El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha esquivado este jueves el choque directo con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, tras la polémica protagonizada por su ministro de Presidencia en el acto institucional del 2 de mayo, en el que quiso acceder a la tribuna sin haber sido formalmente invitado. El jefe del Ejecutivo, que ha eludido citar tanto a la presidenta autonómico como a Félix Bolaños se ha limitado a insinuar que fue la Puerta del Sol quien no respetó las normas. En concreto, las que atañen al protocolo de autoridades.
"Lo relevante es siempre respetar las reglas, porque si no se respetan, quien no las respeta pierde toda razón", ha espetado Sánchez. El presidente ha deslizado que el comportamiento de la Comunidad atentó contra las reglas de convivencia: "En una democracia se han de respetar las reglas y las instituciones públicas con independencia de qué color político gobierne u otra; con independencia de cuál sea el territorio al que nos refiramos. Sea Madrid o Cataluña o el Gobierno de España".
Lo cierto es que el núcleo duro del presidente en Moncloa asume que el espectáculo que protagonizaron este martes el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, solo sirve para inflar a la baronesa popular en plena precampaña de las elecciones municipales y autonómicas del 28-M. Como ha contado este diario, Sánchez dio a Bolaños carta blanca para que confronte "como quiera" con la jefa del Ejecutivo madrileño con la condición de que no cometa errores de bulto. Pero la imagen del ministro de Presidencia intentando subir al palco de autoridades y siendo neutralizado por la jefa de protocolo de la Comunidad se sabe un arma de doble filo.
La soledad de Bolaños
Nadie en el Consejo de Ministros sale en defensa de Bolaños. Lo que critica Moncloa, que no confirma si Bolaños sabía o no que no podría subir al palco, es el desplante institucional de la Comunidad de Madrid. Pero parece claro que la actuación del ministro de Presidencia no ha sido la más acertada. Bolaños buscó el choque con Ayuso y ahora el Gobierno mira para otro lado, esperando que el tema muera en el olvido.
Una muestra más de que Moncloa quiere dar carpetazo es que no se plantea un envite jurídico, como sí hizo con el Gobierno de Castilla y León cuando trascendió su intención, anunciada por Vox, de exigir que los médicos hicieran escuchar a las mujeres con intención de abortar el latido del feto. Aquello fue visto como gasolina para el motor electoral de Moncloa. Pero la pelea de Bolaños con Ayuso ha sido una pasada de frenada. La propia Ayuso lo definió como una "provocación" de un Gobierno acostumbrado a "arrasar".
Fuentes del PSOE de Madrid no esconden su malestar, especialmente en el entorno de su candidato a la presidencia de la Comunidad, Juan Lobato. Los socialistas madrileños, en línea con el núcleo duro de Moncloa, creen que el sainete protagonizado por Bolaños sólo beneficia a la candidata del PP a la reelección de cara al 28 de mayo. De manera que, en esta ocasión, el coste de la operación de Bolaños, según las fuentes del PSOE-M consultadas, ha sido llevarse por delante la campaña de Lobato. Mientras el candidato del PSOE-M ni siquiera ha puesto un tuit -Lobato es especialmente activo en redes sociales-, el Gobierno ha utilizado esta polémica para culpar al PP de "atacar la democracia".
valdeves
Pues que tome nota y llame la atencion al bolaños ya que fue el el que no respetó las reglas ya que no fue invitado al acto y se empeño en ir aun a sabiendas que era simplemente un acompañante de la mnistra de defensa. Ahora como estan aconstumbrados a hacer los que les sale del ojete, se creen que porque ellos dicen una cosa es cierta y se hace lo que ellos mandan. El acto del dos de Mayo es un acto estrictamente de Madrid y por lo tanto la comunidad invita a las personas que desea y nadie de fuera de la comunidad tiene que imponer a quien y a quien no se le invita.
Pontevedresa
Tu cinismo alcanza límites siderales, sobre la malversación y el sermón que te han echado hoy desde Europa tienes la caradura de decir que algunos ya tenéis los deberes hechos. ¿cabe mayor desvergüenza?