España

Un policía de Madrid colaboraba con la banda de ‘Los Miami’ y ‘La reina de la coca’

El agente identificaba las matrículas de los vehículos de sus compañeros para ayudar a los narcotraficantes a burlar los seguimientos de la Policía Nacional

  • Imagen de archivo de dos agentes de la Policía de Madrid.

La ingente investigación policial desarrollada durante años en torno a la banda de narcotraficantes conocida como ‘Los Miami’ contó con un contratiempo inesperado. Las autoridades tenían entre sus filas un soplón, un familiar directo de uno de los investigados que, a pesar de su placa y su pistola, ayudaba a la organización a burlar los seguimientos de los agentes. Su colaboración consistía en identificar los coches que usaba la Policía Nacional para vigilar los movimientos de la banda encabezada por los hermanos Álvaro y Artemio López Tardón.

Este detalle aparece recogido en el extenso auto de procesamiento contra 92 miembros de Los Miami dictado por el juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno. El hallazgo de esta oveja negra en la policía saltó a partir de la escucha de horas y horas de conversaciones intervenidas a los sospechosos. Uno de ellos se llama Jorge Simarro, alias ‘Gordo Panceta’, y tenía un primo en la Policía Municipal de Madrid. Según el magistrado, este agente le comunicaba a su primo “la titularidad de las matrículas de los vehículos camuflados de la Policía Nacional encargados de las vigilancias durante la investigación”.

Luego el procesado informaba de ello a su responsable directa en el organigrama de la red, la conocida narcotraficante burgalesa Ana María Cameno, ‘la reina de la coca’. Esta mujer, también procesada, empezó con el tráfico de droga a pequeña escala, pero acabó dirigiendo un imperio. Fue arrestada en 2011 con 276 kilos de cocaína. Tras dos años en prisión preventiva volvió a la calle y retomó su actividad hasta que en 2014 fue arrestada de nuevo en La Línea de la Concepción (Cádiz). 

Maniobras de contravigilancia

La confirmación de que estaban siendo investigados por la Policía obligó a Ana María Cameno y su pareja, David Vela, alias ‘Cabezón’, a adoptar medidas de seguridad especiales. ‘Cabezón’ llegó a realizar “numerosas maniobras de contravigilancia” en busca de policías en enero de 2009 en la localidad madrileña de Miraflores de la Sierra, según el auto. Por estos hechos -añade el juez- el agente ha sido sometido a una investigación penal en el Juzgado de Instrucción número 32 de Madrid.

‘La reina de la coca’ y su marido se integraron dentro de la organización de ‘Los Miami’, liderando una de las cuatro ramas en las que, según el juez, se dividía esta organización.  Llegaron a introducir siete toneladas y media de cocaína procedente de Perú, que les reportó decenas de millones de euros a lo largo de sus años de actividad, entre 2005 y 2011.

El magistrado emplea 619 folios para recorrer las actividades de esta trama, muchas de ellas propias de una serie de televisión sobre la materia. Entre ellas hay algunas muy conocidas como los 24 millones de euros repartidos en billetes que la Policía encontró escondidos bajo el suelo de la casa que los hermanos López Tardón compraron en la Madrid usando a sus madre como testaferro. Ella, como otras madres de la red, estaba integrada como una más dentro del organigrama. 

Faltan por encontrar 10 millones 

Todavía a día de hoy, se encuentra escondida otra partida de dinero “en un tercer zulo poseído por la  organización criminal en algún lugar ignorado y que hasta el momento presente  no ha podido ser localizado”, apunta el juez, que cifra en diez millones de euros el botín por esclarecer. De los 92 procesados, 15 también se encuentran aún en paradero desconocido.

‘Los Miami’ llegaron a fichar a cuatro expertos profesores de Bioquímica de la Universidad Javeriana de Bogotá (Colombia) para cocinar la droga en un “gigantesco” laboratorio con el que contaba la organización en la localidad madrileña de Villanueva de Perales. Este hecho, incluido ahora por el juez en su auto, fue publicado en El País por el periodista Víctor Núñez en un extenso reportaje sobre ‘la reina de la coca’ en 2016.

Los cuatro ‘cocineros’ colombianos están entre los procesados por el juez. Cuando la Policía desarticuló en 2011 el laboratorio, halló en su interior sus documentos personales entre todo el material de ‘cocina’. De nada sirvió en este caso que Ana María Cameno y su marido pusieran un vigilante para proteger las instalaciones tras el soplo policial.

Sabían la investigación en la Audiencia Nacional 

Que se sabían investigados lo confirma también una agenda incautada a Artemio López Tardón. Había reflejado “datos relativos a una posible investigación judicial sobre tráfico de drogas llevada a cabo en la Audiencia  Nacional”, haciendo constar las enigmáticas anotaciones manuscritas sobre la DEA y algunos investigados que han colaborado con las autoridades. También otros escritos : “Llamadas Perú y Ecuador”,  “Diligencias  4210 Audiencia  N.”,  “Nota  Informativa.  Viene  España-  Álvaro-Colombia-DEA”, “Héctor  Morgade  EL  COCINERO*ARRANCA  DE  AHÍ-Llamada  al  Señor- DEA-GUARDIA  CIVIL-Teléfonos  pinchados-ESPAÑA  30  Teléfonos”.

La organización contaba con decenas de empresas pantalla tanto en España como en Miami para blanquear el dinero procedente de la droga. Pero además recurrían a otros métodos como el de intentar hacer creer a las autoridades que habían adquirido en 2008 un cuadro de Velázquez llamado ‘El Almuerzo’ por 24 millones (la misma cantidad que tenían escondida bajo las baldosas de la casa). Pero la supuesta obra era “una burda imitación”, según el juez.

La supuesta compradora fue una mujer norteamericana llamada Sharon Cohen, expareja sentimental del jefe de la banda, Álvaro López Tardón, detenido en 2011 en Estados Unidos y actualmente cumpliendo cadena perpetua en una cárcel de máxima seguridad en ese país. Por esa razón no volverá a ser juzgado por un delito de blanqueo por el que ya ha sido condenado. Las confesiones de esta mujer -que no está procesada- ante las autoridades americanas y españolas han resultado claves para desentrañar las actividades de la banda.

Entre otras cosas, confesó que uno de los procedimientos utilizados para el  “lavado” de los beneficios derivados de la actividad de narcotráfico: “el  traslado  físico del dinero desde España hasta Miami por parte de diversas personas en  vuelos de la Compañía Iberia”.

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