Que Podemos va por libre lo saben todos los partidos a la izquierda del PSOE. También la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, quien contempla con indiferencia cada paso de los morados. La secretaria general, Ione Belarra, dio este viernes el pistoletazo de salida de las primarias moradas para las elecciones autonómicas y municipales de mayo del año que viene. El proceso arrancará a partir del próximo 10 de octubre y terminará el 4 de noviembre. "Constituir la fuerza política más grande del espacio confederal exige asumir nuestra responsabilidad y con humildad", zanjó la también titular de Derechos Sociales y Agenda 2030.
El partido sigue apelando al poder que le granjeó el híper liderazgo de Pablo Iglesias para marcar el ritmo. Por eso, quiere imponer a los suyos por encima del resto de candidatos de las fuerzas que integran Unidas Podemos. En especial, por encima de Izquierda Unida (IU). "Buscan amarrar las candidaturas cuanto antes y vincular el proceso autonómico y municipal para, desde arriba, promover las candidaturas", explica una fuente que conoce bien los entresijos de los morados.
Podemos está en guerra con los de Alberto Garzón. La ruptura es total tras el fiasco de Andalucía, donde el 'frente amplio terminó con los morados fuera de juego por lo que consideran una traición en toda regla. Sin su candidato, Juan Antonio Delgado, como cabeza de lista y sin su nombre en el registro oficial de la coalición 'Por Andalucía', los de Ione Belarra sintieron una gran puñalada de sus otrora aliados indispensables. El dolor de la herida, para más inri, fue mayor por la implicación de Íñigo Errejón para orillar a Podemos.
Las purgas moradas
Tras ese episodio traumático se sucedieron sendas purgas de destacados rostros de Izquierda Unida y del Partido Comunista de España en los ministerios que controla Podemos. La venganza morada se consumó con las cabezas de Amanda Meyer, ex jefa de gabinete de la ministra de Igualdad, Irene Montero, y de Enrique Santiago, ex secretario de Estado de Agenda 2030.
El partido sustituyó a Santiago con la secretaria de organización, Lilith Verstrynge, y fusionó el núcleo duro Podemos con la acción gubernamental. Pero también hizo algo más: eliminar del engranaje del poder una pieza de la que no se fían por ser uno de los más fieles colaboradores de Yolanda Díaz. Precisamente, la 'dama roja' no apoyará a candidatos externos y se mantendrá al margen de la disputa entre los morados e IU, según precisan fuentes cercanas a la ministra de Trabajo.
Lo cierto es que solo hay una cosa que explica el inicio de las hostilidades entre dos partidos que sellaron su alianza en 2016 con el pacto de los botellines. La salida de Pablo Iglesias, creador de Podemos, del Gobierno y del partido rompió el status quo dentro de la alianza. Los de Alberto Garzón, cuyas bases detestan lo que queda de Podemos, cuestionan el reparto de poder dentro de la coalición.
Guerra de ego
El tiempo en el que el éxito de la izquierda estaba subordinado al empuje del exvicepresidente segundo se acabó. Y la histórica fuerza que capitaneó Julio Anguita está revisando la relación, especialmente ahora que el nuevo faro, Yolanda Díaz, tiene carné del PCE, integrado en IU. En plata, Izquierda Unida ha puesto en cuestión quién ha de encabezar futuras listas electorales, así como quién debe cocinar la estrategia política en esas elecciones, que prometen determinar el rumbo del país hasta el puerto de las elecciones generales.
Los morados decidieron no integrarse formalmente en la futura plataforma de Yolanda Díaz. Pero la 'dama roja' no va a perder ni un segundo en juegos con Podemos, a quienes desdeña por su intención de no diluir sus siglas. En la sede de Francisco Villaespesa van a jugar fuerte y reclamarán a la titular de Trabajo una relación de igual a igual entre Podemos y todo lo que surja del proceso de escucha para ser "aliados electorales". Un lío. Todo un gran lío que promete más capítulos.
Aquiles
Llegó el Momento de las Purgas , Garzón todavia no se apunta al "SUMAR" de la Yoli , vistos los pobres resultados de Andalucia ...