra de las diligencias que se practican son las bases de datos de los nacimientos en los centros sanitarios de la región. Unas estadísticas que analizan en profundidad los agentes para tratar de dar con el nombre de esta menor. El bebé tenía cortado el cordón umbilical.
Preocupa mucho que no hay denuncias de desaparición de bebés en la Comunidad de Madrid. Ese indicio refleja que los padres o la madre están implicados directamente en este suceso.
Las cámaras de seguridad
Así, los agentes del Grupo V de Homicidios ya han tomado testimonio a los policías que acudieron al aviso. Fue un hombre que se encontraba buscando en la basura el que localizó el cadáver del bebé. Llamó a una vecina y se puso en contacto con las autoridades.
Los funcionarios de Seguridad Ciudadana del distrito de Hortaleza fueron los primeros en llegar y comprobar que la comunicación era válida en el número 19 de la calle Acuario de Barajas. Procedieron a acordonar la zona y recabar los pocos testimonios que encontraron en el lugar.
El bebé fue localizada vestida con una especie de pijama. Una prenda de ropa que también se está analizando en busca de indicios como los restos biológicos o dónde fue comprada. Tenía un ojo ennegrecido y la cara amoratada.
No hay una gran cantidad de cámaras de seguridad en las inmediaciones. Hay dos establecimientos que disponen de videovigilancia y se ha requerido su colaboración para poder analizar los vídeos, aunque no enfocan directamente a los contenedores. Los residentes dijeron que el camión de la basura recogió los residuos en torno a las 10:30 horas y no comunicaron nada. Un extremo que ahora se investiga. De igual manera, se desconoce si no vieron la bolsa con el cadáver o si no estaba depositado aún en esa franja horaria.
Unos okupas en la zona
Una de las primeras diligencias que se practicaron fue hablar con varias personas que viven en las inmediaciones en pisos okupados. Son individuos conflictivos que han estado inmersos en diferentes hechos delictivos como el robo de carteras o de teléfonos móviles.
Según explicaron los vecinos de la calle Acuario, este grupo, de nacionalidad rumana, son personas problemáticas que ya habían protagonizado algún incidente con otro bebé. Las pesquisas se realizaron y, por el momento, se ha descartado su participación en este suceso.
Es por ello, que los investigadores mantienen todas las hipótesis abiertas en torno a un suceso que ha generado una gran conmoción en el distrito de Barajas, que vive de luto desde la aparición del cadáver del bebé. Un barrio tranquilo que se ha inmerso en una de las mayores desgracias que se pueden vivir.
Una desgracia a pocos metros
El hallazgo del cuerpo del bebé no fue la única situación crítica a la que se enfrentaron los agentes de Policía Nacional en la zona. Mientras custodiaban los contenedores a la espera de la comitiva judicial. Un camarero de un bar cercano solicitó su presencia en el establecimiento ante una indisposición de uno de los clientes.
Los agentes de Seguridad Ciudadana de Hortaleza acudieron corriendo al local donde uno de los presentes tenía un fallo cardiaco. Los funcionarios realizaron durante varios minutos maniobras de reanimación a la víctima. Desgraciadamente, el hombre acabó falleciendo. A pesar del trágico final, los testigos y los dueños del bar agradecieron la labor de los policías, que hicieron todo lo que estaba en su mano para salvar la vida del cliente.