"La situación es grave". Con gesto circunspecto, lenguaje pseudobélico y puesta en escena solemne ha comparecido este viernes el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en una declaración institucional sobre la "preocupante" situación que atraviesa España por el coronavirus. Una alocución en la que el presidente del Gobierno no ha presentado medida concreta alguna -se esperaba un pronunciamiento respecto a un nuevo estado de alarma- y se ha limitado a llamar a la "unidad" y ofrecer la mayor coordinación posible a las comunidades autónomas.
Los gobiernos regionales son, ha recordado Sánchez, los competentes en la lucha contra el coronavirus. Sánchez no ha ido a más en unos días en las que Madrid, Cataluña, Andalucía, Navarra o País Vasco presentan registros de récord y en los que distintos partidos políticos le piden que tome el control. Las administraciones autonómicas que han adoptado medidas de restricción de la movilidad o de la actividad económica han encontrado el apoyo del presidente, incluso si solicitaran el estado de alarma.
"Hemos llegado a duplicar la firma de contagios respecto a los peores días de la primera ola", ha explicado Sánchez, que ha incidido en que España ha multiplicado su capacidad para realizar test. Es ésta una de las principales diferencias, ha dicho, respecto a la primera ola de la primavera. El presidente del gobierno ha afirmado que a pesar de que las cifras oficiales de contagiados en España se eleva a un millón, el dato real de infectados en nuestro país es de más de tres millones de personas.
Vuelve la "moral de victoria"
"Entre todos debemos actuar con la máxima disciplina social y unidad. El objetivo es doblegar la segunda curva", ha insistido Sánchez, que ha recuperado parte del lenguaje bélico de sus intervenciones de marzo y abril (ha vuelto la "moral de victoria", por ejemplo). El objetivo colectivo, ha desatado, es bajar la incidencia de contagios a menos de 25 casos por cada 100.000 habitantes, muy por encima de la cifra que arrojan en estos momentos la mayoría de comunidades autónomas, que se mueven en el entorno de los 500 casos.
Sánchez ha subrayado que el propósito del Gobierno y de las Comunidades Autónomas es "evitar otro confinamiento domiciliario como el que vivimos en primavera", fundamentalmente por las consecuencias económicas que acarrearía.