Organizaciones de atención a migrantes han denunciado la desprotección que sufren los menores que viajan solos ante unas políticas migratorias que priorizan el control de las fronteras frente a los derechos de los niños: "La vulneración de sus derechos es una práctica generada que no entiende de continentes".
Ocurre en países como España o México, expone el informe "La desprotección de la infancia no acompañada en frontera", elaborado por Entreculturas y el Servicio Jesuita de Migrantes, entre otras organizaciones, para denunciar el sufrimiento común de los niños que han tenido que abandonar sus hogares y se encuentran con políticas que les criminalizan.
"Son tratados como extranjeros indocumentados, en vez de como niños y adolescentes sujetos de derechos; los menores en las fronteras pese a la convención de los derechos de la infancia de obligado cumplimiento no están recibiendo la protección que merecen, ni en Europa ni en EEUU, donde se priorizan el control de los flujos a los derechos humanos", ha denunciado Irene Ortega, de Entreculturas.
La jurista ha reclamado revisar las leyes para que esos derechos estén por encima de cualquier otra consideración, despolitizar la acogida de los niños, terminar con las devoluciones sumarias y ofrecer vías legales y seguras para que los migrantes puedan solicitar protección en las embajadas y se garanticen sus derechos en tránsito y destino.
Melilla es una ciudad a la que cuesta mucho llegar y de la que resulta difícil salir", expone el informe por la maraña de normas que atrapa a los menores.
En definitiva, cumplir con el Pacto Global para una migración segura, regular y ordenada, que prioriza el efecto en los derechos de los niños con un enfoque de infancia.
Melilla: maraña de normas que atrapa a los menores
"Es una ciudad a la que cuesta mucho llegar y de la que resulta difícil salir", expone el informe por la maraña de normas y prácticas administrativas que atrapa a los menores a la espera de una decisión sobre su futuro.
El abogado del Servicio Jesuita al Migrante que trabaja en Melilla, Javier Moreno, ha lamentado la ausencia de voluntad política para resolver esa desprotección a la que se enfrentan los menores por "laberintos burocráticos y ausencia de tutela de sus derechos".
"Faltan garantías en los procedimiento de devolución, los menores se encuentran con obstáculos para pedir asilo y no se garantiza la libre circulación con la península", explica Moreno, quien destaca que "la frontera no se sitúa solo en la valla, sino que los menores se topan con otras interiores en los centros de acogida, que a veces son lugares de violencia y donde los niños se sienten muy solos".
Para el abogado, "la externalización de fronteras como política migratoria europea produce desenlaces como los que se vivieron en Ceuta durante el 17 y 18 de mayo de 2021, y que junto a las devoluciones sumarias desprotegen y exponen a más violencia a niños, niñas y menores no acompañados".
En México, los niños se enfrentan a amenazan del crimen organizado, situaciones de trata, secuestros, robos, abusos físicos y sexuales".
México: violencia y pobreza
Desde México, Luis Arturo Macías vive de cerca la situación de los menores que intentan llegar a EEUU, como abogado del Servicio Jesuita a Migrantes.
"Los niños se enfrentan a amenazan del crimen organizado, situaciones de trata, secuestros, robos, abusos físicos y sexuales; además los habitantes por donde pasan los extorsionan y la respuesta del gobierno mexicano es una política de enfoque de seguridad nacional", lamenta este defensor.
El largo camino que deben atravesar los menores y esas situaciones de violencia van generando en los niños problemas de salud, físico y emocional, desconfianza y angustia, a lo que se ha añadido el efecto la covid que ha agudizado aún más esos problemas salud mental, relata.
En la celebración del Día Internacional del Migrante, Aldeas Infantiles recuerda que unos 36 millones de menores se han visto obligados a abandonar sus hogares en 2020: 20,5 millones están desplazados en sus propios países por conflictos armados, 11,8 millones son refugiados y 1,3 millones solicitantes de asilo.