Ciudadanos protagonizó este jueves una rocambolesca pirueta política para desatascar la crisis en Alcobendas de la mano de Begoña Villacís. El protagonista principal de esta historia es el exportavoz naranja en este municipio del norte de Madrid, Miguel Ángel Arranz, quien por la mañana rompió el carné naranja y se fue al grupo de los no adscritos... y por la tarde anunció su fichaje como asesor del nuevo vicealcalde de Cs en Leganés, Enrique Morago, con todas las bendiciones de su ya expartido. La política al revés.
Lo que parecía una fuga que complicaba el pacto PSOE-Cs para alternarse la alcaldía de Alcobendas era, en realidad, un pacto a varias bandas con ramificaciones en Leganés, donde este miércoles se selló un acuerdo entre socialistas y naranjas para que estos últimos entrasen como segundo socio en el gobierno local. Previamente, el PSOE había roto con Más Madrid hace unos meses, quedando así en minoría.
En paralelo, Ciudadanos tiene ahora al alcance de la mano la alcaldía de Alcobendas ya que el PSOE se comprometió hace dos años a dividir la legislatura y ceder el bastón de mando a los naranjas en los dos últimos años. Fuentes naranjas ven inminente la dimisión del alcalde socialista, Rafael Sánchez Acera, y la celebración de un pleno de investidura a finales de la próxima semana.
Si se concretan estos pasos en los próximos días, será la primera victoria política de Villacís como líder de Cs Madrid en la región desde que asumió el cargo de coordinadora autonómica en sustitución de Ignacio Aguado.
La baja del partido
La secuencia empezó el jueves por la mañana cuando Arranz anunció en las redes su marcha de Ciudadanos y su paso al grupo mixto en Alcobendas. Pero lejos de lanzar diatribas furibundas o subir una carta para ajustar cuentas con su partido, se limitó a proclamar que trabajaría en su nuevo puesto "como siempre he hecho por nuestros vecinos de Alcobendas, para seguir haciendo realidad el compromiso adquirido en 2019".
La de Arranz era una despedida amable, casi entre amigos. Nada que ver con sus dardos de las últimas semanas en los que se quejaba del trato que había recibido de Ciudadanos. Por ejemplo, el 30 de agosto lamentó cómo se produjo en junio su abrupta sustitución en la portavocía de Alcobendas, en favor de su compañero Aitor Retolaza, ya que la persona encargaba de comunicárselo fue el vicealcalde de la localidad vecina de San Sebastián de los Reyes, Miguel Ángel Perdiguero.
Ciudadanos no salió en tromba contra él ni sus dirigentes le pidieron que entregase el acta de concejal como han hecho con otros que se han saltado la disciplina del partido. La carta ética fue papel mojado en este caso y nadie le afeó que se pasase al grupo mixto. La explicación vino por la tarde cuando Arranz anunció también en las redes que se incorporaba al Ayuntamiento de Leganés junto al vicealcalde naranja.
Su puesto será de asesor en temas desarrollo local a las órdenes de Morago, amigo desde los tiempos de militancia en la extinta Unión, Progreso y Democracia (UPyD) y que este jueves tomó posesión de su despacho y empezó a dar sus primeras órdenes. "Como no podría ser de otra manera, lo compatibilizaré con mis funciones en el Ayuntamiento de Alcobendas, donde seguiré trabajando por y para nuestros vecinos", puntualizó Arranz.
De esta forma, el concejal no adscrito de Alcobendas sumará los emolumentos en la localidad en la que fue cabeza de cartel de Ciudadanos en 2019 con los del sueldo de asesor en Leganés. Justo en un momento en el que habían mermado notablemente sus ingresos económicos.
El polémico relevo de Ciudadanos
Ello se debe a que en Alcobendas sólo cobran por dedicación exclusiva los portavoces de los cinco grupos de este municipio. El resto de ediles únicamente reciben dietas por asistir a los plenos. Entre estos últimos había quedado Arranz hace tres meses, después de que Ciudadanos le quitase de la portavocía para dársela a Retolaza. Así que el afectado ha despertado de esa 'pesadilla' con su nuevo cargo de asesor del vicealcalde de Leganés.
Su baja de Ciudadanos era indispensable para permitir que la formación de Villacís se hiciese con la alcaldía de Alcobendas pues Retolaza no podía tener a Arranz a su lado. La ley impide que haya un candidato a la investidura distinto del cabeza de lista -con ello se impiden los motines internos en los grupos- salvo que este último entregue el acta. Y el exportavoz había dicho por activa y por pasiva que él se postularía al puesto de alcalde cuando el socialista Sánchez Acera.
Al final, desistió de su empeño al ver que el resto de ediles de Ciudadanos no comulgaban con él y colocó la proa hacia Leganés, donde su llegada ha molestado a la formación de Unión por Leganés (ULEG), que intentó valer su condición de segundo partido en el ayuntamiento (4 ediles frente a los 10 del PSOE) para intentar una moción de censura contra los socialistas con la ayuda del PP (4) y Ciudadanos (3).
ULEG empezó a negociar hace unas semanas con la formación de Villacís sin saber que los naranjas estaban haciendo lo mismo con los socialistas a escondidas. Y fue el pacto PSOE-Cs el que cristalizó finalmente, dejando de paso el camino expedito para que suceda lo mismo en Alcobendas en los próximos días a la inversa. La indignación en ULEG se exteriorizó este jueves por boca de su portavoz, Carlos Delgado.
Además, Villacís ha aprovechado que Ciudadanos asume varias áreas de gobierno en Leganés para colocar a varios exdiputados autonómicos que se quedaron sin escaño en la Asamblea de Madrid tras los comicios del 4-M, en los que la formación naranja desapareció del hemiciclo.
Así, Ricardo Mejías ha entrado en el equipo de Comunicación de Cs en este municipio, mientras que Carla Santiago, que perdió también su condición de senadora por designación autonómica, trabajará en el área de Bienestar Social. Una tercera exdiputada, Aruca Gómez, ha sido recolocada en el Ayuntamiento de Madrid siguiendo los pasos del expresidente de la Asamblea, Juan Trinidad.