España

La 'quiebra' de Podemos obliga al partido a tirar de caja para devolver los microcréditos

El partido, que sufrirá mermas de ingresos del 90% a nivel estatal y del 70% en las federaciones, está en liquidación tras iniciar un ERE que afectará a la mitad de su plantilla

  • La cúpula de Podemos, en una imagen de archivo. -

La viabilidad económica de Podemos es la cuadratura del círculo. El partido, que según su dirección sufrirá mermas de ingresos del 90% a nivel estatal y del 70% en las federaciones por su pérdida de apoyo electoral el 28 de mayo, está en liquidación tras iniciar un ERE que afectará a la mitad de su plantilla. Por eso, la formación tendrá que tirar de sus ahorros y destinar sus depósitos para devolver 1.150.000 euros que los simpatizantes les prestaron a través de microcréditos. "Podemos tiene ahorrados ese dinero y más", explica una fuente que conoce a la perfección la maquinaria interna del partido.

Más de la mitad de esa deuda (731.000 euros) proviene de territorios en los que los morados se quedaron sin representación y, por tanto, sin un solo euro de subvención electoral. El partido vive con el agua al cuello. Además, tendrá que hacer frente a las indemnizaciones por despido de los trabajadores afectados por el ERE, aunque eso sí, el partido puede negociar esa cifra con los trabajadores. Se espera que a mediados de septiembre se resuelva el expediente en el Ministerio de Trabajo que capitanea su 'lideresa', Yolanda Díaz.

Podemos cerrará sus sedes en la mitad de España. El golpe del 28 de mayo destroza el despliegue territorial que impulsó el partido en su última convención municipal. El plan, dirigido por la secretaria de Organización, Lilith Verstrynge, era afianzarse en aquellos lugares donde poder competir con otras fuerzas de su espacio, como Izquierda Unida. Pero la realidad les ha dado un baño. En 2015, apenas un año después de su irrupción, el partido tenía 170 diputados autonómicos por todo el país. Ocho años después tiene apenas 34.

Los cierres autonómicos

No obstante, esta situación crítica parece no preocupar a la cúpula del partido. No se ha producido ni una sola dimisión. Y es que las principales dirigentes están empeñadas en plantear un órdago a Yolanda Díaz y a Sumar. Ni Aragón, ni Asturias, ni Baleares, ni Canarias, ni Cantabria ni Castilla-La Mancha, ni Madrid, ni Valencia ni Galicia tendrán sede morada. Lo cierto es que Yolanda Díaz supo reducir Podemos a su mínima expresión. Les arrinconó y postergó a un rol secundario que apenas ha permitido a cinco de sus diputados lograr el acta. Con Irene Montero fuera de las candidaturas y el resto de sus principales dirigentes diluidos y solapados con otras fuerzas, Sumar se ha anotado el primer tanto para enterrarles.

En efecto, Yolanda Díaz está a punto de asestar el 'golpe' final a Podemos. La líder de Sumar y vicepresidenta segunda del Gobierno en funciones avanzó hace poco más de una semana que su organización "es un movimiento ciudadano que va a seguir su curso a partir de septiembre" y que "va a ganar fuerza". Y eso, traducido, significa que prepara una "asamblea constitutiva" en otoño, según fuentes de peso de la formación.

El plan de Díaz, siempre tan crítica con el funcionamiento de los partidos políticos y de sus estructuras tradicionales, es convertir Movimiento Sumar en un partido político convencional más, con una dirección llamada Mesa de coordinación, una asamblea -máximo órgano de decisión- y una comisión de garantías para “defender y garantizar” los derechos de los afiliados. Y todo para enterrar definitivamente a Podemos, el partido que nació del 15-M.

La lucha por un ministerio

Mientras y pese a su asfixia financiera, Podemos presiona a Yolanda Díaz para mantener al menos un ministerio en el Gobierno de Pedro Sánchez en caso de que se repita la coalición de izquierdas con el PSOE. Como ya contó este diario, los morados están recordando a la líder de Sumar que únicamente gracias a ellos la izquierda a la izquierda de los socialistas puede exigir una coalición, porque Pablo Iglesias apostó fuerte por ella hace cuatro años. Aunque la cúpula de Podemos barrunta que tendrá difícil entrar el Ejecutivo pese a aportar al partido de Yolanda Díaz los mismos escaños (5) que los 'comunes' e Izquierda Unida.

Lo cierto es que los morados comienzan a inquietarse, porque previsiblemente Sánchez logrará seguir en Moncloa si el PSOE pacta con Junts. Y Yolanda Díaz no parece estar dispuesta a mantener a Podemos en el Gobierno tras una legislatura llena de dolores de cabeza tanto para ella como para el líder socialista ('sí es sí', guerra de Ucrania, OTAN, ley trans, ley de bienestar animal...). Es más, la posibilidad de que sea el líder de Más País, Íñigo Errejón, quien llegue a sentarse en el Consejo de Ministros pese a aportar solo dos escaños, es algo que tiene a los morados alarmados.

Podemos siempre ha sido muy receloso sobre los movimientos de Errejón. Tras la figura del líder de Más País subyace un conflicto más formal que ideológico. El mismo que subyace respecto a Yolanda Díaz. No por casualidad, Pablo Iglesias dijo que la vicepresidenta segunda estaba más cerca de Más Madrid que de Podemos. Pero no se trata de algo ideológico, sino de una cuestión formal. Los morados lamentan que tanto Errejón como Díaz se esfuercen en ser una suerte de marca blanca del PSOE, aceptable para la élite. Esa es la clave de todo. Rendirse o seguir gritando 'sí se puede'.

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