Podemos se resigna y asume que el liderazgo de Ione Belarra es "de transición". El núcleo duro del partido es consciente de que, ante el nuevo escenario que se abrirá tras la conversión de Sumar en organización política, la dirección morada se abrirá en canal. Por el momento, todo es incertidumbre, pero pase lo que pase, la fuerza que nació hace nueve años sacará a Belarra del sillón de mando. Es cierto que no hay corrientes contestatarias al rumbo del partido. Pero, como ya contó este diario, Podemos tiene plan b en caso de que Yolanda Díaz no cierre un acuerdo electoral con ellos: la numero dos y ministra de Igualdad, Irene Montero.
Mientras, en el partido son conscientes de que la secretaria general tiene difícil marcar línea propia por el constante bombardeo mediático de Pablo Iglesias. Y es que el exlíder morado ha llegado a recibir tirones de oreja de personas muy influyentes en la sede de Francisco Villaespesa por reventar semana tras semana la acción política del partido que fundó pese a haberse ido de la primera línea. Cada lunes viene a ser un martirio para la dirección morada, pendiente de qué dirá el exvicepresidente bien en la radio, bien en alguna tribuna de prensa.
Tras la salida de Iglesias, su sombra tapa casi todo lo que Podemos quiere decir. Eso sí, Belarra, según ha sabido este diario, departe "fundamentalmente" con el portavoz parlamentario, Pablo Echenique, y con Irene Montero. "No habla tanto con Pablo como pudiera parecer", zanja a este diario una fuente morada de peso. En verdad, más allá de Iglesias, comienza a emerger entre las filas moradas un perfil que en el partido ven potente y con futuro: la secretaria de Estado de Agenda 2030, y jefa de la organización de Podemos, Lilith Verstrynge. Si hay una política que pueda recoger el liderazgo morado sin las rémoras de estos últimos años es ella.
El órdago a Yolanda Díaz
Mientras, la izquierda a la izquierda del PSOE es una olla a punto de estallar. Yolanda Díaz está a punto de culminar su llamado proceso de escucha, que terminará con su previsible candidatura a la presidencia del Gobierno. Pero el hermetismo de la vicepresidenta segunda sobre cuándo hará oficial ese secreto a voces tiene a todos de los nervios. Desde el PSOE a Podemos. Díaz dejó claro este jueves que lo suyo, precisamente, no es el 15-M de los morados, sino el 'nuevo laborismo' británico.
Todo lo que rodeó la puesta en escena del plan para la próxima década orquestado por la ministra de Trabajo es una reminiscencia de la tercera vía del ex primer ministro del Reino Unido Tony Blair. "Nuevos derechos sociales"; "nuevo contrato social"; "nuevo sentido común de época"... El equipo estratégico de Yolanda Díaz ha identificado el problema al que se enfrenta la coalición que gobierna España: la frustración derivada de la quiebra de las expectativas tras la llegada de la izquierda al poder. Podemos también lo sabe. Pero ellos apuestan por reivindicar lo logrado. Mientras Díaz quiere dirigirse a todo el espectro ideológico. "El proyecto de Sumar no va de estar en la esquina del tablero", advirtió la propia Diaz.
Lo cierto es que el culpable del gran cisma entre Podemos y su lideresa en Moncloa es el propio Iglesias, ya que la unción de la 'dama roja' como faro de la izquierda es responsabilidad suya. Es más, hubo sectores dentro del partido que se opusieron a que Yolanda Díaz tomara las riendas. Iglesias, sin embargo, no está atormentado. Pero observa con preocupación cómo su decisión puede llevar a sus acólitos dentro de Podemos y al partido que ayudó a fundar a la desaparicion.