Domingo S.S., el médico del Gregorio Marañón detenido por la Guardia Civil, evitó ante el juzgado reconocer o negar los malos tratos a sus hijos y se limitó a recalcar que "estos hechos ya están siendo juzgados". Eso sí, el sanitario desmintió vender material del hospital y dijo que la ingente cantidad localizada en su domicilio fue recopilada durante años y que aumentó en los últimos tiempos por el "miedo" tras la pandemia del coronavirus. "Soy un veterano y he ido acumulando". Además defendió que se iban a mudar a finales de mes de la casa de Colmenar Viejo y por ese motivo tenían la casa desordenada y con bolsas y cajas apiñadas.
El médico declaró ante el Juzgado de Instrucción número 4 de Colmenar Viejo en calidad de investigado detenido tras unas diligencias practicadas por la Guardia Civil ante la confesión de uno de los menores a una profesora del presunto maltrato que sufría. El magistrado preguntó directamente al padre si agredía a sus hijos menores con mazo, martillo, espátula y un rodillo.
"Mire, en principio, los hechos están ya siendo investigadores, es decir yo tengo un sobreseimiento hasta 2018, no me acuerdo en que vista. Desde 2018 hasta el 18 de marzo se juzgaron en una vista previa", relató el padre que dijo que en el mes de mayo se iba a concretar esa situación por un retraso en "cuestiones administrativas". Este hombre aseguró que estuvo cumpliendo a "raja tabla" por la orden de alejamiento sobre una de sus hijas.
Evitó hablar del maltrato a los menores
Al no responder al magistrado, éste montó en cólera. "Yo le estoy preguntando, usted puede contestar o no contestar pero si esos hechos han sido enjuiciados o no, han sido conocidos o no, no le corresponde a usted determinarlo", le espetó el titular.
Tras varios intentos de conseguir respuestas, el médico afirmó que respondería sobre las medidas que solicitaría la Fiscalía sobre su situación con los menores. Manifestó estar conforme con una orden de protección sobre sus hijos menores pero en varias ocasiones cortó al magistrado: "una cosa con total sinceridad... de persona a persona". "De persona a persona no, usted aquí está como investigado", le recriminó el juez.
En ese momento, Domingo pidió al juez que dejara fuera de toda medida a su mujer porque "necesito organizar nuestra casa". "Tengo que seguir trabajando, tengo que mantener a mis hijos y eso para mí es básico yo hoy de hecho tengo guardia", suplicó al magistrado. Este médico del Gregorio Marañón se mostró conforme a que le impusieran una orden de alejamiento sobre sus tres hijos mayores pero rogó al juzgado que le dejaran ver a sus "hijos pequeños aunque fuera unas veces cada cierto tiempo".
En su declaración confesó que tenía permiso de armas pero no disponía de ellas. Esta autorización la solicitó hace dos o tres años porque provenía de un "sitio de cazadores", "soy salmantino de nacimiento aunque llevo en Madrid más de treinta años", pero negó tener pistolas o escopetas en su posesión.
La mayoría de los productos sanitarios "están caducados"
La Guardia Civil localizó 1.300 uniformes del Hospital Gregorio Marañón apilados en cajas y palés del sotano de la casa de Colmenar Viejo. También había casacas (empapadores) y pijamas. En su declaración, el médico defendió que desde el inicio de la pandemia la "situación de higiene y limpieza" ha sido "extrema". "Me he tenido que cambiar hasta tres veces o cuatro veces al día, precedido de una ducha", apuntó.
"¿Tengo muchos? Sí, es cierto, pero es que hago muchas guardias al mes, hago más de diez guardias señoría, señor fiscal, y tengo muy poquito tiempo, o sea aunque usted eso haya visto, eso va al lavadero". El sanitario explicó que los empapadores eran para sus hijos pequeños y que "la mayoría de esos productos están todos caducados". Además para corroborar su versión citó a las supervisoras del hospital.
"¿Qué pasa? Que llevo trabajando en el hospital Gregorio Marañón 14 años y he ido acumulando, sí, he ido acumulando y lo he ido metiendo ahí. Ahora nos tenemos que mover de casa porque nuestro contrato expira el 31 de mayo y lo he ido metiendo en palés, evidentemente, para cargarlos y llevárnoslos, pero si quiere usted hablar con supervisoras no hay, no tengo ningún inconveniente", manifestó.
El material sanitario "no ha sido vendido"
La Fiscalía preguntó a Domingo qué necesidad tenía de acumular 1.300 uniformes en su domicilio y el médico relató que el inventario del Gregorio Marañón está en un edificio separado y "a veces uno no tiene el tiempo suficiente y necesario como para ir a buscar pijamas". "Usted puede comprobar que esos pijamas no han sido vendidos, por supuesto, ni en ningún sitio, es simplemente que, a lo mejor, he llegado a acumular, de verdad que la paranoia, y se lo digo de verdad, la paranoia que uno ha adquirido con, cuando ha tenido el Covid, por lo menos en el servicio de urgencias ha sido muy, muy grande, eso se lo puedo garantizar", añadió.
El padre, investigado por maltrato a los menores, detalló que la mayor parte de las cajas de su garaje contenían empapadores en paquetes que el mismo precintó ya que estos productos estaban abiertos. Aseguró que solicitó cajas a sus amigos en el centro. "Esas cajas no las tengo que comprar y me sirven. Entonces, si quiere usted comprobar, en mi casa que las sabanindas están abiertas todas y precintadas por mi parte, igual que le he puesto un poco de plástico", subrayó.
Los ocho menores duermen juntos por "voluntad propia"
El representante del Ministerio Público también cuestionó al detenido por qué su despacho personal de la casa estaba impoluto pero el resto de la casa estaba sucia y desordenada. "Naturalmente, ese despacho es un despacho no de uso solo mío, ahí están todos, en ese despacho están todos los libros si ve usted, colocados, dispuestos para meter en cajas y marcharnos. En ese despacho hay dos mesas, yo les ofrecí a mis dos hijas mayores la posibilidad de estudiar ahí", alegó.
El padre de los ocho menores aseguró que los niños dormían en las camas "por voluntad propia" porque "la relación que tienen es tan maravillosa que quieren acostarse los unos con los otros". El médico aseguró que la casa estaba "llena de masilla" y se han dedicado en tapar todo lo posible los desperfectos. Iban a contratar a un pintor porque no podían "entregar la casa en esas características". Sobre la enfermedad de uno de sus hijos menores, Domingo reafirmó que estaba siendo tratado por una especialista y que su anterior denuncia por malos tratos se inició precisamente por las declaraciones de este niño.