El Partido Popular poner distancia con el fiscal Manuel Moix. Ya lo hizo el miércoles el Gobierno, al conocerse sus relaciones con la empresa familiar en Panamá, de la que nada había informado a sus superiores. A Rajoy se le escapó un 'sí', al ser preguntado en Portugal si aún le apoyaba. Todo cambió en pocas horas. Moix estaba sentenciado.
"Es un hombre justo, es un gran fiscal, un excelente jurista", señalo Rafael Hernando, jefe de la bancada del PP en el Congreso. Una despedida amable para quien ha causado uno de los mayores problemas al Gobierno en las últimas horas. "Puede haber cometido errores, habers equivocado, pero no voy a hacer juicios éticos, sino tan sólo políticos y legales".
El Gobierno respira tranquilo. El ministro de Justicia, Rafael Catalá, no venía el momento de soltar lastre. Acuciado por la tormenta d episodios de corrupción que asaltan cotidianamente al PP, Catalán sufría una situación descontrolada en el seno de la Fiscalía Anticorrupción. Desaparecido el origen del conflicto, es decir, el fiscal Moix, "toca ahora elegir con sensatez a su sucesor", comentaba un diputado del PP este jueves.