La Dirección General de la Policía se lanza al mercado para comprar un total de 2.000 nuevas pistolas subcompactas de dotación individual para sus agentes de paisano, más pequeñas que las reglamentarias, y que están llamadas a jubilar los viejos revólveres que se utilizan hasta la fecha. Para ello dispone de un presupuesto de 1.210.000 euros, impuestos incluidos. El pliego de condiciones reúne una serie de exigencias para aceptar las propuestas de los licitadores: el arma debe ser de color negro, reunir unas características muy concretas y que las muestras superen las pruebas de evaluación.
Los agentes de paisano empleaban revólveres Astra Cádix 250, pero la Policía considera que ya están obsoletos. ¿El motivo? La ausencia de recambios debido a que ya no se fabrican estas armas, el reducido tamaño del cañón y el bajo número de cartuchos que puede albergar.
La Dirección General considera que existen opciones en el mercado que están en disposición de ofrecer una capacidad de fuego superior y una mayor precisión en el disparo". El Astra Cádix 250, además, usaba una munición diferente que las armas reglamentarias, lo que obligaba a la compra de cartuchos de diferentes calibres. Tras la nueva adquisición, todas las pistolas serán de 9 mm.
La División Económica y Técnica de la Dirección General de la Policía ha presentado los informes pertinentes al proceso de licitación, que será abierto y por tramitación ordinaria. Las empresas interesadas deberán presentar sus ofertas antes del próximo 29 de agosto, a las 14 horas. La propuesta económica de los licitadores supondrá un 60% en la valoración final, frente al 40% dedicado a la valoración técnica.
Para poder presentar sus ofertas, las empresas deberán ajustarse a una serie de condiciones mínimas. Previamente, deberán entregar a la Policía cinco pistolas con sus accesorios, que incluyen tres cargadores, una funda de servicio, un kit de limpieza, un manual de uso en español y una caja de transporte de material sintético con el interior recubierto de material esponjoso.
Las características del arma
"Será un arma de gran fiabilidad, que por sus características de manufactura ofrezca la mayor de las garantías de seguridad al usuario, ya sea durante la manipulación del arma, o al efectuar disparos en los que se produzcan por ejemplo, una sobrepresión en la recámara tras la detonación de un cartucho o por una obstrucción del cañón por varios proyectiles", indica la Policía en los pliegos.
Las pistolas subcompactas -de tamaño pequeño y peso reducido, las más habituales en los cuerpos policiales- será del calibre 9x19 milímetros y deberán tener un cañón con una longitud entre 75 y 90 milímetros
Las pistolas subcompactas -de tamaño pequeño y peso reducido, las más habituales en los cuerpos policiales- será del calibre 9x19 milímetros y deberán tener un cañón con una longitud entre 75 y 90 milímetros. La longitud total del arma no podrá ser superior a los 165 milímetros, y la altura será inferior a 130. El peso máximo, sin cargador, tiene que ser de 650 gramos.
Hay más especificaciones técnicas: "El principio de funcionamiento del arma será de carga por retroceso con cierre acerrojado y cañón basculante o rotatorio". La Policía también pide que la corredera de la pistola [la parte superior del arma] tenga un rayado que permita su accionamiento, y que la recámara quede abierta después de haber disparado el último cartucho del cargador.
El pliego de condiciones recoge un apartado específico para el cargador: tendrá una capacidad mínima de ocho cartuchos y una máxima de diez, permitiendo la comprobación visual -parcial o completa- de los que quedan en su interior. Zurdos y diestros deben poder usar el retén del cargador, indistintamente, que servirá para extraerlo sin necesidad de aplicar ningún tipo de fuerza.
La empuñadura, rayada o picada para facilitar su sujeción, tendrá un diseño que permita el mejor agarre posible y así minimizar el impacto del retroceso generado por un disparo. Están prohibidos todos los bordes o aristas que dificulten su extracción de la funda, que será de material sintético y color negro. Y una cuestión de seguridad sobre la funda: una vez introducida el arma en la funda, el disparador quedará cubierto totalmente para evitar disparos accidentales.
La Policía someterá todas las pistolas de muestra a una serie de pruebas exigentes. Entre otras, se meterán las armas y los cargadores en un horno a más de 50 grados durante 24 horas, para comprobar que después funcionan correctamente. Luego se repetirá el procedimiento, pero en una cámara de frío a 20 grados bajo cero. La prueba de resistencia consistirá en disparar 5.000 cartuchos con cada muestra y analizar el resultado.
Si superan todas las pruebas, las nuevas armas sustituirán a los viejos revólveres Astra Cádix 250, que durante décadas han acompañado a los agentes de paisano en el cumplimiento de sus funciones.