"Madrid qué bien resiste, Madrid qué bien resiste, Madrid qué bien resiste mamita mía los bombardeos, los bombardeos; porque los madrileños, porque los madrileños, porque los madrileños mamita mía ahora son tu dueño, ahora son tu dueño…" Con esta particular versión de Puente de los Franceses, copla de la Guerra Civil que servía para elevar la moral al bando republicano, el número dos de Podemos, Juan Carlos Monedero, abrió el mitin de final de campaña de las pasadas elecciones al Parlamento europeo.
Pero esta canción combativa no es la única que ha sido entonada y que se escucha hoy en día en actos, asambleas y círculos de Podemos. La Internacional; Canto a la Libertad, de José Antonio Labordeta; A galopar, de Paco Ibáñez o El pueblo unido jamás será vencido, de la banda chilena Quilapayún son otras muestras.
El empleo de tales melodías genera debate entre los simpatizantes de Podemos y sobre todo inquietud en aquellos que piensan que la formación debe huir de estereotipos ideológicos y ser catalizadora del descontento de la ciudadanía en general. Así lo pone de manifiesto, por ejemplo, Debate Constituyente, un grupo abierto que aporta reflexiones e ideas para ser discutidas en la Asamblea fundacional que celebrará Podemos los próximos días 18 y 19 de octubre.
El propio Monedero, en cambio, señaló en el último mitin de campaña que "en Podemos no pedimos a nadie certificados de pureza ideológica"
Esta corriente, tal y como aparece en la web rebelion.org, dice no imaginarse que "alguien que se acerque a Podemos viniendo de votar al centro derecha o de posiciones poco ideologizadas, pueda sentirse cómodo en un acto litúrgico" como el descrito. En este sentido, Debate Constituyente observa aquí una "importante contradicción" en el partido de Pablo Iglesias. "Por un costado apela a la unidad ciudadana y popular, por encima de las etiquetas ideológicas y basada en la democracia profunda y en medidas sensatas de justicia social, y por el otro costado muestra simbología propia de la izquierda revolucionaria y militante".
El propio Monedero, justo después de entonar Puente de los Franceses en el mitin de la Plaza del Museo de Reina Sofía, ponía el acento en que Podemos es una plataforma transversal y abierta. "Bienvenidos los que Bertolt Brecht llamaba los imprescindibles, los que siempre habéis estado ahí; pero sobre todo bienvenidos los recién llegados a la desobediencia, porque en Podemos no pedimos a nadie certificados de pureza ideológica", señalaba entonces el profesor de la Complutense. El ideólogo de Podemos baraja presentarse como candidato a la Alcaldía de Madrid.
Una letra para la "democracia real"
Asimismo, desde Debate Constituyente entienden que si Podemos no exhibe una actitud coherente en este contexto, "corre el riesgo de deshacerse como azucarillo en agua caliente, convirtiendo al partido en una nueva izquierda, en un aparato inofensivo para el sistema". Por ello, esta corriente, que expresa todo su respeto "a los que se definen así mismo de izquierdas, a la historia de su movimiento y a muchas de sus ideas", propone que en los actos públicos Podemos suene "una canción sin contenido político, o crear una nueva basada en defender la democracia real, que recurrir a la vieja estética y simbología de una izquierda de otros tiempos, estéril para nuestra época".
Esta opinión también es compartida por otros simpatizantes y así lo reflejan en Plaza Podemos, la herramienta online creada por los promotores de la formación para que las bases propongan iniciativas y compartan sus opiniones. Entre los partidarios de prescindir de este tipo de melodías, hay quienes sostienen que "no es tiempo de canciones ni de gestos con el puño en alto porque ello resta gente". Subrayan que deben primar las propuestas a los símbolos. "Vamos a alimentar ideas y dejarnos de nostalgia revolucionaria", destacan.
Por el contrario, otros simpatizantes no ven contradicción alguna entre la identidad de Podemos y esas melodías de épocas pasadas. "Se cantan esas canciones desde el corazón, no como cuando el PSOE ponía La Internacional en su mítines. Son canciones que se crearon para que el pueblo tuviese una herramienta para combatir la opresión y estamos en un contexto social y político donde estas canciones vienen, como se diría coloquialmente, que ni pintadas", apuntan. Desde esta posición, mantienen que "cualquier persona puede entra a opinar e incluso ser partícipe de las decisiones que se tomen, sea de derechas o de izquierdas", por lo que invitan a aquellos que no se sientan cómodos con las canciones o las ideas de Podemos a que lo "abandonen".
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