España

Los niños 'cajeristas', obligados a robar 12 horas al día en Madrid

Dos padres de clanes rumanos eran los encargados de dirigir el negocio de los 'cajeristas' en la Comunidad de Madrid, y para ello utilizaban a niños, mayoritariamente sus hijos, para

  • Imagen de recurso de un agente de la Policía Nacional. -

Dos padres de clanes rumanos eran los encargados de dirigir el negocio de los 'cajeristas' en la Comunidad de Madrid, y para ello utilizaban a niños, mayoritariamente sus hijos, para que robaran a ancianos en los cajeros con "jornadas laborales" de 12 horas al día.

El incremento de las denuncias por robos y hurtos a ancianos fue el origen de la denominada Operación Nastase, en honor a un exjugador de tenis rumano, que ha culminado con 26 detenidos que obligaban a delinquir a 37 niños, la mayoría de ellos sus propios hijos.

Sin embargo, los investigadores desconocen cuál es la familia de un tercio de los menores implicados en estos robos. Los policías creen, por el 'modus operandi' de otras organizaciones, que estos niños eran captados o incluso vendidos a la banda por una cantidad cercana a los 5.000 euros, y venían a España con el único fin de robar.

El origen de estos niños es uno de las pesquisas pendientes que aún tienen por delante los agentes de la Jefatura Superior de Policía Nacional de Madrid que han desarrollado la operación.

La organización estaba formada por 18 adultos y 8 menores de entre 14 y 18 años, además otros 37 niños sin responsabilidad penal por no superar los 14 años. Actuaban en binomios, preferentemente en barrios pudientes, y tenían claro su cometido. Uno se dedicaba a despistar a la víctima mientras su compañero hurtaba el dinero del cajero.

Encada robo conseguían entre 600 y 1.000 euros

La Policía Nacional calcula que en cada robo se podrían apropiar de entre 600 y 1.000 euros. Los niños tenían una "jornadas intensivas de trabajo" de lunes a domingo.

"Salían de casa a las ocho de la mañana y volvían a las ocho de la tarde. No pasaban por casa ni para comer", ha explicado este jueves en una rueda de prensa María Soria, inspectora del Grupo XVI de la Sección de Crimen Organizado de la Policía Judicial.

Los investigadores han constatado que los menores iban incrementando su violencia con el paso del tiempo ya que en sus últimas acciones empujaban o tiraban al suelo a sus víctimas, todas ellas ancianos.

Para los niños no era negativo robar

"Los menores veían esa actividad como su trabajo y en su cabeza no era algo negativo", ha asegurado Simón Facal, inspector jefe del Grupo XVI.

Una vez concluía su jornada laboral, mientras volvían a casa en un Uber, mostraban en redes sociales como TikTok los fajos de billetes que habían conseguido. Los miembros de esta banda residían en cinco viviendas okupadas en Getafe y Fuenlabarada, en unas condiciones higiénicas y de salud deplorables, entre comida caducada.

En estas casas, donde vivían hasta cinco niños en una habitación, los adultos exhibían su "mano dura", ya que incluso pegaban a los menores que no les hacían caso.

La Policía Nacional registró el pasado 13 de diciembre estos inmuebles, donde localizaron casi 10.000 euros en efectivo, varios relojes de alta gama, teléfonos móviles y diversa documentación que está siendo analizada por los investigadores.

"Giras" delictivas

El cerco policial sobre sus actuaciones delictivas hizo que los clanes tuvieran que reemplazar a los niños encargados de los robos. Una vez que en España eran identificados se desplazaban a otros países europeos para hacer un "tour delictivo". El destino final del dinero robado, cifrado en "cientos de miles de euros", era Rumanía donde los clanes sí mostraban sus riquezas y tenían más propiedades.

Con esta operación, la Policía Nacional ha esclarecido más de 200 delitos aunque esta banda podría tener vinculaciones con un total de 500 hechos delictivos, según han informado a EFE fuentes de la investigación.

En el operativo policial han colaborado diversas comisarías de distrito y locales de Madrid y el Grupo de Menores (GRUME), la agregaduría de Interior de España en Rumanía y las autoridades policiales de ese país. Las pesquisas del Grupo XVI de la Policía Judicial aún siguen abiertas ya que quedan incógnitas por desentrañar, como el destino del dinero o los lazos familiares desconocidos de los menores. 

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