Después de meses desbordados por los papeles de Luis Bárcenas, Génova ha diseñado una contraofensiva para intentar salir de esta dinámica y adquirir un nuevo protagonismo que no vaya ligado a las andanzas de su extesorero nacional. La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, está trabajando en varios frentes. El primero, muy llamativo, fue el recobrado protagonismo del vicesecretario de Estudios y Programas, Esteban González Pons, como portavoz del partido. No ha sustituido en esta tarea al 'número tres' popular, el vicesecretario de Organización Carlos Floriano, pero González Pons ha vuelto al escaparate en buena parte para ayudar en la complicada tarea de “navegar” por las turbulentas aguas del 'caso Bárcenas'.
Pero no sólo. El valenciano es el que acompaña hoy a Cospedal a un viaje a China donde van a entrevistarse con los nuevos dirigentes del Partido Comunista, que fue quien pidió la reunión. Pekín y Shangai serán las ciudades visitadas por la comitiva, viaje que la dirigente popular también aprovechará en calidad de presidenta de Castilla-La Mancha al objeto de abrir nuevos mercados para los productos y empresarios de su tierra.
La relación entre ambos se ha restaurado en buena parte tras el indisimulado “apartamiento” que González Pons sufrió en el diseño del nuevo equipo “genovés” en el congreso nacional del PP que se celebró en febrero del año pasado. Todo el partido daba por hecho que éste asumiría la portavocía popular y hubo de conformarse con el área de Estudios y Programas mientras veía cómo el que había sido su 'número dos', Floriano, le pasaba por encima en el escalafón. La necesidad de reforzar los mensajes en mitad del maremoto aconsejó devolver a Pons a la primera línea. “Tener un enemigo común, Bárcenas, les ha unido mucho”, asegura una fuente popular consultada por Vozpópuli. Otra fuente, ésta parlamentaria, afirma de forma mucho más gráfica que Cospedal “ha tirado de fondo de armario” y sacado a Pons, con quien puede repartir más juego de cara a los medios de comunicación.
Aquilatado en cierto modo ese frente, la secretaria general del PP ha decidido ampliar su ámbito de influencia hacia el Grupo Parlamentario Popular del Congreso de los Diputados. El pasado martes presidió una reunión del plenario del Grupo junto al portavoz Alfonso Alonso. La cita respondía a una petición suya que pretende repetir en todos los periodos de sesiones, según les anunció. No era, ni mucho menos, la primera vez que se dejaba ver por la Cámara Baja, pero sí la primera que presidía una reunión del Grupo en calidad de secretaria general del partido sin la presencia de Mariano Rajoy.
Arenas tiene más predicamento entre muchos presidentes autonómicos y alcaldes que Montoro y Beteta
Allí aprovechó para pedir a los diputados que salgan a la calle con la cabeza alta a defender los postulados del Gobierno. Muchos de los asistentes destacaron una inflexión en el discurso, dado que, por vez primera en muchos meses, no se salió en defensa de la honradez del partido para responder a los casos de corrupción que les afectan. De hecho, fue Cospedal quien, en la última convocatoria de la Junta Directiva Nacional de su partido, el pasado día 3, dijo que la "huella" que habían dejado algunos, en alusión a Bárcenas, “nos avergüenza pero no son el PP”. En cambio, el martes obvió toda referencia. Pero al margen del fondo del discurso a nadie se les escapó cómo la secretaria general ha decidido ampliar su ámbito político más allá de las tareas de partido.
El tercer cambio significativo afecta al vicesecretario de Política Autonómica y Local, Javier Arenas, quien desde finales del año pasado se centró en la reforma local que el Ministerio de Hacienda debate con los alcaldes y que tiene en pie de guerra a muchos de ellos. Pero no sólo, porque poco a poco Arenas se ha ido convirtiendo en una especie de ministro de Administraciones Públicas en la sombra que lo mismo desbloquea la reforma local que calma los ánimos encendidos de los presidentes autonómicos sobre el reparto del déficit o el nuevo modelo de financiación autonómica. Rajoy y la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, han puesto en sus manos la delicada misión de atemperar los ánimos.
Ahora mismo todo su empeño es organizar una cumbre de los “barones” territoriales con el presidente del Gobierno para intentar despejar el enrarecido ambiente y dar una imagen de unidad. Y es que Arenas, a decir de personas de su entorno, “tiene más predicamento entre los alcaldes y presidentes autonómicos que Beteta y hasta que Montoro”, el primero, secretario de Estado de Administraciones Públicas.
Génova intenta, en definitiva, una especie de renacimiento que se sustenta también en los llamados foros abiertos que celebran un fin de semana de cada quince o veintiún días –el próximo será en el País Vasco para hablar de sistemas electorales—así como con la puesta en marcha de una serie de comisiones de estudio que estarán presididas por personas ajenas al PP, como es el caso de la comisión constitucional que se creó el martes y al frente de la cual se sienta el catedrático de derecho administrativo Santamaría Pastor. El objetivo de estas plataformas, de las que es responsable directo González Pons es “ayudar a la tarea del Gobierno”, según explicó Cospedal el pasado lunes y, de paso, salir de la espiral en que les ha metido Bárcenas, aunque la 'número dos' popular no confesara este propósito.