En Génova se funciona ya en clave electoral. El presidente del Gobierno en funciones ha ralentizado sus anunciados encuentros con Pedro Sánchez y Albert Rivera, jefes de filas del PSOE y Ciudadanos, respectivamente, hasta que se aclare el panorama de los pactos. “Un día dicen una cosa y al día siguiente, la contraria”, destacó un estrecho colaborador del presidente. Las reuniones se celebrarán, pero en su momento. "Hay que dejar que las cosas se sedimenten", mencionó Rajoy en una reciente entrevista. Se harán, aunque tan sólo sea para evitar el sambenito que le cuelgan a Rajoy de que no se mueve, no habla, no escucha y no quiere pactar con nadie.
“Ganamos esas elecciones, y sería absurdo, a menos de cuatro meses de las urnas, emprender un baile de nombres”, mencionan altas fuentes del partido
Los estrategas de la formación conservadora, con Jorge Moragas al frente, preparan actos, mítines, convenciones y cónclaves para reunir y motivar a sus bases y militantes. Fernando Maíllo, vicesecretario general, es el encargado de pergeñar planes, actos y agendas. También se está echando estos días un detenido repaso a las listas electorales de cara a la posible cita del 20-D, que casi todo el mundo da ya por inevitable. No habrá cambios importantes en el diseño básico de estas listas, dicen altas fuentes del partido. Los cabezas de cartel serán prácticamente los mismos que el 20-D. No hay porqué cambiar. “Ganamos esas elecciones, y sería absurdo, a menos de cuatro meses de las urnas, emprender un baile de nombres”, mencionan esas fuentes. La idea es evitar la confusión y, al mismo tiempo, remachar el mensaje de que el PP ha ganado las elecciones, que no necesita rectificar.
Se producirán algunas caídas de cartel inevitables, como Pedro Gómez de la Serna, que figuraba de número de dos por Segovia antes de solicitar su baja en el partido tras ser imputado por asuntos de corrupción. De la Serna resultó elegido diputado, aunque no ha abandonado su escaño y forma parte del grupo mixto. Hasta el momento está sumando sus votos a los de su partido de siempre.
Algunos garbanzos negros
Pocos nombres más hay en duda, aunque algunos mencionan a Gerardo Camps, diputado por Alicante, a quien se le ha vinculado en la ‘operación Taula’ que sacude desde hace semanas al PP en la Comunidad Valenciana con Rita Barberá como cabeza de todas las especulaciones. Pese a que Camps no ha sido imputado, diferentes versiones periodísticas sin confirmar le señalaban como objeto de las pesquisas por parte de la Guardia Civil en todo este ‘affaire’ de presunta financiación irregular y de cobro de comisiones en la región levantina.
“Las listas son importantes, pero no tanto. En unas generales se vota al candidato a presidente y a la marca del partido, todo lo demás son detalles", mencionan en el PP
La alineación electoral del PP será, pues, una fotocopia casi exacta de la que presentó en los comicios de diciembre, en los que logró 123 diputados. Incluso los ministros incluidos con ‘fórceps’, como Rafael Catalá, por Ávila o Íñigo Méndez de Vigo, por Palencia, repetirían al frente del cartel de estas demarcaciones, a las que son tan ajenos. El titular de Exteriores, José Manuel García-Margallo, que aparece en las listas de Alicante, tampoco evitaría repetir. Algunos de ellos han mostrado, en conversaciones privadas, 'la enorme pereza' que les produce pensar en acometer de nuevo una campaña electoral. Pero no piensan abandonar, aseguran ahora.
“Las listas son importantes, pero no tanto. En unas generales se vota al candidato a presidente y a la marca del partido, todo lo demás son detalles que tienen una relevancia más bien menor”, menciona esta fuente, quien da ya por hecho que, en el caso de que tenga que repetirse la cita con las urnas, será Rajoy quien vuelva a presentarse al frente del PP. “Si atendemos a las encuestas y los sondeos, lo único claro y constante es que el PP aparece siempre como el partido más votado. Luego hay oscilaciones algo singulares, Ciudadanos se dispara, o Podemos se hunde, o el PSOE queda tercero… pero nosotros somos los únicos que aparecemos siempre en la fotografía como el vencedor. ¿Entonces, a qué cambiar la apuesta?”, concluye.
En las filas conservadoras circulan comentarios y teorías de todo tipo. Desde quienes aseguran que su actual presidente es un ‘espantavotos’ y sería necesario y urgente su relevo, hasta quienes, pese a no comulgar con la continuidad de Rajoy, se muestran muy escépticos a la hora de acometer un cambio, por considerar que no hay tiempo dado que los comicios son en junio.
Las elecciones están ya fijadas en todas las agendas de los dirigentes populares. Este fin de semana, en el congreso provincial de Pontevedra, que supuso el retorno a su ciudad después de ser declarado “persona non grata”, Rajoy insistió a en que “hay que mirar el futuro” y se permitió algunas chanzas sobre quienes le piden que preste su apoyo al PSOE para que llegue al Gobierno. En evidente alusión a Rivera, exclamó: “¿Qué clase de broma es esta?, nuestro programa es mil veces mejor que el de los 130 escaños”. Mano firme hacia Ciudadanos, sin atacar en exceso a Albert Rivera, es la consigna. Tarde o temprano, habrá que hablar y, si es posible, hasta intentar entenderse.