¿Es hoy la industria vasca tan sólida como antaño? ¿Cuál es su futuro? La crisis surgida por la OPA de Siemens sobre Gamesa y su hipotética marcha del País Vasco vuelven a provocar estas y otras preguntas. Se reabre, en suma, el debate acerca de la pujanza de la industria vasca, que todavía copa casi una cuarta parte de la economía de la comunidad. Eso sí, los datos evidencian un progresivo descenso del peso de este sector en el PIB de Euskadi.
En su encuentro de esta semana con los principales directivos de Siemens Energy, la consejera de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente del Gobierno vasco, Arantxa Tapia, trasladó a sus interlocutores "las capacidades del ecosistema de Euskadi". Son esas mismas "capacidades industriales" que ella destaca sobremanera siempre que tiene ocasión.
Este mismo viernes, sin ir más lejos, el propio lehendakari, Íñigo Urkullu, acompañado de Tapia, presumía del músculo de la industria vasca durante el inicio de las obras de un nuevo complejo de Petronor dedicado a la descarbonización y ubicado en el Puerto de Bilbao. En esa misma línea intervenían en el acto el CEO de Repsol y ex presidente del PNV, Josu Jon Imaz, el presidente de Petronor, Emiliano López Atxurra, y el presidente de Kutxabank, Gregorio Villalabeitia, entidad que es socia minoritaria de la citada Petronor. Toda una exhibición del poderío de la industria vasca, por tanto.
Más allá de las fotos y de las polémicas, la duda estriba en cuál es la verdadera naturaleza de la industria en el País Vasco. ¿Sigue siendo ese "ecosistema" privilegiado o ya no es lo que fue? Y los diversos indicadores consultados apuntan a que sí pero no.
Al decir de todos los expertos, España vive desde hace años un lento pero progresivo proceso de desindustrialización. En el País Vasco, que desde hace más de un siglo es una de las comunidades más industrializadas del país, los datos siguen bastante por encima de la media pero tampoco son excesivamente halagüeños si se tiene en cuenta su evolución.
El estudio “45 años de revolución económica, social y empresarial de las CCAA en España”, elaborado en 2020 por la Cámara de Comercio España y el Consejo general de Economistas, evidencia que en el País Vasco el peso de la industria en el PIB era del 45,23% en 1986 y ese dato había descendido hasta el 21,46% en 2019. En toda España, reza dicho informe, "también ha reducido su peso en el PIB de forma notable el sector industrial (...) al bajar su peso del 27,60% al 14,30%" en el mismo período. Es decir, un descenso a la mitad en estas décadas en ambos casos.
"Desarraigo de empresas tractoras"
Precisamente a raíz de esos datos la plataforma Zedarriak, un grupo de empresarios que abogan por un "nuevo renacimiento" de la economía vasca, denunciaba recientemente como uno de los puntos débiles del País Vasco "el desarraigo en la mayoría de las empresas tractoras que impulsaron el desarrollo económico en el pasado". En el documento donde presentaban su diagnóstico sobre el futuro económico de Euskadi, señalaban que existe "el riesgo de perder más arraigo industrial en el futuro" y añadían que "en estos momentos en Euskadi carecemos de vehículos potentes de inversión industrial". Reveladoras palabras para el momento actual.
En el mismo documento se decía también, y justo es recogerlo, que "a pesar de la pérdida de peso industrial sufrida, actualmente, la industria todavía representa cerca del 22% de nuestra economía. Un peso industrial, que solo está por detrás de Navarra donde la industria representa cerca del 28% de su PIB".
En esa línea, el pasado enero se conocieron los datos del 'VI Barómetro Industrial', elaborado por el Consejo General de la Ingeniería Técnica Industrial de España (Cogiti). Datos que dicen que el peso total de la industria española en el PIB era del 18,7% en 2000 y cayó hasta el 14,6% en 2020. Otros expertos consultados por este periódico recuerdan que en el año 2000 el peso de la industria vasca en el PIB de la comunidad era del 32,1% frente al 22% actual. Otra vez un descenso similar en ambos casos, el país y la comunidad.
Teniendo en cuenta todas esas cifras, está claro que el País Vasco también vive una pérdida de la importancia de la industria, aunque también es obvio que sus datos son mejores que los del conjunto de España. El mismo estudio del Cogiti señala que solo tres comunidades (Navarra, País Vasco y La Rioja) superan o alcanzan los estándares marcados por las autoridades de la Unión Europea. Se trata, en concreto, del famoso umbral establecido por la Comisión Europea, que dice que la industria debe superar el 20% del PIB de cada país o región.
El impacto de la pandemia
La pandemia del coronavirus no ha servido precisamente para mejorar las cosas en la industria vasca, si bien en los últimos tiempos parece que existen datos que invitan al optimismo. Según el boletín de abril de la patronal vasca, Confebask, en Industria hay 203 empresas menos que antes de la pandemia, lo que supone un descenso del 3,1%.
En el País Vasco 2021 fue un año de recuperación, con un aumento del PIB del 5,5%. Y, como en el conjunto de España, 2022 empezó con una buena senda que volvió a la crisis a raíz de la guerra en Ucrania. No por casualidad, el Gobierno vasco revisó en marzo su previsión de crecimiento y la bajó del 6,7% al 4,5%. En ese contexto se enmarcan los últimos datos de crecimiento de facturación de la industria vasca.
Dicho crecimiento de la industria fue del 14,6% en marzo, lo que supone un incremento más moderado que el registrado en meses anteriores, ya que en enero la subida interanual alcanzó el 29,6 % y en febrero el 21,3 %, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) publicados hace unos días. Gracias a los citados crecimientos de enero y febrero, el aumento medio de la cifra de negocios de la industria vasca es del 21,4 % en el primer trimestre de 2022 respecto al mismo periodo del año pasado. Habrá que esperar, eso sí, para comprobar cómo afecta a este sector, tan relevante en Euskadi, la crisis derivada de la guerra en Ucrania.
Así las cosas, el Gobierno vasco sigue teniendo motivos para defender ante Siemens las bondades de ese "ecosistema" vasco y sus "capacidades industriales". Pero será la empresa alemana quien decida si prefiere moverse en otros ecosistemas.
S.Johnson
El siglo XXI no es el XIX, eso es todo.
Tobias
Quizás lo primero que viene a la cabeza es que el País Vasco es la misma sustancia que el resto de España, para disgusto de los nacionalistas, bajan igual. Pero hay más, poseen un gobierno propio, con concierto económico, con fuertes capacidades para dirigir el sector industrial, que siempre se ha tenido como prioritario, y a pesar de ser un eje prioritario, la respuesta es la misma. Solo cabe una conclusión, han tirado el dinero. Un pastizal. Tanto centro tecnológico de la nada más absoluta, que solo sabe generar Power Points, tanto centro emblemático, tanto ecosistema tractor y estratégico, para al final, tener los mismos porcentajes que Teruel. Interesante trompazo.