A medida que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tacha días del calendario para ser el anfitrión de la cumbre de la OTAN en Madrid, crece la preocupación en el PSOE por la beligerancia de su socio contra la Alianza Atlántica. Por eso, según ha sabido Vozpópuli de fuente gubernamentales, el sector socialista del Gobierno está presionando a los morados para que bajen el ruido, aunque sin éxito por el momento.
Las fuentes consultadas sostienen que los socialistas respetan la tradición antiOTAN de sus socios. En plata: sabían con quién iban a gobernar. El problema son los plantones, las acusaciones de irregularidades en contratos y las excusas para evitar aclarar si la máxima representante de Unidas Podemos en Moncloa acudirá a la cita de los próximos 29 y 30 de junio que congregará a los aliados del club militar más importante del mundo.
Por todo ello, el PSOE está inquieto ante el daño que su socio pueda provocar a la imagen internacional de España. Todas las capitales aliadas miran al Gobierno español y ven que el Ejecutivo tiene dos almas. No por casualidad, la ministra portavoz, Isabel Rodríguez, marcó este martes a Yolanda Díaz y Alberto Garzón en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.
Una cita "muy importante"
Poco después fue el presidente, Pedro Sánchez, quien se encargó de menospreciar la postura de sus aliados en Moncloa, cuya postura calificó como "testimonial". Es más, insinuó que es una antigualla que viene "de lejos": "Han pasado muchos años y el contexto geopolítico es otro". Además, el líder socialista fue contundente con su vicepresidenta segunda, quien se escudó en el desconocimiento de su agenda para no aclarar si dejará solo a su jefe en el evento internacional más importante para Ejecutivo. Sánchez recalcó que el anfitrión de la cumbre es él.
La también ministra de Política Territorial fijó la posición del Ejecutivo en su conjunto sobre la OTAN ante Díaz y Garzón y recordó que la política Exterior es un asunto que atañe al presidente. Y eso que las preguntas de la prensa sobre la OTAN iban dirigidas tanto a Díaz como a Garzón. Aún así, Rodríguez reiteró la "importancia estratégica" para de la cita de Madrid y el "compromiso con la Alianza" de Madrid. "Esta cita es muy importante, porque afecta a la reputación de España", ha remachado la portavoz.
Lo cierto es que la rueda de presa del consejo de ministros dejó clara una cosa: que el PSOE no quiere que la voz discordante de su socio se oiga muy alto. No es plato de buen gusto para el sector socialista compartir Gobierno con una fuerza abiertamente beligerante a la OTAN justo cuando la Alianza se reunirá en Madrid en una cita histórica dado el contexto de guerra en Ucrania y el proceso de adhesión de dos países tradicionalmente neutrales, como Suecia y Finlandia que Sánchez busca como trampolín internacional.
Un desmentido que complica todo
Lo más curioso del lío de la OTAN es que tensionando de nuevo la relación entre Yolanda Díaz y los suyos. La lideresa morada en Moncloa desmintió a Podemos, que acusó al Gobierno del que forman parte de cerrar un contrato irregular, "a dedo", por 37 millones de euros para organizar la cumbre de la OTAN. La lideresa morada salió pronto a zanjar que todo estaba dentro de la legalidad.
Tras la calculada ambigüedad de Yolanda Díaz respecto a su asistencia a la cita de Madrid se esconde un difícil equilibrio: no romper la tradición pacifista pero mantener un perfil presidencial. Esa es la clave. La vicepresidenta segunda, ya centrada en dar forma a 'Sumar' para desembocar en una hipotética candidatura a la presidencia del Gobierno, la ha llevado a no explotar un conflicto interno en el Gobierno con el PSOE en un asunto de Estado.
No obstante, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, insistió en que la coalición no está en riesgo. Y que no es previsible que la OTAN haga saltar por los aires el acuerdo de Gobierno entre el PSOE y Unidas Podemos. Pero ya no se puede apoyar en el perfil institucional de Díaz. La titular de Trabajo está atada al devenir de su herramienta, 'Sumar', y de los partidos que la harán crecer. No puede ser un misil contra los cuadros y las bases que la tienen que aupar. Y, por eso, Díaz sabe que no tiene tan fácil apoyar públicamente a Sánchez con la OTAN como con el envío de armas a Ucrania.
Titiritero
Esto no es periodismo. No hay testimonios ni pruebas que respalden la noticia. No se dan nombres. Esto lo podía haber escrito yo desde mi casa.