"Algunos dirigentes han pedido mi dimisión, y les responderé de forma muy clara y directa: No. No voy a dimitir de las responsabilidades que por amplia mayoría me encomendaron los españoles. La pobreza de sus argumentos hace que ni siquiera considere esa opción. Ni voy a dimitir ni voy a convocar elecciones legislativas", decía Mariano Rajoy al comienzo de su turno de réplica en el Senado.
"No me voy a declarar culpable porque no lo soy, porque no tengo constancia de que mi partido se haya financiado ilegalmente"
Centrándose especialmente en sus ataques al líder de la oposición, recondándole incluso el caso Faisán, Rajoy decía tener la sensación de que a él no se le pide explicaciones sino que piden que se declare culpable, "porque algunos han decidido que lo soy. No les interesa nada de lo que pueda decir yo, ustedes tienen su propia explicación. Como tienen su propia versión, la mía no vale porque no coincide con la suya, y sólo vale dimitir o convocar elecciones. No me voy a declarar culpable porque no lo soy, porque no tengo constancia de que mi partido se haya financiado ilegalmente. El suyo (PSOE) sí y lo han dicho los tribunales. Aunque no sea un compendio de virtudes como usted, señor Rubalcaba, soy una persona recta y honrada", comentaba interrumpido por una amplia ovación de su grupo.
Sobre el extesorero popular, Rajoy remarcaba que un imputado no es un condenado, y que demasiadas veces se confunden los términos. "Yo confié en Bárcenas y contesté a esos mensajes. Le pedí que dejara la tesorería en 2009 y lo hizo. Y en 2010 dejó el Senado y la militancia popular. En 2011 se levantó su imputación, y cuando yo llegué al Gobierno no estaba imputado. Ya lo he dicho antes, me he equivocado", repetía el presidente, quien terminaba su intervención dando las gracias al portavoz de su grupo parlamentario, Alfonso Alonso, y a los diputados que han intentado saber cuál era su versión antes de condenarle.
Apertura del discurso
"He solicitado comparecer en esta cámara para ofrecer a los españoles las aclaraciones y explicaciones que creo necesarias para la actual situación que vivimos. Los diversos escándalos de corrupción concentran el mayor rechazo de los españoles. No haré la más mínima alusión a otros asuntos, no caeré en el "y tú más". Hablaré sólo del caso Bárcenas, que implica a un extesorero del Partido Popular, actualmente en prisión, con delitos fiscales y con fondos cuyo origen investiga la justicia", decía el presidente del Gobierno en el Senado, quien esta vez ha llegado a mencionar a Bárcenas hasta en 14 ocasiones.
En la introducción de su comparecencia, Mariano Rajoy delimitaba cuáles van a ser las líneas de su discurso, declarando que nadie le ha movido a comparecer sino que ha sido por iniciativa propia, para someterse a las dudas de los diputados y para esclarecer la situación actual en referencia a las insinuaciones del caso Bárcenas que le atañen. También ha querido apuntar que no le inquieta la posible moción de censura que planteaba el líder de la oposición porque es un instrumento democrático, pero que le preocupa el daño que se pueda hacer a la imagen de España.
"Era alguien de confianza en el partido, me fié de él y le apoyé. Me equivoqué al confiar en una persona equivocada. Me engañó, lo tenía muy fácil"
Después de hacer un repaso por las últimas cifras económicas positivas, Rajoy decía que no es justo que el esfuerzo económico se vea empañado por una acción concreta que está sacudiendo a España. "En esta situación irrumpe el llamado caso Bárcenas, objeto fundamental de esta comparecencia. Los hechos de que deseo informar se resumen en dos palabras. Me equivoqué al mantener la confianza en alguien que ahora sabemos que no la merece", admitía.
Para explicar el escándalo, el presidente del Gobierno se remontaba a 2009, cuando Bárcenas fue imputado por el caso Gürtel. "(Baltasar) Garzón le acusaba de haber cobrado comisiones ilegales. Después supimos que la operación judicial venía acompañada de una cacería en la que también estaban el juez instructor y el entonces ministro de Justicia, que tuvo que presentar la dimisión por este episodio. Estábamos en vísperas de varios procesos electorales y todo ello tenía muchos elementos dudosos", explicaba para pasar a hacer una defensa del ministro de Industria.
Defendiendo la independencia del poder Judicial por haberse cerrado la causa con el Gobierno anterior y haberse reabierto con este, en marzo de 2012, Rajoy señalaba a su extesorero. "Dí crédito a Bárcenas, era alguien de confianza en el partido. Me fié de él y le apoyé, como apoyaría a cualquiera que sufriera una persecución que yo creyera injusta. Me equivoqué al confiar en una persona equivocada, pero no encubrí a un falso culpable. Me engañó, lo tenía muy fácil porque yo no condeno a nadie de manera preventiva", comentaba.
"El PP no ha llevado una doble contabilidad ni oculta ningún delito. Se han pagado sueldos y remuneraciones complementarias al cargo, como en todas partes"
Rajoy defendía que las acusaciones son falsas, como las medias verdades o las interpretaciones de las medias verdades que emplea como cobertura. "Ya les adelanto yo que en el PP ni se ha llevado una doble contabilidad ni se oculta ningún delito. Se han pagado sueldos y remuneraciones complementarias al cargo, como en todas partes. Es de justicia", decía el presidente jaleado por los suyos pero criticado por el resto de la cámara.
Confianza en la Justicia
En su discurso en la cámara alta, el líder del Ejecutivo repetía que siempre ha declarado todos sus ingresos, y que sus declaraciones de renta y patrimonio de los últimos diez años están a la vista de todo el mundo. "Si todo lo que aparece en los papeles tiene la consistencia que tiene la información relativa a mí, estamos ante una sarta de inconsistencias que la justicia y el tiempo demostrarán. Dejemos que los jueces trabajen. Lo único sensato que se puede hacer es dar tiempo al juez para que resuelva lo que proceda. A él le corresponde establecer la verdad", comentaba para añadir que ni a él ni a su partido se les podrá atribuir al final ninguna actividad ilícita.
Repitiendo su confianza en la justicia, Rajoy empezaba una serie de citas y alusiones al líder de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba, negando cualquier opción de dimisión y preguntando a la cámara que si cada diputado hubiera tenido que dimitir por cada insidia que se difunde, cuántos quedarían actualmente.
"El Estado de Derecho no admite chantajes. Ni se ha producido ni se producirá ningún tipo de presión, pero nos gustaría que esto quedara resuelto cuanto antes"
Moción de censura con tintes de amenaza
"Yo no critico que se ejerza una oposición dura, incluso implacable, pero no me amenace, señor Pérez Rubalcaba, porque no se amenaza con los instrumentos de la Constitución Española. Es libre de emplearlos si quiere hacerlo, pero no puede convertirlo en un instrumento de presión", decía el presidente del Gobierno, quien además comentaba al líder socialista que no vive pendiente de las declaraciones de nadie, y que el propio Rubalcaba vive más pendiente que él mismo.
El jefe del Ejecutivo volvía a declarar que el Gobierno gobierna y está decidido a garantizar la estabilidad política, y que no permitirá que nadie dinamite el enorme esfuerzo que se está haciendo para salir del estancamiento, porque no es admisible que nadie ajeno a los órganos parlamentarios dicte la política del Gobierno. "El Estado de Derecho no admite chantajes. Quédense tranquilos, la justicia sigue su camino, y ni se ha producido ni se producirá ningún tipo de presión ni a la administración de Justicia, ni a la Agencia Tributaria, ni a los órganos judiciales. No se ha escuchado ni una sóla crítica o queja de las actuaciones llevadas a cabo por la justicia, pero nos gustaría que esto quedara resuelto cuanto antes", pedía.
Rajoy defiende que comparece para frenar el deterioro de la imagen de los político y las instituciones democráticas que se está viviendo
Después de enumerar seis reformas que el Gobierno tiene en marcha, Rajoy se quejaba de la dañina percepción de que todo en la política está perdido, principalmente porque "es falsa". "Quienes se dedican a la política lo hacen al margen de intereses espúreos. Pueden ser corruptas las personas, pero no las ideologías, salvo las totalitarias. Es importante frenar este deterioro de la imagen de los políticos y las instituciones democráticas, porque podría hacer un daño irreversible al trabajo realizado por todos", defendía.
"He reconocido mi error y he respondido con el rechazo a todas las acusaciones de Bárcenas. Mantendremos con firmeza el rumbo del Gobierno, que se basa en dos valores: su programa de reformas y su estabilidad. Para nosotros es muy importante que no se quiebre la confianza en España, en su solvencia, su estabilidad, y su capacidad para salir adelante", concluía el presidente del Gobierno".