Pocos habrían imaginado que una guerra convencional -con armas y en un enfrentamiento frontal entre dos ejércitos- podría estallar en Europa en el año 2022. La invasión de Rusia sobre Ucrania ha cambiado el modo en el que se articula el mundo, con una OTAN que cierra filas y esgrime un nuevo plan de rearme ante la amenaza de Moscú.
La guerra se libra ciudad por ciudad, calle por calle y, como ocurre a menudo, se ceba entre la población civil. "Rusia muestra un desprecio absoluto por la población civil en Ucrania", advierten los informes de Amnistía Internacional. A los ucranianos no les queda más remedio que abandonarlo todo para sobrevivir y marcharse a un nuevo país en el que empezar de cero. 127.252 lo han hecho en España desde que comenzó el conflicto.
Es difícil recordar una ocasión en las últimas décadas donde España se haya hecho cargo de una acogida tan significativa ante un escenario de guerra. La evacuación de Kabul, sin ir más lejos, supuso la acogida de unos 2.000 afganos, con la repercusión mediática que supuso.
A principios de marzo llegaron los primeros ucranianos a España. Desde entonces se han activado todos los mecanismos necesarios para que los civiles que huyen de los zarpazos rusos dispongan de lo necesario para su integración en España: acceso a sistema sanitario, educación o vivienda, entre otros.
El sistema de acogida
Según ha podido saber Vozpópuli, la gestión de la acogida de los ucranianos en España recae en el Comité de Situación, órgano de apoyo al Consejo de Seguridad Nacional que se ha reunido dieciséis veces desde que comenzó la guerra. Para este cometido, el Comité ha creado un grupo de trabajo específico que coordina el trabajo de todos los Ministerios con responsabilidad en la recepción, acogida y protección temporal de los desplazados por la invasión rusa de Ucrania, cada uno desde su ámbito de competencias.
España es el quinto país de la Unión Europea que ha concedido un mayor número de concesiones de protección temporal a ucranianos que huyen de la guerra, un total de 127.252. De ellos, 53.171 son niños o adolescentes, menores de 18 años. Las concesiones de protección temporal se gestionan en cuatro Centros de Recepción, Acogida y Derivación (CREADE) ubicados en Madrid, Barcelona, Alicante y Málaga, y en noventa delegaciones de la Policía Nacional en toda España.
Más cifras: 26.438 estudiantes ucranianos están escolarizados y se han entregado 47.794 tarjetas sanitarias individuales. El Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones ha atendido casi 100.000 llamadas en un teléfono facilitado a los ucranianos para resolver sus dudas sobre su situación en nuestro país.
Una acogida que se ha traducido también en otros ámbitos, poniendo de manifiesto el nivel de integración de los ucranianos en España. El pasado 22 de junio se presentó en el Consejo Superior de Deportes el protocolo para facilitar práctica deportiva federada a los niños y adolescentes que se vieron obligados a interrumpir su actividad debido a la guerra en su país.
Una guerra de larga duración
Una de las conclusiones a la que llegaron las delegaciones internacionales presentes en la Cumbre de la OTAN de Madrid es que la guerra se está prolongando mucho más de lo que habría esperado Vladimir Putin. El presidente ruso esperaba que Kiev cediese en pocos días, pero la resistencia ucraniana y los problemas logísticos del ejército ruso han frustrado sus expectativas.
Han pasado cuatro meses desde que se lanzara la primera ofensiva y, desde entonces, más de ocho millones de ucranianos han abandonado el país. "Nuestra seguridad y nuestros valores democráticos están en juego", aseveraba Jens Stoltenberg al término de la Cumbre.
Los informes advierten de que el conflicto será de larga duración, lo que provocará un constante flujo de ucranianos que abandonen su país ante el hastío de la guerra; mientras tanto, España mantendrá activo el sistema de acogida que de momento ha servido para recibir e integrar a 127.252 personas.
