Aunque la sede madrileña del Cervantes dispone de un digno salón de actos para 170 personas, el pasado día 4 Sánchez tuvo a su disposición la majestuosa sala de exposiciones para una triunfalista alocución política dirigida a 150 representantes de la “sociedad civil” sin identificar por sus nombres ni por imágenes, excepto el inevitable Padre Ángel