El ministro de Consumo, Alberto Garzón, continúa en su empeño de que los españoles cambien su dieta. Entre sus últimas propuestas está el lanzamiento del libro de recetas 'Comida rápida, barata y saludable', donde siempre hay un lugar para el kale y el aguacate, o la participación en la presentación del informe 'Atlas de la carne' con la asociación Amigos de la Tierra. Está por ver si el mensaje cala entre la ciudadanía, pero por el momento parece que entre sus compañeros de Gobierno no termina de hacer mella.
Y es que, si en su día fue el Ministerio de Presidencia llenó de bollos, refrescos y galletas las máquinas de vending de Moncloa, ahora es el Ministerio de Trabajo el que no escatima en carnes, dulces y bollos para llenar su pantagruélica despensa. Así se desprende del contrato que acaba de licitar el Ministerio de Yolanda Díaz por 824.395 euros para proveer de víveres la cafetería-comedor de la sede central de su departamento en el Paseo de la Castellana.
En los pliegos del contrato, a los que ha accedido Vozpópuli, se expone con todo lujo de detalles los suministros que requiere la despensa de Trabajo. Los lotes que se llevan la mayor parte de la financiación son, precisamente, el de productos cárnicos, la panadería y la bollería y los productos perecederos y las bebidas. El lote de productos cárnicos cuesta 73.000 euros, el doble de lo destinado a comprar pescado (36.000 euros).
En lo que corresponde a los víveres cárnicos, el Ministerio de Trabajo precisa abastecerse de 200 kg de carne picada; 450 kg de cinta de lomo adobada; 300 kg de magro; 40 kg de manitas; 40 kg de morro de cerdo; 200 kg de panceta entera; 250 kg de salchichas; 100 kg de callos de ternera; 850 kg de "filetes de primera"; 200 kg de rabo de toro; 1,2 toneladas de muslos de pollo; más de 300 kg de chorizo; 250 kg de bacon; y un largo etcétera.
Tampoco escatiman en otro de los grandes enemigos de Alberto Garzón, los ultracongelados. En este apartado, Trabajo se hará acopio de más de una tonelada de patatas fritas; 100 kg de empanadillas de atún; 2.000 unidades de helado y 200 tartas de nata con láminas de coco de un litro cada una.
El Ministerio de Yolanda Díaz no parece haberse inspirado en 'Comida rápida, barata y saludable' para componer los víveres de su despensa de bollería y panadería. Entre los 'seleccionados' están los churros (5.000 unidades), los croissants de mantequilla (14.700), la mini bollería (80 kg), las napolitanas (4.000 unidades), las palmeras glaseadas o de chocolate (otras 4.000 unidades), el pan de molde (750 kg), las porras (15.000), y otros productos de los que el Ministerio de Consumo no quiere ni oír hablar.
En el apartado de bebidas no faltan las azucaradas (4.800 coca colas, 1.440 refrescos de limón y otros tantos de naranja, 960 bebidas isotónicas, etc.), ni el alcohol. Sobre este último punto, destacar que Trabajo contará con más de 6.000 botellas de vino, 260 barriles de 30 litros de cerveza y 4.800 latas.
La cruzada de Garzón
Mientras, Garzón sigue con su cruzada contra los alimentos poco saludables. Su último alegato al respecto tuvo lugar a finales de marzo, cuando participó en un acto de la asociación Amigos de la Tierra en el que se presentaba el Atlas de la Carne. En el mismo, el ministro insistió en "el modelo de producción actual de carne es insostenible". Además, sigue en proceso de alegaciones otro de sus grandes proyectos, el Real Decreto sobre regulación de la publicidad de alimentos y bebidas dirigida al público infantil.
De acuerdo al mismo, se prohibirá la publicidad dirigida al público infantil y adolescente de dulces, galletas, helados, bebidas calóricas y resto de productos alimenticios ricos en azúcares y grasas considerados nocivos para la salud por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
