"Siempre me he sentido apoyada, muy apoyada, por quien tenía que sentirme apoyada; por mis compañeros de partido y por el presidente". Con estas palabras la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, ha intentado cerrar el debate en torno a las críticas que ha recibido su gestión de la crisis abierta por los papeles del tesorero Luis Bárcenas. Cospedal ha hecho estas declaraciones durante un desayuno informativo en el que se le ha preguntado por el grado de respaldo que tiene. Si hay un apoyo que ha quedado clarísimo ha sido el del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.
Cospedal ha explicado que su partido ha pasado por momentos "difíciles" pero la labor desde la secretaría general es "manejarse en esos momentos", en definitiva, "si no se está donde se tiene que estar y no se da la cara, los secretarios generales no sirven de nada". La también presidenta de Castilla-La Mancha asegura no haberse preguntado si la gestión de la crisis popular "me desgasta o no". El cargo "lo llevo a mucha honra y con sentido de la responsabilidad y este partido --ha agregado-- lleva mucho tiempo luchando contra los comportamientos ilícitos o indignos".
Tras negar que este sea el momento más difícil para el partido dado que, a su juicio, ese fue justo hace nueve años, con la cadena de atentados del 11-M, defendió que el PP está haciendo lo que tiene que hacer, esto es, "un ejercicio de transparencia que no ha hecho otro partido" y que el caso Bárcenas, al que por supuesto no ha aludido directamente, "esta judicializado y me alegro, que no esté y así conoceremos la verdad".