Pedro Sánchez ha vuelto a hacer uso del Falcon para actos del PSOE, una costumbre que ya poco asombra a los españoles, pero que no deja de ser sorprenderte por la facilidad con la que el presidente del Gobierno coloca actos institucionales de toda índole en las provincias donde, justo el mismo día, tiene programados eventos con otros miembros socialistas.

Su llegada ayer sábado a la ciudad de Sevilla con motivo de la 37ª gala de los Goya, una ceremonia en la que le cayeron varios dardos por parte de los presentadores, Clara Lago y Antonio de la Torre, a colación del inesperado giro con el Sáhara y la actuación en la valla de Melilla. Dos puntos negros que siguen persiguiendo al líder del Ejecutivo español.

Pues bien, según informó el PSOE, Pedro Sánchez iba a acudir el domingo a las 11.30 horas a un acto en el Hotel NH de Málaga junto al secretario general del partido en Andalucía, Juan Espadas, y el candidato socialista a la alcaldía de Málaga, Dani Pérez. La cercanía entre Sevilla y Málaga, separadas por poco más de 200 kilómetros, parecía indicar que Sánchez viajaría en coche al evento, ya que no está permitido hacer uso del Falcon si no existen actos institucionales de por medio.

Nada más lejos de la realidad. Desde la web de Moncloa informaban que el presidente del Gobierno visitaría a las 10.30 horas la sede de Clue Techonologies en el Parque Tecnológico de Andalucía en Málaga. Un acto al que, además, solo han podido acudir periodistas gráficos, alegando motivos de espacio por parte de Presidencia. Excusa lista y servida. Pese a que el trayecto en coche no se alarga más de dos horas para cruzar sendas provincias, Sánchez se ha subido al Falcon para llegar a tiempo a su apretada agenda dominical, tal y como adjuntamos en la siguiente captura.

Tal y como publicó este diario, estos aviones despegaron un total de 1.231 veces durante 2022, lo que equivale a unos 102 despegues al mes. Un uso que la oposición cataloga como excesivo, un argumento que las cifras de consumo y de emisiones respaldan.

Tanto el presidente, como Casa Real, así como otras autoridades VIP dejaron con estos viajes una huella de carbono muy alta. Cada vez que despegó el Airbus A310, gastó 4.400 litros de queroseno por hora de vuelo y casi 8 toneladas de CO2. Esto significa que sesenta minutos en el aire, esta aeronave multiplica por 5,5 el consumo medio de un español en un año (774 litros).

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