Sin remordimientos y con gran frialdad. Así fue el relato antes los investigadores de Homicidios de Santi, el joven parricida de 15 años que mató a sus padres y a su hermano en la pedanía de Algoda en Elche. Nunca antes había protagonizado ningún altercado violento.
Era un estudiantes modélico pero meses atrás había bajado su rendimiento. Hasta el nivel de suspender cinco asignaturas en su última evaluación. La "pereza", según confesó a sus amigos, o la adicción a los videojuegos y las redes sociales pudieron ser el detonante de estas malas notas.
Todo se truncó el pasado martes cuando regresó de clase. Su madre decidió confiscarle el wifi y la videoconsola como forma de aviso para que se implicara más en los estudios y en la vida familiar. Fue en ese momento cuando el parricida, con gran frialdad, empuñó una escopeta de caza de su padre y la disparó por la espalda en dos ocasiones cuando se encontraba en la cocina.
Se hizo pasar por su madre con el teléfono
Al escuchar las detonaciones se acercó su hermano pequeño, de 10 años. Vio la escena y salió corriendo pero no puedo alejarse mucho ya que fue alcanzado por el adolescente. Tras cometer los dos primeros asesinatos esperó pacientemente varias horas para que regresara a casa su padre. También acabó con su vida con tres disparos.
Después de cometer el triple crimen, el joven trasladó los cuerpos a un cobertizo, que hacía de garaje en la finca familiar. Ninguno de los vecinos pudo escuchar las detonaciones debido a la lejanía que hay entre estas parcelas. Un día después de cometer los asesinatos llamó a su instituto haciéndose pasar por un familiar para alegar que se había contagiado de covid y que no podía acudir al centro.
De igual forma se mensajeó con compañeros de su clase a los que repitió esta versión. Además durante los cuatro días que estuvo en la casa tras los asesinatos respondió a varios mensajes con el móvil de su madre haciéndose pasar por ella para que su entorno no sospechara del crimen.
Todo transcurrió con normalidad hasta que el viernes se acercaron a la casa una vecina y una tía del joven preocupadas al no tener noticias de sus familiares. No tuvieron que insistir mucho. El parricida pronto las confesó los asesinatos y ellas mismas llamaron a las fuerzas de seguridad. Primero acudió a la finca la Policía Local y al ver la situación avisaron a la Policía Nacional.
Sin atisbo de arrepentimiento
Desde el primer momento a los investigadores de la Policía Nacional de Elche les sorprendió la "extrema frialdad" que mantenía el joven. Reconoció los asesinatos y en ningún momento expresó un atisbo de arrepentimiento por ello, según informan fuentes policiales a Vozpópuli.
El domingo por la mañana el parricida pasó a disposición del juzgado de menores de Alicante de guardia, a petición de la Fiscalía de Menores, quien decretó su internamiento en régimen cerrado. No habrá más diligencias sobre el caso ya que los agentes tienen claro qué sucedió por el relato del menor.
El Ayuntamiento de Elche (Alicante) decretó tres días de luto oficial en memoria de las víctimas del triple crimen perpetrado por el parricida. Las banderas institucionales ondean a media asta en el exterior de los edificios públicos municipales.
El parricida "era tímido"
Este lunes fueron enterrados el matrimonio y su hijos tras practicárseles las autopsias en el Instituto de Medicina Legal de Alicante. Uno de los amigos del asesino confeso le describió como una persona "tímida" pero "muy habladora". Cursaba 4º de la ESO en Instituto Vicente Verdú de Elche.
Este joven explicó que "S. llevaba unos días sin ir al instituto" y que cuando los amigos le preguntaron el motivo respondió que estaba en casa confinado porque se había contagiado de covid.
Según relató el supuesto parricida era muy buen estudiante, sacaba muy buenas notas y cuando los amigos se enteraron de que había bajado su nivel académico le preguntaron por los motivos y les contestó que "porque le daba pereza".
Preguntado sobre la relación con su familia, ha señalado que tenía riñas con el hermano menor, típicas entre hermanos, pero que "nunca llegó a ponerle las manos encima".
Un caso similar: el asesino de la katana
Este crimen del parricida de Elche guarda muchas similitudes con el caso de José Rabadán, conocido popularmente como el 'asesino de la Katana'. El pasado 1 de abril del 2000 este hombre, cuando tenía 16 años, mató a sus padres y a su hermana con una katana y un machete.
Tras ser declarado culpable fue condenado a seis años en un centro de menores y otros dos en régimen de libertad vigilada. Unas medidas que podrían ser similares en este triple homicidio.