La OCU ha publicado esta mañana un artículo que comenta la situación de los cigarrillos electrónicos en España. Una alternativa por la que muchos fumadores optan a la hora de dejar los cigarrillos convencionales o, simplemente, como un vicio al que recurren cuando están de fiesta o tomando algo con los amigos. ¿Es realmente malo para la salud? Evidentemente, sí. Cualquier tipo de humo o similar que entre en nuestro organismo perjudica gravemente a nuestros pulmones, un órgano imprescindible para la vida humana.
Desde la entidad han denunciado en multitud de ocasiones cualquier tipo de práctica relacionada con fumar. De hecho, han recalcado que los cigarrillos, sea el que sea, perjudican gravemente a nuestra salud y que puede acarrear, a corto y largo plazo, varias enfermedades como el cáncer de pulmón. Y es que la OCU tiene una función social por y para los españoles que ningún otro tipo de entidad ejerce. La organización fue fundada en el año 1975 y, desde su origen, se ha dedicado a salvaguardar los derechos de los consumidores a nivel nacional. Diariamente, publica artículos de todo tipo, desde los supermercados que mejor carne venden, hasta denuncias a compañías automovilísticas por defectos en sus productos.
La opinión de la OCU sobre los cigarrillos electrónicos
Hace años que en España es legal vapear. Un tema que ha tenido mucho debate y que siempre está en la palestra. Los detractores afirman que los cigarrillos electrónicos, al no tener una connotación negativa en el acervo español, se puede asociar fácilmente con algo puramente lúdico. No hay que ser un experto para saber que los cigarrillos electrónicos, como recalca la OCU, son igual de malos que el tabaco. Es tal la comparación, que la venta a menores de 18 años está prohibida. Una restricción que dice mucho y que deja claro que vapear, a ojos de la ley, es similar a fumar.
El principal problema de los cigarrillos electrónicos es que no hay una base empírica que secunde que el vapor caliente sea perjudicial para nuestro pulmones. Así lo recalca la OCU: "Se desconocen los efectos a largo plazo de inhalar el vapor de estos dispositivos, pues no ha pasado suficiente tiempo". Un clavo ardiendo al que se agarran los defensores de esta práctica. Hay que recalcar que hay diferentes líquidos que se les puede poner a los vapeadores: con nicotina y sin nicotina, además del sinfín de sabores que venden. El tema es que, si se consume el de nicotina, es muy probable que a la larga se acabe generando una dependencia a los cigarrillos electrónicos similar al del tabaco.
Por ello, la OCU ha dado un golpe en la mesa y ha exigido al Gobierno unas medidas más restrictivas para los cigarrillos electrónicos. "Desde OCU pedimos que se amplíe la regulación de estos dispositivos y se equipare a la del tabaco tanto en cuanto a publicidad, como a los lugares en los que se prohíbe vapear, o sus puntos de venta", así asevera la organización, que pide que los cigarrillos electrónicos se incluyan en la legislación del tabaco. Hasta el momento, las altas esferas no han respondido a la OCU, aunque desde la entidad se espera que se haga eco la queja y cambien la legislación.