El Ayuntamiento de Madrid ha presentado su idea para solventar el problema del norte de la capital, la cuestión que lleva cerca de 25 años en el aire con el hilo conductor de la denominada Operación Chamartín. En un acto conducido por el concejal de Desarrollo Urbano Sostenible, José Manuel Calvo, y que ha contado con la presencia de la propia alcaldesa, Manuela Carmena, los responsables del Consistorio han explicado las bases fundamentales de un proyecto que modifica de forma notable el planteado por la promotora Distrito Castellana Norte (DCN, participada por BBVA y Grupo San José, que no han estado en el acto) y que viene a confirmar que los regidores municipales apuestan por un desarrollo de menor tamaño, con menos infraestructuras y de carácter público.
Para empezar, el plan del Ayuntamiento reduce el ámbito de actuación a poco más de 1,7 millones de metros cuadrados, desde los más de 3 millones incluidos en el Plan General. La diferencia se explica porque 'Madrid, Puerta Norte' no cuenta con utilizar los terrenos ocupados por las instalaciones ferroviarias (básicamente la playa de vías de la estación de Chamartín) y también las viarias (principalmente la M-30), para el desarrollo.
'Madrid, Puerta Norte' no cuenta con utilizar los terrenos ocupados por las instalaciones ferroviarias y también las viarias
Mayor aún es la reducción del número de viviendas en relación con el planteamiento de DCN. La intención del Consistorio es levantar poco más de 4.000 pisos, frente a los más de 17.000 que incluía el programa de la promotora privada. El Ayuntamiento siempre ha considerado que ese número era excesivo teniendo en cuenta la cantidad de casas vacías existentes en la capital. Unas 1.000 de estas viviendas nuevas estarán en el entorno de la remodelada estación de Chamartín, que sería uno de los ejes del nuevo plan municipal.
En torno a la estación se desarrollaría una gran área de actividad y negocios, aprovechando tanto la condición de nodo multimodal de la estación como la cercanía del complejo Cuatro Torres, al final del Paseo de la Castellana. En este ámbito, los planes del Ayuntamiento contemplan levantar dos torres de unas 40 plantas cada una y otras dos, con una altura en el entorno de las 20 plantas. Las viviendas de esta zona serían de protección oficial.
La zona norte de la M-30 tendría como eje principal la estación de cercanías de Fuencarral, en cuyo entorno el Consistorio estudia construir otras cuatro torres con un límite máximo de 40 plantas para oficinas y otras cuatro de carácter residencial, de unas 20 plantas para un total de 3.600 viviendas en la zona.
El proyecto incluye una gran zona verde, de algo más de 250.000 metros cuadrados, que se extendería a lo largo del desarrollo
Otra de las grandes modificaciones en relación con el proyecto de DCN es que el eje vertebrador del nuevo barrio ya no sería la prolongación del Paseo de la Castellana en 3,7 kilómetros, sino una gran zona verde, de algo más de 250.000 metros cuadrados, que se extendería a lo largo del desarrollo. Para conectar los barrios, el Ayuntamiento pretende construir tres puentes y dos pasos subterráneos. Y para vertebrarlos a través del transporte público, la idea es desarrollar nuevas líneas de autobuses y construir una nueva estación en la línea 10, entre las de Montecarmelo y Las Tablas. El plan de DCN preveía la prolongación de esta línea con tres nuevas estaciones.
Aunque el plan municipal es sensiblemente más pequeño que el propuesto por DCN, el Ayuntamiento considera posible la creación de 128.000 puestos de trabajo a lo largo de todo el desarrollo, una cifra similar a la presentada por la promotora.