Los padres del menor de ocho años con Trastorno del Espectro Autista (TEA) que sufrió quemaduras en una escuela de educación especial en Barcelona han pedido al centro apartar a los dos monitores investigados de sus funciones hasta que se conozca el resultado de la investigación. Así lo ha comunicado la abogada de la familia en un burofax remitido al escuela de educación especial Taiga, al que ha tenido acceso Vozpópuli.
Los progenitores del menor solicitan a la dirección que "como mínimo" se aparte a los dos monitores relacionados con los hechos del contacto con los otros niños del centro.
La letrada justifica la solicitud reflejada en la misiva como "único objeto de velar por el bienestar de los menores que, también con necesidades especiales, se encuentran escolarizados". Asimismo, le daba al centro un plazo de cinco días naturales para enviar una respuesta, una vez finalizado este plazo la familia podrá tomar las acciones legales que consideren oportunas.
Tal como consta en la denuncia presentada en la comisaría de los Mossos d’Esquadra, los hechos sucedieron el pasado 15 de enero, cuando el menor estaba en el comedor con dos trabajadores de la escuela. Según ha explicado el centro, el niño defecó y se manchó con sus heces. En ese momento, intentaron limpiar al menor perjudicado, pero este se resistía.
Según la versión del centro, mientras los monitores intentaban asearle, se golpeó accidentalmente el monomando del agua, que pasó a verter agua caliente. Defienden que los monitores, al llevar guantes de látex no notaron la temperatura, por lo que no pudieron reaccionar a tiempo. El Juzgado de Instrucción Número 32 de Barcelona ha ordenado investigar cómo se produjeron las graves quemaduras por las que el menor sigue ingresado en el Hospital del Vall d'Hebrón.
Fueron los propios sanitarios los que comunicaron las heridas al juzgado, como es habitual en este tipo de casos con lesiones como las que presentaba el menor. En paralelo, la familia presentó una denuncia ante los Mossos d'Esquadra.
El centro llegó a dar tres versiones
Según detalla la abogada de la familia, Mónica Santiago, en un primer momento, desde el centro informaron a los padres que las lesiones de su hijo podrían derivarse de los efectos secundarios de una de las medicaciones que recibía. Tras ser ingresado en el hospital como consecuencia de las graves quemaduras, les informaron que podría haber sido el propio el niño el que posó las manos debajo de agua caliente. Finalmente, el centro rectificó y emitió un comunicado en el que explicaba que los monitores no se dieron cuenta de la temperatura del agua por el uso de guantes de látex.
A la espera del avance de la investigación policial y que los implicados sean llamados a declarar. La abogada defensora ha remitido un burofax a la dirección del centro para solicitar más información de lo ocurrido y sobre los dos monitores implicados. Los abogados defienden que apesar de que el menor no sea capaz de verbalizar ideas, sí emite sonidos y que, por tanto, ante la gravedad de las lesiones tuvo que emitir algún sonido en señal del dolor probablemente afligido durante los hechos.
En la misiva, la familia denuncia que no sólo no se ha protegido al menor, que cuenta con una capacidad nula para hablar y limitación de movilidad, sino que "se ha atentato directamente contra su integridad por parte de personas que ostentan sobre él una evidente posición de superioridad".
Señalan, además, la dificultad añadida de conocer cómo se desarrollaron los hechos, teniendo en cuenta el cambio, hasta en tres ocasiones, de versión por parte de la escuela de educación especial. Avisan, por tanto, que dichas contradicciones serán puestas en conocimiento de los Mossos d'Esquadra y las correspondientes diligencias abiertas en el juzgado de instrucción.
El menor ha sido intervenido quirúrgicamente por las quemaduras
La familia pide la colaboración del centro y solicita permiso para que un perito capacitado pueda acceder a las instalaciones para analizar el lugar de los hechos. Asimismo, exponen su deseo de conocer si tras lo ocurrido se ha realizado alguna modificación en la habitación donde se procedió a asear al menor. También, piden que se les entregue a los padres los enseres de su hijo, así como la ropa que llevaba este en el día que se produjeron los hechos, "solicitando que no sean manipulados", ni siquiera por lo que respecta a la higiene.
De igual modo, la abogada se ha puesto en contacto con inspección de educación para que "tome cartas en el asunto" e investigue cómo se han desarrollado los hechos. No obstante, la familia no ha recibido respuesta oficial de la Generalitat.
El pequeño continúa ingresado en el Hospital Vall d'Hebrón después de haber sido intervenido quirúrgicamente este lunes de nuevo con injertos de piel de otras zonas de su cuerpo. Los padres se muestran preocupados tanto por las lesiones físicas de su hijo, cuyas heridas podrían provocarle problemas de movilidad en las manos, como por su estado mental.
Según explica la letrada, el niño tiene ahora "miedo al agua" y tiene que recibir, al igual que sus padres, atención psicológica por parte del propio Hospital Vall d'Hebrón.