Si la propia Adif Alta Velocidad no hubiese denunciado en noviembre de 2014 los pufos en torno a las obras del AVE en Barcelona quizás la Guardia Civil no habría podido desmantelar el pasado mes de junio la presunta trama de corrupción que se benefició de estas adjudicaciones de obra pública provocando un grave perjuicio al fisco.
Pero de la misma forma que la denuncia inicial de Adif ha sido clave para poner a los investigadores en la pista del delito, también han sido determinantes para la investigación las auditorías realizadas por tres empresas externas de ingeniería una vez que la Fiscalía Anticorrupción había abierto diligencias de investigación por los amaños hallados en las obras de la estación de La Sagrera referente a los accesos al recinto y la estructura del mismo, así como el tramo La Sagrera/Nudo la Trinidad en el sector Sant Andreu. Éstas detectaron un sobrecoste de 104 millones en los tres expedientes de obra investigados.
En uno de los tramos investigados el sobrecoste ascendió a 23 millones, en el segundo de ellos a 33 más y en el último se inflaron los precios en 48 millones
Así lo refleja el sumario de la operación Grizzly que detalla cómo Adif encomendó a las empresas Euroconsult, Saitec Engineering e Ines Ingenieros Consultores auditorías técnicas sobre los distintos tramos de obra del AVE a su paso por la ciudad condal.
En concreto, Euroconsult auditó el Proyecto de Construcción de los Accesos a la Estación de La Sagrera y detectó un sobrecoste de 23 millones; la mercantil Saitec Engineering hizo lo mismo con el Proyecto de Construcción de la Estructura de la Estación de La Sagrega y, en este caso, el fraude ascendía a 33 millones; mientras, la sociedad Ines Ingenieros Consultores inspeccionó las obras de ejecución del Proyecto de Construcción del tramo La Sagrera- Nudo la Trinidad - Sector Sant Andreu descubriendo que éstas fueron infladas en 48 millones de euros.
Dos certificaciones distintas
Gracias a los trabajos de dichas auditoras –que fueron incorporados al expediente interno de Adif- salieron a la luz las "notabilísimas" diferencias entre lo certificado y lo "supuestamente más ajustado a la realidad".
La titular del Juzgado de Instrucción número 26 de Barcelona, Roser Aixandri, explica en un auto que "las auditorías externas han ofrecido unos resultados que han permitido confirmar la existencia de excesos de medición y cuantificar razonablemente el detalle del sobrecoste generado con los mismos en cada una de las contratas". Asimismo, la instructora sostiene que "las certificaciones de obra confeccionadas en los tres expedientes investigados contienen datos mendaces, pues reiteradamente dan por realizados más trabajos que los efectivamente llevados a cabo por las empresas contratistas".
Cada mes los técnicos a cargo de la obra hacían dos certificaciones de obra distinta: una, real y, otra, ficticia
Los técnicos a cargo de dichas obras habrían confeccionado "mensualmente" dos ejecuciones de obra distintas: unas, reales y por tanto ajustadas a lo efectivamente ejecutado; y, otras, ficticias, y que eran las que se utilizaban para fundamentar los importes consignados en las certificaciones de obra emitidas hasta el momento de la denuncia y que son las que contienen el importe a satisfacer al contratista.
En la operación Grizzly se investigan delitos de malversación de caudales públicos, falsedad continuada en documento oficial y prevaricación.
