España

Podemos ata a Sánchez al bloque de la investidura con el escaño vacío de Rodríguez

Podemos ha hecho de la necesidad virtud. Pese a que los morados están presionando a la Junta Electoral Central para ocupar ya el escaño de su exdiputado Alberto Rodríguez, lo

  • El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (2d), bajo la mirada del exdiputado de Podemos Alberto Rodríguez, el día de su investidura. -

Podemos ha hecho de la necesidad virtud. Pese a que los morados están presionando a la Junta Electoral Central para ocupar ya el escaño de su exdiputado Alberto Rodríguez, lo cierto es que, según ha sabido Vozpópuli, hay sectores dentro del grupo parlamentario que no ven mal el escaño vacío porque les permite atar al PSOE al bloque de la investidura.

El análisis que hacen algunos morados es el siguiente: necesitamos el escaño, pero "los errores se pagan y el de [Meritxell] Batet también". Si algo demostró la accidentada votación del decreto de la reforma laboral, cuya convalidación en el Congreso salió adelante gracias al error del diputado del PP Alberto Casero —y pese a la traición de los dos diputados de UPN—, es que la geometría variable no es una opción para el Ejecutivo.

Podemos repite hasta la extenuación que no hay alternativa al bloque de la investidura, al que también instó a no salirse de él a su lideresa 'in pectore', Yolanda Díaz. Por eso, consideran que el hueco en el pleno es una amenaza seria para el PSOE, siempre dispuesto "a negociar con todos los grupos". Y es que los morados son conscientes de que hay ocasiones que sus socios no quieren juntarse con la amalgama de regionalistas, independentistas e izquierda radical.

El teatro

Fuentes parlamentarias moradas precisaron a este diario que Podemos intenta que la Junta se moje y establezca una suerte de plazo para que Patricia Mesa, la número tres de la lista que encabezó Rodríguez, adquiera la condición plena de diputada o se expida el acta a la siguiente persona de la lista, justo lo que quiere Enrique Santiago, a quien, se quejó, no le consta que la Junta esté requiriendo a las personas que se encuentran a continuación de Rodríguez en la lista que tomen posesión del escaño.

En verdad, Podemos sabe que la Junta no puede hacer nada. Ni la dirección madrileña puede presionar a sus colegas de Podemos Canarias, entregados a su ex secretario de organización. Lo cierto es que en estos momentos, que ese escaño se ocupe depende exclusivamente de Patricia Mesa, a quien algunos en Podemos ven 'manejada' por Alberto Rodríguez, empeñado en recuperar su escaño por vía judicial.

Esto es una situación sin precedentesFuentes moradas

De manera que la sustituta estaría anteponiendo la lealtad a su amigo y no al partido. Por eso, el propio Santiago dijo que en caso de que la Justicia dictamine el regreso de Rodríguez a la Carrera de San Jerónimo, a Podemos no le dolerán prendas en apartar al reemplazo para que vuelva. El problema es que el exdiputado canario dejó el partido, algo que inquieta en algunos círculos morados. Y todo porque hay sectores de la formación que creen que Rodríguez puede ser el enlace de Yolanda Díaz en Canarias para la futura plataforma con la que pretende concurrir en las próximas elecciones generales.

Más allá de que tanto Podemos como Rodríguez compartan que su fin en el hemiciclo fuera "injusto", en verdad el exdiputado canario terminó mal con los suyos. Y así lo dejó entrever en una entrevista en Salvados, en la que encumbró a la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, mientras que dejó en segundo plano a la actual cúpula morada justo 24 horas después de que la titular de Trabajo diera el pistoletazo de salida de su "frente amplio" en Valencia sin ningún peso pesado de Podemos.

Un 'no' previo

La número dos de la lista, Fátima González, de IU, ya dijo 'no' a sentarse en el escaño de Rodríguez. El partido considera todo lo que rodea el asunto de su exmiembro una "situación sin precedentes", y el mosqueo cada día es mayor y el tono de los dirigentes morados, al menos en público, más alto. De manera que no les queda más remedio que presionar al entorno de Rodríguez para que ceda.

Mientras, el Tribunal Constitucional aún debe resolver dos recursos suyos. Él está convencido de que la pérdida de su asiento en la Cámara fue injusta y de que la presidenta del Congreso, la socialista Meritxell Batet, prevaricó cuando se limitó a acatar la sentencia del Tribunal Supremo que le condenó a un mes y quince días por pegar una patada a un agente de policía en 2014.

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