Es conocido que fueron los soldados británicos desplazados a India a principios de s. XIX los que popularizaron el consumo del gin-tonics al recurrir a la ginebra para combatir el sabor amargo de la quinina (tónica), sustancia empleada en el tratamiento contra la malaria. Estos fines medicinales no son precisamente los mismos que se persiguen hoy día con la ingesta de esta bebida alcohólica. Sin embargo, tal combinado todavía será dispensando durante el próximo año por el Ministerio de Defensa que dirige Pedro Morenés, en concreto, en el cuartel general del Estado Mayor de la Defensa, responsable de planear y dirigir todas las operaciones militares de nuestras Fuerzas Armadas.
Según ha podido saber Vozpópuli, el Gobierno subvencionará el gin-tonic y otras consumiciones de alta graduación en las cafeterías de este órgano auxiliar del Jefe del Estado Mayor de la Defensa (Jemad), almirante general Fernando García Sánchez, la máxima autoridad militar del país después del Rey.
El Ministerio de Defensa, que acaba de iniciar la contratación del servicio de hostelería 2014-2015 para el Estado Mayor de la Defensa, ha incluido diferentes combinados en la lista de precios elaborada para concurso de las empresas candidatas. Con unos importes que no son de mercado, muy por debajo de los que se exigen en la calle, aparecen el gin-tonic nacional a 2,88 euros; ginebra de importación, a 2,94; ron de caña, vodka y whisky nacional, al mismo precio, y whisky de importación, a 3,06 euros.
Asimismo, en la cafetería del Estado Mayor de la Defensa, cuyo comedor está habilitado para el almuerzo diario de 300 mandos militares, se podrán pedir licores variados como pacharán por 1,38 euros; licor de hierbas, 1,56; y orujo, por 1,68. El coste del carajillo apenas ascenderá a 90 céntimos. Además, para los actos protocolarios, institucionales y cocktails se autoriza la dispensa de vinos de crianza Rioja o Ribera de Duero; cerveza y cava. Entre los canapés no faltarán el caviar y la trucha.
No faltarán tampoco los vinos crianza y los canapés de caviar y trucha en los actos protocolarios y 'cocktails' que ofrezca este órgano militar
De igual modo, el menú previsto para esos aproximadamente 300 comensales diarios (6.000 almuerzos mensuales) es más barato que cualquier otro ofertado en los alrededores del complejo, ubicado en la calle Vitrubio, muy cerca del Paseo de la Castellana. Defensa establece un importe máximo de 6,25 euros para primer plato (a elegir entre 3 opciones), segundo plato (a elegir entre 3 opciones), postre (a elegir entre 3 opciones), pan y bebida (vino de mesa, gaseosa y agua). En cuanto a las cenas, un total de 463 al mes, el menú máximo propuesto es de 3,41 euros, incluyendo también primer plato, segundo, postre, agua, vino y pan.
El presupuesto que el Ministerio de Defensa ha destinado a la cobertura de este servicio de hostelería se eleva como máximo a 261.121,31 euros, impuestos incluidos. La duración del contrato contempla desde el próximo 1 de junio hasta el día 30 del mismo mes del año 2015.
El precedente de los parlamentarios
El pasado junio, el Congreso de los Diputados acordó sacar las bebidas alcohólicas de alta graduación de la lista de precios limitados que figuraba en la renovación del catering de sus restaurantes y cafeterías. La Mesa de la Cámara Baja tomó esta medida con la intención de que fuera el adjudicatario del concurso quien fijara el importe de los combinados. De la nueva relación, desaparecieron además de los cubatas -cuya cuantía oscilaba entre los 3,45 euros del gin-tonic de Larios y los 6,85 euros del cubalibre del ron Habana 7-, todos los whiskys, brandys y coñacs. La dispensa de vino y cerveza nunca fue puesta en entredicho.
Ante la polémica desatada entonces, Esquerra Republicana (ERC) llegó a exigir al presidente del Congreso, Jesús Posada, que se prohibiera la venta de destilados en las Cortes, tal y como ya se hizo en el Parlamento catalán. Esta formación remitió una carta a la Mesa enfatizando que tales bebidas de alta graduación "no son necesarias" en instituciones públicas. Sin embargo, la Cámara Baja se negó a aplicar la ley seca y mantuvo los combinados. Su único gesto fue dejar el precio de los mismos a elección de la empresa adjudicataria. ¿Hará lo propio el Estado Mayor de la Defensa?