El delegado del Gobierno en Melilla, Abdelmalik El Barkani, este lunes que no consentirá nuevos ataques a la policía en el poblado melillense de La Cañada, después de que un grupo de personas atacara la noche del pasado domingo a una patrulla y les robara una escopeta y el sistema de comunicaciones del coche.
La Cañada está habitada especialmente por musulmanes y en los últimos años su población se ha radicalizado, lo que hace que esté bajo vigilancia. Sin embargo, los policías temen acudir a los avisos, pues son recibidos la mayor parte de las ocasiones con violencia por grupos incontrolados.
El incidente del domingo se produjo cuando la policía acudió a una llamada después de que una persona que se refugió en el barrio hubiera robado, tras amenazar con una navaja, una moto a un ciudadano. Un grupo de la UIP tuvo que acudir a la zona a rescatar a los agentes que estaban sitiados.
Las autoridades reclaman la cooperación de las personas que viven en La Cañada y no están de acuerdo con las agresiones
El delegado del Gobierno anunció que "no va a tolerar la impunidad en la que creen moverse quienes azuzan o protagonizan incidentes como el del domingo en el que un grupo de personas acorraló e intentó agredir, lanzando objetos contundentes de todo tipo, a la patrulla policial desplazada para esclarecer el robo de la motocicleta". Abdelmalik El Barkani se comprometió en un comunicado a detener a los responsables de las agresiones y a los que destrozaron los dos vehículos policiales contra los que un grupo de personas lanzaron todo tipo de objetos. El delegado reclama la cooperación de las personas que viven en ese poblado y que no están de acuerdo con las agresiones a los policías.
El primer consejo que recibe un turista cuando llega a la preciosa ciudad de Melilla es que puede visitar todas sus calles, donde hay gran seguridad, pero nunca debe acudir a la Cañada donde viven cientos de personas, algunas de ellas radicales del Islam, que encuentran en sus calles y mezquitas lugares donde desarrollar sus campañas contra los que no comparten sus creencias.