País Vasco

Urkullu logra el consenso para la ley de educación pero no para el Estatuto vasco

Todos los partidos salvo PP, Cs y Vox escenifican su apoyo al borrador de la nueva normativa de educación. La cuestión estatutaria, en cambio, sigue atascada pese a que el 'lehendakari' pide impulsarla

Una de cal y otra de arena. El lehendakari, Íñigo Urkullu, tiene dos grandes retos en forma de leyes para esta legislatura. Uno, reconocido pública y constantemente, es alumbrar una nueva normativa de educación. El otro, también obvio pero algo más taimado desde que estalló la pandemia, es aprobar un nuevo Estatuto de autonomía para el País Vasco que sustituya al Estatuto de Gernika que lleva cuarenta años en funcionamiento. Por ahora, solo el primer objetivo parece factible para el líder del Gobierno vasco.

Esta misma semana se escenificaba en el Parlamento vasco el respaldo de la gran mayoría de partidos al borrador de ley de educación. Los partidos gobernantes, PNV y PSE, que cuentan con una cómoda mayoría absoluta y a priori no lo necesitarían, tienen también el apoyo de Bildu y Podemos al texto. O sea, todos van en la misma línea menos PP+Cs y Vox. Un 90% de la Cámara. Un pacto que parecía imposible por la negativa de los bildutarras a que hubiera tres lenguas vehiculares, pero que finalmente se cerró unas semanas atrás.

Si bien es cierto que el acuerdo es sobre un borrador que ahora tiene que traducirse en ley y también es palmario que quedan diferencias importantes entre los socios, la verdad es que la aprobación de una nueva normativa educativa parece ya hecha. Urkullu quería el consenso para que esta ley sirva para unas cuantas generaciones. Y, salvo sorpresa mayúscula de última hora, lo ha conseguido.

Urkullu se mueve pero llega la guerra

Más difícil, por no decir imposible, parece que en esta legislatura pueda haber un acuerdo en la Cámara de Vitoria al respecto del ya célebre "nuevo estatus" de Euskadi. El Plan Urkullu, que básicamente consiste en lograr un nuevo estatuto de autonomía con más competencias y que incluya la posibilidad de ejercer el derecho a decidir en el futuro, parece cada vez más lejos. Principalmente porque el propio PSE, socio de los peneuvistas, no está por esa labor en estos momentos. Pero también por otros motivos, como la manifiesta imposibilidad de alcanzar un consenso con Bildu.

Tal y como viene informando Vozpópuli en los últimos años, el acuerdo transversal entre PNV, PSOE y Podemos es muy amplio, solo con algunas discrepancias importantes precisamente sobre el "derecho a decidir" y el reconocimiento de Euskadi como "nación". Asimismo, este diario ya informó sobre que el plan perfecto para Urkullu sería lograr ese nuevo estatuto de autonomía antes de retirarse tras tres mandatos en el poder. Pero esa aspiración hoy está lejos de convertirse en realidad.

Durante los casis dos años de legislatura, el debate estatutario parecía más que enterrado. Sin embargo, el propio lehendakari sorprendió este febrero cuando pisó el acelerador y reclamó reabrir el debate para conseguir la nueva normativa en esta misma legislatura o, en su defecto, en el trance a la siguiente. Un objetivo que ya entonces (y también ahora mismo) se antojaba demasiado optimista. Porque la realidad es que a Bildu no le parece suficiente, ni mucho menos, la propuesta de PNV, PSE y Podemos.

Además, como ya se ha dicho, los socialistas vascos defienden que no es el momento para estos debates. Un argumento que ahora ha ganado muchos enteros a raíz de la guerra de Ucrania, que estalló después del movimiento de Urkullu.

La propuesta que se va haciendo vieja

Sea por la pandemia, por la crisis o por la guerra de Ucrania, la propuesta de Urkullu ya se va haciendo vieja. El lehendakari no pretende un procés a la vasca de tintes rupturistas. La estrategia peneuvista consiste en sacar adelante un nuevo Estatuto que reconozca a Euskadi como "nación" y aumente sus dosis de autogobierno, con más cesiones de competencias, con una apuesta por la "bilateralidad" y el "concierto político", sí, pero sin romper con el resto de España.

Los jeltzales idearon una fórmula jurídica intermedia: en el nuevo texto se reconocería jurídicamente el derecho a decidir pero sin ponerlo en práctica. Más en concreto, el PNV aboga por incluir en el estatutario una disposición adicional segunda que diría así: "La plena realización de los Derechos Históricos del Pueblo Vasco, como manifestación institucional de su autogobierno, se exterioriza a través del derecho a decidir de su ciudadanía libre y democráticamente expresado, siendo su ejercicio pactado con el Estado". Esto supone dejar abierta la opción de la "autodeterminación" pero siempre y cuando haya un pacto con el Estado para llevarla a cabo.

Es obvio que el Plan Urkullu no es el Plan Ibarretxe. Pero ambos se parecen en que son muy difíciles de ponerse en práctica.

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