Pedro Sánchez ha hecho una ronda de contactos informal con los barones regionales del PSOE para pactar el trato que se les dará desde Ferraz a Manuel Chaves y a José Antonio Griñán en caso de ser investigados por el Supremo. Hay varias posibilidades, aplicadas a otros miembros del partido implicados en casos de corrupción: que se les abra expediente informativo, que se les expulse directamente de la organización, que solamente se les obligue a dejar el escaño o todas las cosas en fases diferentes. El secretario de Organización, el joven riojano César Luena, es partidario de resolver la difícil papeleta con la máxima dureza, siguiendo el ejemplo aplicado a 10 de los 16 miembros del PSOE involucrados en el caso de las ‘tarjetas negras’ de Caja Madrid. Los episodios no son comparables, pero lo último que quiere aparentar en estos momentos el PSOE es tibieza en asuntos de corruptelas.
El ´número dos' del partido es partidario de aplicar a Chaves y Griñán el mismo trato que a los implicados en las 'tarjetas negras' de Caja Madrid
Las alertas se han despertado en la Ejecutiva Federal cuando la Fiscalía ha propuesto dividir la causa investigada en piezas separadas, según el tipo de aforados a los que afecta. De esta forma, el Alto Tribunal investigaría únicamente por el escándalo de los ERE fraudulentos a Chaves, ahora diputado nacional, a Griñán, sentado en el Senado, al diputado Gaspar Zarrías y a los parlamentarios autonómicos José Antonio Viera y Mar Moreno. También existe la posibilidad de que a estos tres últimos les investigue el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía. Mar Moreno fue propuesta en su día sin éxito por José Luis Rodríguez Zapatero como sustituta de Chaves al frente de la Junta de Andalucía. Ahora se está a la espera de que la juez Mercedes Alaya precise los indicios contra estos dirigentes del PSOE, a los que involucra en su escrito al Supremo en la implantación y el mantenimiento durante más de una década del sistema de subvenciones a empresas que ha dado origen al escándalo.
En el PSOE se admite que si el Supremo abre la investigación contra Chaves y Griñán, a los que hasta ahora el secretario general ha defendido con uñas y dientes, Pedro Sánchez se vería envuelto en un complicado engorro, pues ha levantado tanto la voz en su compromiso de combatir la corrupción que le quedarían pocas salidas para administrar con paños calientes este caso. Chaves fue quien sustituyó a Ramón Rubial en la presidencia del PSOE y Griñán quien más tarde, en 2012, le relevó en el mismo asiento, desde donde propició el ascenso meteórico de Susana Díaz a la presidencia de la Junta andaluza. Díaz le ha comunicado a Sánchez que si se llega a imputar a ambos no se complique la vida y les obligue a renunciar a sus escaños. Otras voces de la Ejecutiva Federal, sin embargo, opinan que se les tiene que exigir la baja en el Congreso y en el Senado en cuando el Alto Tribunal asuma la investigación.
Mariano Rajoy, atento a la actitud de Sánchez
El comportamiento del PSOE en este caso será mirado con lupa. Mariano Rajoy, en un reciente debate con Pedro Sánchez, se defendió de las acusaciones de éste sobre la ‘operación Púnica’ con estas palabras: “No le voy a hablar ni del alcalde de Parla, ni del de Cartagena, ni de los 125 imputados en el caso de los ERE, ni de que los dos últimos presidentes del PSOE estén pendientes de la decisión del Supremo. ¿Les ha dicho usted que se vayan? ¿No le deja tomar medidas Susana Díaz en el caso de los ERE?"
Chaves y Griñán pueden correr la misma suerte que Alfonso Guerra, que nadie arrope su adiós a la política
La ‘vieja guardia’ del PSOE vive sus peores momentos cuando la mayoría de sus integrantes están próximos a la jubilación y algunos de ellos se resisten a dejar de vivir del erario público. A Alfonso Guerra nadie le arropa en su adiós a la política y los expresidentes del partido Chaves y Griñán pueden correr la misma suerte. En las filas socialistas se daba por hecho que Pedro Sánchez no tomaría ninguna medida contra ellos sin consultar antes a los barones regionales y, en particular, a la presidenta andaluza. Esto es algo que ya ha hecho, ya que enfrentarse al ‘generalato’ son palabras mayores, máxime cuando está por medio el crédito de la federación andaluza, y sus primeros 100 días al frente del partido no concitan demasiados aplausos.