El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, podría asumir este jueves la comisión de distintos "errores", fundamentalmente, el haber mantenido a Luis Bárcenas en el partido cuando se hizo con los mandos de la nave popular en el congreso de Valencia de 2004 y, varios años después salir en defensa cerrada del mismo a pesar de que comenzaron a cercarle las sospechas de implicación en la red corrupta de Francisco Correa. En su comparecencia ante los diputados, --aunque la sesión se celebra en el Senado por obras de remodelación de la Cámara Baja-- el jefe del Ejecutivo repetirá, con toda probabilidad, los argumentos que muchos le han escuchado en privado, esto es, que "evidentemente" se han cometido errores en el PP, aunque negará ante sus señorías que existiera un montaje de financiación ilegal por la que el partido percibía donaciones no fiscalizadas que se dedicaban, supuestamente, a dar jugosos "sobresueldos" en negro a los distintos dirigentes populares.
Y, como ya hiciera el pasado lunes 16 en que afirmó que la mejor prueba de que el Estado de Derecho no se ha sometido a ningún chantaje es que "los fiscales, el juez, los policías o el personal de la Administración tributaria son las mismas que antes de que el PP ganara las elecciones", reiterará que la justicia sigue su ritmo, que en ese tiempo la colaboración del PP ha sido plena, con toda la contabilidad del partido abierta en canal, y que más de lo que se ha hecho no se puede hacer salvo "poner en valor" el paquete anticorrupción que ofreció en el último debate sobre el estado de la nación, con medidas que van desde la elaboración de un Estatuto del Cargo Público al endurecimiento del Código Penal para los delitos de corrupción pasando por la Ley de Transparencia.
Fuentes de Moncloa indicaron a Vozpópuli que Rajoy ya ha dado respuesta a muchos de los interrogantes que generan las acusaciones de Bárcenas, aunque lo haga por vez primera en el Parlamento. En este punto recuerdan que "nadie le ha preguntado nunca al respecto en las sesiones de control", pero que ya ha dejado claro, por ejemplo, que nunca recibió sobresueldos en negro o que no está en la política para enriquecerse.
El presidente del Gobierno reprochará a Rubalcaba que "jugar a la inestabilidad" puede comprometer la salida de la crisis
Su intervención será "larga y estructurada" según los mismos medios consultados, y dejará un capítulo para el líder socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, al que acusará de haber hecho un "uso fraudulento" del mecanismo de la moción de censura, comprometiendo la imagen de España y de la estabilidad parlamentaria de nuestro país. De hecho, los 185 diputados con que cuenta el Grupo Popular le servirán de argumento al jefe del Ejecutivo para defender que "la estabilidad es un elemento positivo con que afrontar la salida de la crisis", por lo que "jugar a la inestabilidad tiene sus riesgos" para alcanzar el final del túnel, que es otra de las acusaciones que dirigirá contra los socialistas.
Este fue también el argumento enarboló el vicesecretario de Estudios y programas del PP, Esteban González Pons, quien, en declaraciones este miércoles en los pasillos del Congreso comentó que sería "imperdonable" que "por líos de políticos" se estropeara la recuperación económica. "No deberíamos consentir que un mal clima político perjudicara la recuperación", enfatizó el dirigente popular, en cuya opinión Rajoy tiene que relacionar escándalos y salida de la crisis. No obstante, también señaló que Rajoy dará las explicaciones que "todo el mundo espera que dé" sobre los casos de corrupción y "ayudará en la medida de lo posible, como todos, a intentar descubrir de dónde salieron los 50 millones que Bárcenas tiene en Suiza", punto sobre el que el PP quiere poner siempre el acento para desviar la atención sobre los papeles con la supuesta contabilidad B.
También hizo hincapié González Pons en que el PP "está diciendo la verdad" y en que "los ciudadanos no perdonan a nadie que no diga la verdad". Si bien es cierto que no se pone punto y final a esta cuestión, que todavía tiene por delante un larguísimo periplo judicial, el jefe del Ejecutivo deberá intentar hacer prevalecer su versión sobre la de una persona, Luis Bárcenas, a la que él da cero credibilidad.