Internacional

Macron reabre Notre Dame por todo lo alto y exhibe su influencia internacional de la mano de Donald Trump

París no ha contado con representación española y tampoco han asistido Ursula von der Leyen y el Papa Francisco

  • Entrada de Notre Dame -

La Catedral de Notre Dame reabre sus puertas en un acto solemne celebrado cinco años después de que las llamas consumieran parte de su belleza. Un acto que el Gobierno de Francia ha celebrado por todo lo alto, con ilustres invitados de todo el mundo, como el ganador de las elecciones presidenciales de Estados Unidos, Donald Trump, quien ocupa un sitio de honor al lado del dirigente francés, o el presidente de Ucrania, Volodomir Zelenski. Una ceremonia significativa que no ha contado con representación española después de que Pedro Sánchez rechazara la invitación del Eliseo y no enviase siquiera el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, lo cual ya ha sido criticado duramente por los líderes populares. Por su parte, la Casa Real tampoco ha estado presente en la ceremonia.

La ausencia más sonada ha sido la de Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, pese a haber aceptado acudir en primera instancia. La lideresa europea se ha puesto en contacto con Macron para cancelar su presencia tras cerrar el Tratado de Libre Comercio con Mercosur, un pacto que no ha gustado al presidente francés, quien se encuentra ya buscando apoyos para tumbarlo. La otra gran ausencia ha sido la del Papa Francisco, quien ha rechazado la invitación por motivos de salud, según ha hecho público el propio Vaticano.

Trump sentado junto a Macron en la inauguración de Notre Dame

"Estamos aquí", ha escrito el presidente de Francia, Emmanuel Macron, en los momentos previos a la apertura de las puertas. "El mundo nos está mirando".

El encargado de reabrir la Catedral ha sido el arzobispo de París, Laurent Ulrich, con un rito que ha consistido en llamar solemnemente a las puertas golpeando con su cruz y esperar la respuesta del templo gótico, que ha sido entonada por los coros en su interior, antes de cruzar el umbral. "Hermanos y hermanas", ha proclamado el arzopispo Ulrich, ataviado con una colorida casulla diseñada por el estilista Jean-Charles de Castelbajac, antes de golpear el portón con su báculo.

En concreto, los cantores de Notre Dame han pronunciado el salmo 121 de la Biblia -"A las montañas levanto mis ojos; "¿De dónde vendrá mi socorro? Mi ayuda proviene del Señor, creador del cielo y la tierra"- cada una de las tres veces que el arzobispo pidió a Notre Dame que abriera sus puertas.

El arzobispo de París, Laurent Ulrich, inaugurando Notre Dame

A la ceremonia, que se ha tenido que reajustar por culpa del viento y la lluvia y que ha comenzado con el tañido de las campanas de la catedral, han asistido también decenas de dirigentes de todo el mundo, como la primera dama de Estados Unidos, Jill Biden; la primera ministra italiana, Giorgia Meloni o el príncipe William de Inglaterra. También han estado presentes expresidentes franceses como François Hollande o Nicolás Sarkozy o miembros de la monarquía europea como Alberto de Mónaco y los reyes de Bélgica.

La reapertura de la catedral ha comenzado con el sonido de las campanas, tras el ritual protagonizado por el arzobispo parisino. Posteriormente, los presentes han aplaudido a bomberos y policías y el mensaje 'merci' (gracias) ha iluminado la fachada de Notre Dame, reconociendo el trabajo que realizaron durante la tragedia.

La ceremonia se ha desarrollado en tres partes. En primer lugar, el "despertar" del gran órgano, el más grande de Francia, con 8.000 tubos y 115 registros. En segundo lugar, ha ocurrido el llamado "canto del Oficio", una serie de salmos y oraciones, incluido el Padrenuestro. A continuación, el arzobispo ha impartido la bendición final y el coro ha cantado el 'Te Deum'.

En su discurso en la catedral, Emmanuel Macron ha expresado su "gratitud para todos aquellos que salvaron y reconstryeron Notre Dame de París". "Las campanas y el órgano vuelven a sonar, una esperanza para los parisinos, franceses y gente de todo el mundo", ha manifestado el presidente francés.

Macron recuerda ese fatídico 15 de abril en sus palabras y como el sonido de las campanas de Notre Dame pudo apagarse para siempre. "Esa noche, la mala suerte llevó las llamas al campanario norte y acabamos viendo la valentía de los bomberos y sus superiores, sumergiéndose en el fuego para que las campanas no cayeran y con ellas toda la catedral", ha dicho. "Esa noche nadie falleció", ha añadido. Asimismo, ha recordado como la imagen de la Virgen quedó "inmaculada" y no fue dañada por el fuego.

El dirigente galo ha aprovechado para mandar un mensaje al mundo. La solidaridad vista en Notre Dame "fue una metáfora de lo que debería ser el mundo, fraternidad de un pueblo para adoptar grandes decisiones, fraternidad universal", ha defendido. "Juntos lo hemos hecho posible, demos gracias por ello, ¡viva Notre Dame de París! ¡Viva la República! ¡Viva Francia!", ha finalizado Macron.

Tras el discurso del líder francés, ha dado comienzo la parte religiosa. El arzobispo Ulrich ha tomado la palabra y ha agredicido el trabajo de los bomberos y las donaciones de las empresas que han permitido la reconstrucción de la Catedral de Notre Dame. Después, ha leído la carta enviada por el Papa Francisco. Una vez finalizado el arzobispo, el órgano ha sonado, por fin, cinco años después.

"Notre Dame pronto volverá a ser visitada y admirada por una inmensa multitud de personas de todas las condiciones, orígenes, religiones, lenguas y culturas, muchas de ellas en busca de absolutos y sentido a sus vidas", ha escrito el Papa. En su carta también ha querido agredecer el trabajo realizado especialmente por los bomberos, que actuaron "con valentía para salvar este monumento histórico".

"Es hermoso y reconfortante que los conocimientos de antaño se hayan conservado y mejorado sabiamente. Pero es aún más hermoso que muchos trabajadores y artesanos hayan dado testimonio de haber vivido esta aventura de restauración con un auténtico enfoque espiritual", ha aplaudido en su texto. Además, ha deseado "que el renacimiento de esta admirable iglesia constituya, pues, un signo profético de la renovación de la Iglesia en Francia".

Millones de euros en donaciones y una promesa de reconstrucción en un periodo de cinco años cumplida

Tras el devastador incendio, las autoridades lograron reunir unos 850 millones de euros en donaciones realizadas por cerca de 340.000 donantes en 150 países, quienes han contribuido significativamente a la considerada por muchos como "obra del siglo".

Después de que la catedral se prendiera fuego ante la horrorizada mirada de los parisinos, Macron prometió no solo reconstruirla en un periodo de cinco años sino "hacerla aún más hermosa". Ahora, desde el Elíseo, aseguran que se trata de un "objetivo cumplido". En su restauración han participado cerca de 2.000 trabajadores y 250 empresas.

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