El Tren de Alta Velocidad (TAV) va lento en su camino hacia el País Vasco. Las obras de esta infraestructura que se proyectó por primera vez en 2006 tendrían que estar terminadas en 2023. Al menos eso es lo que quiere el Gobierno vasco que dirige Íñigo Urkullu, pero el Ejecutivo central no se quiere comprometer a llegar en tiempo y forma a dicha fecha.
Esta misma semana se celebró en el Kursaal de San Sebastián la IV jornada internacional ferroviaria Basque Rail Way 2020, organizada por el departamento de Desarrollo Económico e Infraestructuras del Gobierno Vasco, el operador Eusko Trenbideak-Ferrocarriles Vascos y el gestor ferroviario Euskal Trenbide Sarea-Red Ferroviaria Vasca. El acto sirvió, en román paladino, como puesta de largo del célebre AVE vasco, también conocido como "Y vasca" porque unirá las tres principales ciudades. Una magna obra que no termina de hacerse realidad.
Los expertos calculan que, acabe cuando acabe, el coste final de la construcción del TAV superará los 6.000 millones de euros, lo que supone unos 2.000 millones más de lo presupuestado en su momento. Y las previsiones son que este Ave vasco pueda unir las tres capitales en solo 35 minutos y con un coste por viaje que estaría entre los 8 y los 12 euros.
Dos citas para impulsar unas obras eternas
Para el Gobierno de Urkullu, el TAV es una obra prioritaria y estratégica desde hace años. De hecho, el Ejecutivo autonómico se ha quejado con cierta frecuencia de la inacción de los diferentes gobiernos centrales. Ahora, con el nuevo Gobierno de PSOE y Podemos respaldado por el PNV, parece que por fin los trabajos se acelerarán.
La sintonía entre ambas administraciones es total. El ministro de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos, acudió al citado evento, donde estuvo acompañado por la consejera de Desarrollo Económico e Infraestructuras, Arantxa Tapia. Al verse en la capital donostiarra, ambos acordaron reunirse el próximo 13 de febrero en Madrid con el objetivo de "reanudar los asuntos de infraestructuras pendientes en la agenda vasca" y, en especial, las obras del TAV.
Si esa reunión se produce y va por el camino previsto, los Ejecutivos central y autonómico darán un espaldarazo clave a una infraestructura que lleva camino de eternizarse. El primer proyecto, de unos 4.000 millones de euros, data de 2006, si bien la idea de la alta velocidad vasca es anterior. La construcción de los tramos de vía ha sido más lenta de lo esperado.
Las obras no han estado exentas de polémica y problemas. Todavía existe un fuerte movimiento social en Euskadi, en su mayoría cercano a la izquierda abertzale, pero más heterogéneo, que rechaza la construcción del AVE. Un fuerte lastre para las obras fue que ETA también se oponía al TAV y lo situó como objetivo prioritario durante años. De hecho, en diciembre de 2008 la organización terrorista asesinó al empresario Ignacio Uría, cuya empresa trabajaba en uno de los tramos del tren.
Los plazos, decisivos
El Gobierno de Urkullu quiere a toda costa que las obras terminen cuando está previsto, 2023, y el TAV empiece a funcionar en enero de 2024. De confirmarse dicho calendario, el PNV podría presentarse ante los vascos como el principal artífice de la insfraestructura en un año electoral. Porque lo lógico es que en 2024 haya elecciones autonómicas, teniendo en cuenta que los comicios vascos serán en este 2020.
El objetivo temporal es compartido. Pero en el Gobierno no están seguros de que lleguen a tiempo. Durante su visita a la capital guipuzcoana, a Ábalos le preguntaron si las obras concluirán en 2023. El ministro de Transporte admitió no saber si "es viable" seguir hablando de esa fecha para la finalización de la 'Y vasca', si bien señaló, en todo caso, que ese es un "horizonte" que "hay que intentar mantener para meternos toda la presión posible" y "no relajarnos".
Ábalos también aseguró que durante el último año su ministerio -antes de Fomento, ahora de Transportes- "ha seguido trabajando en materia de licitación". Asimismo, sostuvo que ahora toca "resolver" el "esquema de financiación" de la integración de la 'Y' vasca en Bilbao, una vez que en Vitoria el tema parece cerrado.
En la reunión que Ábalos y Tapia mantendrán el 13 de febrero en Madrid, trabajarán sobre ese particular y también tratarán la situación del corredor entre Madrid y Vitoria y la conexión de la Y vasca tanto con Navarra como con Francia, así como las transferencias pendientes en materia de puertos y aeropuertos.