La mejor forma de desarmar a quienes dentro de su partido consideran un disparate llegar al Gobierno gracias a la ayuda de Podemos es centrar la atención en un posible pacto con Ciudadanos. A ello piensa entregarse en cuerpo y alma Pedro Sánchez en cuanto el martes, si no hay nuevas sorpresas, el Rey le abra paso al debate de investidura y tenga que comenzar la negociación con otras fuerzas políticas para intentar superarla con éxito. “Un acuerdo con Ciudadanos nos devolvería a la centralidad política porque coincidimos en muchas cosas y, además, sería compatible con parte de la agenda social y de regeneración democrática que defiende Podemos”, aseguran fuentes cercanas al secretario general, que este sábado siguieron todos sus movimientos en el comité federal.
Sánchez cree posible encajar un programa común de Gobierno con Albert Rivera y Pablo Iglesias
La gran incógnita, claro está, es si Albert Rivera estará dispuesto o no a llevar a Pedro Sánchez a La Moncloa sabiendo que en el enjuague también colabora, con su voto favorable o con su abstención, la formación de Pablo Iglesias. “Aunque de momento Rivera se ha negado a esta posibilidad es probable que a última hora cambie de opinión, cuando Pedro le meta presión y le ponga contra la espada y la pared: o hay pacto de Gobierno o vamos a nuevas elecciones”.
Con esta baraja piensa jugar Sánchez en las próximas semanas sus cartas, consciente de que su supervivencia política pasa por alcanzar un acuerdo de Gobierno con Ciudadanos que desbarate la ofensiva emprendida contra él por Susana Díaz y los barones alérgicos a un entendimiento con Podemos. Cuenta a su favor el pánico que Albert Rivera tiene a nuevas elecciones, pues la mayoría de las encuestas reflejan que podría perder la mitad de los 40 diputados conseguidos el pasado 20 de diciembre.
Para encajar bien la carambola y llegar a La Moncloa, Sánchez tendría que contar también, como mínimo, con la abstención de los 42 diputados de Podemos y parte de los 27 parlamentarios restantes que integran las organizaciones de En Comù Podem, las Mareas gallegas y Compromís. Ninguna de ellas ha renunciado todavía al derecho de autodeterminación, circunstancia que le valió este sábado a la presidenta andaluza, Susana Díaz, para emplazar a Sánchez a gestionar con la máxima transparencia su compromiso de someter a la militancia socialista los posibles acuerdos de Gobierno que explorará para convertirse en presidente.
El grupo de barones que encabeza Susana Díaz opina que serán inevitables nuevas elecciones
Díaz pide que a los afiliados se les informe con precisión del programa que Sánchez aspira a desarrollar con estos acuerdos y de las fuerzas políticas que participarían en ellos, ya que sigue viva la resolución del comité federal del pasado 28 de diciembre que obliga al secretario general a descartar cualquier pacto con fuerzas independentistas. La respuesta oficiosa a la andaluza descansó en el mismo lema que hace tres décadas hizo célebre al excoordinador de IU Julio Anguita: “Programa, programa y programa”, dijo Sánchez.
Casi ninguno de los barones regionales que este sábado participaron en el comité federal y comparten la ofensiva de Susana Díaz contra Sánchez cree que éste llegará a cumplir sus objetivos. “Estoy convencido de que vamos a nuevas elecciones y que lo único que ha hecho nuestro secretario general es iniciar una huida hacia delante”, comenta uno de estos presidentes autonómicos. Sin embargo, los más cercanos a Sánchez discrepan de este pronóstico: “Pedro lo va a intentar todo y va a ser muy difícil que Ciudadanos y las fuerzas progresistas le digan no al plan social y de regeneración democrática que va a plantear en la investidura”, aseguran fuentes de Ferraz.
De momento, nadie de su entorno quiere hablar de lo que sucedería el día después de la investidura en el supuesto de que ésta prosperase, aunque todos están de acuerdo en las dificultades que encontraría para formar un Gobierno estable, acordar las primeras medidas, componer una política económica coherente y garantizar la firmeza parlamentaria dependiendo de fuerzas tan dispares.
"Si Pedro llega a La Moncloa nadie le disputará el liderazgo en el partido", dicen en Ferraz
Tampoco hay interés, por las dificultades que acarrea, en ordenar los tres calendarios que se solapan para los próximos meses, el que operaría para negociar los acuerdos de Gobierno, para el debate de investidura y para despejar quien se haría con el control orgánico del PSOE. “Son tres calendarios distintos, pero si Pedro se convierte en presidente, todo lo demás sobra porque nadie se atreverá a disputarle el liderazgo en el partido”, resume un veterano dirigente. En resumen: “Nadie se atreverá a toserle”. En caso contrario, “tendrá los días contados”.