Antes de ser nombrado comisario de Energía y Cambio Climático, Miguel Arias Cañete tiene dos heridas muy profundas que necesita cicatrizar. Y cada vez que intenta cerrar una la otra se abre un poco más, haciendo que la candidatura española sea la más cuestionada de las 27 (la 28º corresponde al presidente luxemburgués Jean-Claude Juncker). A Cañete se le acusa de machista por proferir unas lamentables declaraciones sobre su contrincante socialista, Elena Valenciano, tras un debate previo a las elecciones europeas. Pero también, y cada vez más alto, de conflicto de intereses por poseer acciones en dos petroleras y venderlas inmediatamente después de ser designado al frente del Clima y la Energía, y hasta de favorecer a familiares en este sector, como ha informado Vozpópuli en los últimos días.
Para responder a las acusaciones que lo tacharán de sexista, el exministro de Agricultura está intentando rodearse de mujeres para su nuevo equipo, según varias fuentes de la Comisión. La primera en llegar será una antigua colaboradora de su etapa como eurodiputado, Cristina Lobillo Borrero. Nombrada jefa de su gabinete, Lobillo siguió en la Comisión Europea tras volver Cañete a Madrid de la mano de Aznar. Su última etapa la ejerció en la Dirección General de Comercio (Trade).
La primera en llegar será una antigua colaboradora de su etapa como eurodiputado, Cristina Lobillo Borrero
Cañete busca más candidatas para integrar su equipo, una de las cuales (portavoz ante los medios de comunicación) no será española, de acuerdo con una norma no escrita que rige en la Comisión. De hecho, el aspirante a comisario no pierde ocasión en recordar que todo lo que sabe en Agricultura “se debe a Loyola de Palacio”. Es muy probable que Cañete utilice los nombramientos y su pasado de colaboración con altos cargos de perfil femenino en el terrible examen que le espera el próximo 1 de octubre en la Eurocámara, el cual decidirá todo.
La Defensora contra el “conflicto de intereses”
Peor pintan las cosas en la esfera privada del candidato español. Que la izquierda europea, los ecologistas y las ONG relacionadas con la lucha contra el cambio climático le acusen de ser el “candidato de las petroleras” no es algo nuevo. El problema es que Cañete ha vendido sus acciones en dos compañías (Ducor y Petrologis Canarias) tras conocerse la nominación y sus conexiones familiares en el sector que dirigirá están saliendo a la luz: su mujer recibió ayudas de la UE cuando él era ministro, su cuñado preside las petroleras en las que Cañete tiene acciones y su hijo es igualmente accionista de ambas. De todo ello informó este medio la semana pasada.
La Defensora de la UE: “la Comisión Europea tiene que revisar mejor los casos en los que se dé la puerta giratoria” para evitar “conflictos de intereses”
En este sentido, la Defensora de la UE (Ombudsman), Emily O’Reilly, acaba de lanzar un informe que parece un traje a la medida de los grupos de oposición a Cañete. Según O’Reilly, “la Comisión Europea tiene que revisar mejor los casos en los que se dé la puerta giratoria” para evitar que éstos incurran en “conflictos de intereses”. El informe, que ha identificado 54 casos, recomienda investigar “a cualquier persona, indistintamente de su cargo”.
Se habla de funcionarios, pero el texto afecta a todos los estamentos y será utilizado por el resto de grupos en la Eurocámara. UPyD se reunió a última hora de ayer con la Defensora Europea para analizar las repercusiones de este informe, incluyendo los flecos que puedan alcanzar a Cañete, a cuya designación se opone totalmente la formación magenta.
Dudas en la derecha europea
Por ahora nada se sabe de pactos, aunque los eurodiputados españoles presentes en los grupos de izquierda (IU y Podemos), liberales (UPyD) y Verdes (ICV, Compromís) promueven un lobby activo contra la candidatura de Cañete, y es muy probable que sus colegas del PSOE estén haciendo lo propio dentro del grupo socialista para rechazar al aspirante español.
El nuevo secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ya ordenó votar contra la opción presidencial de Jean-Claude Juncker, que salió finalmente adelante. No hacerlo contra la del exministro resultaría más difícil de explicar entre el electorado y fácilmente atacable desde la izquierda. Y es probable que la marea anti-Cañete haya llegado a sembrar dudas al propio Partido Popular Europeo, parte del cual ya piensa en un Plan B por si se produjera el rechazo, según varias opiniones recabadas por este medio durante los últimos días. Hace poco, la diputada maltesa Roberta Metsola desdramatizaba el asunto: “El examen del Europarlamento está para demostrar que los comisarios son competentes”, dijo.
Solo el británico Jonathan Hill, excolaborador de John Major y lobista que aspira a la cartera de Estabilidad Financiera, despierta tantos recelos por su cercanía a la City londinense. Por su parte, el no a Cañete supondría un durísimo varapalo para Mariano Rajoy tras la reciente dimisión de Alberto Ruiz-Gallardón.