No tiene aún candidato, pero la maquinaria electoral del PP no se para. A mes y medio de los comicios europeos, la actividad se intensifica. Rajoy mantiene su actitud displicente hacia la designación del cabeza de lista. "No estoy encima del tema", dijo este jueves en Bruselas, aunque añadió que "se conocerá en las próximas fechas".
Boicot y ausencia
Mientras tanto, en Génova, el ritmo no cesa. A la hora de organizar los mítines, se cuenta con José María Aznar, como siempre. Las relaciones entre el presidente de honor y Mariano Rajoy, lejos de ser malas, resultan inexistentes. Se han ido distanciando con el tiempo. No hay entendimiento personal ni sintonía política.
El último episodio que disparó la tensión coincidió con la presentación del último libro de Aznar. Ni un sólo miembro del Gobierno acudió a la presentación. En las filas aznaristas, aquello se tomó como un boicot. El expresidente tomó nota. Y así lo dijo. Devolvió la bofetada al no asistir a la convención nacional del partido celebrada el mes de febrero en Valladolid. Anunció su ausencia al cónclave más importante del partido tan sólo unas fechas antes. Su plantón acaparó protagonismo entre la militancia, con numerosos elogios y...muchas críticas.
Inevitable saludo
Para entonces, distancia entre Aznar y el actual líder del PP ya era abismal. Ha sido un deterioro progresivo, sin voluntad alguna por ninguna de las dos partes de ponerle remedio. Después de tantos años de trabajo conjunto, de esfuerzos en equipo, de dificultades compartidas, Aznar y Rajoy no disimulan su ruptura. El inevitable saludo durante el funeral en memoria de Adolfo Suárez es lo más cerca que han estado en los útlimos tiempos.
El presidente del honor mantiene contactos, muy esporádicos, con lo que en la jerga de la sede de Génova se denomina 'el viejo PP', es decir, aquellos veteranos del partido que compartieron con Aznar responsabilidades y cargos. Zaplana, Acebes, Cayetana, Aragonés... su gente de siempre. Se empeña, eso sí, en no resultar demasiado irritante con la cúpula de la formación. Su esposa, Ana Botella, actual alcaldesa de Madrid, acaricia ya la idea de ser desginada candidata en las próximas municipales. Necesita para ello el visto bueno del presidente. Pero el estilo de Rajoy no pasa por vengarse de Aznar en la ambición política de su esposa. El presidente del PP es un político sumamente pragmático. Si ve que las encuestas y Arriola señalan a Botella como la mejor opción para encabezar la lista al Ayuntamiento, será ella.
Escepticismo y desánimo
El equipo de campaña del PP, como es habitual, ha manifestado que piensa contar con Aznar para la actual campaña. Siempre se cuenta con él, y, en la medida de que su agenda lo permita, Aznar siempre responde. Los estudios demoscópicos señalan que el partido en el gobierno necesita movilizar a sus fieles, es decir, a todo ese sector de la militancia que ha caído en el escepticismo, el cabreo y el desánimo. En especial en los asuntos más comprometidos ideológicamente, como son los casos del terrorismo, las víctimas, la crisis, el desempleo y los impuestos. Aznar es un antídoto contra el pasotismo y la abstención. De ahí que su concurso electoral resulte de enorme interés para su formación.
Caso similar es el de Jaime Mayor Oreja, representante de ese mismo sector de los simpatizantes 'populares', con quien también se quiere contar para esta campaña. Mayor, sin embargo, está muy dolido después de que Rajoy no lo tuviera en cuenta a la hora de repetir como cabeza de lista. Ahora se ha distanciado enormemente de sus filas, aunque no tanto como para incorporarse a Vox junto a su amigo Alejo Vidal-Quadras. El exministro del interior está desencantado, decepcionado y algo enojado. Quizás aparezca en algún mitin pero, ahora mismo, según confiesan en su ámbito próximo, no tiene nada cerrado. Busca una salida profesional dentro del ámbito privado y parece haber dado su vida política por cerrada.
¿Novedades en Valencia?
Este fin de semana el partido celebra una cumbre intermunicipal en Valencia, otrora escenario de clamor militante y entusiasmo 'popular' y ahora uno de los territorios más polémicos. La corrupción y el despilfarro han marcado la última etapa de Gobierno del PP en la Generalitat Valenciana. Se trata ahora de recuperar prestigio y voto, ya que el partido de Rajoy se arriesga a perder el Gobierno de la Comunidad y del Ayuntamiento. Es posible que el presidente del partido aproveche este encuentro para despejar la duda sobre el nombre del candidato. Allí estarán presentes decenas de alcaldes de toda España, pieza clave para la cita electoral del año que viene. Arias Cañete y González Pons siguen al frente en todas las quinielas. El primero implicaría una crisis de gabinete que Rajoy no quiere. El segundo, sería la opción más plácida, sin cambios en el Ejecutivo. Lo que le gusta a Rajoy.