"No es marketing, es una buena idea, la confianza y el deseo de conseguir algo valioso", asegura Cristina Correa a Vozpópuli. Abogada, de 38 años y del Partido Popular, esta alcaldesa del pueblo gallego de Oia en Pontevedra ha sido la primera política en España apostar por una "concejalía de la Felicidad", en línea con una recomendación que lleva tiempo haciendo la Organización de las Naciones Unidas de buscar mecanismos para incluirla en la agenda política.
"Siempre me ha gustado este tema; ayudar a la gente a valorar lo que realmente importa, los pequeños detalles. Llevábamos tiempo dándole vueltas al tema, buscamos en Google y vimos que existían ya casos, el de un pueblo de 4.000 habitantes en Italia, Ceregnano (un caso impulsado curiosamente también por un alcalde de centro derecha que consiguió así 'situar' al pueblo en el mapa mundial), y hasta el de un ministerio de la Felicidad en Bután", dice la primera edil, que aprovecha para reivindicar el fin de los estereotipos.
"Soy del PP y eso no es óbice para impulsar una iniciativa como esta, igual que no hace falta ser de izquierdas para defender a los homosexuales o nacionalista para ser galleguista como lo soy. Mucho más que un estereotipo, soy una persona", reivindica.
Al "bienestar" de las personas, precisamente, apunta la nueva concejalía, a cargo de Carmen Estévez, "una persona siempre alegre, empática, a pesar de las dificultades que le ha tocado vivir con su madre, ya fallecida".
Por felicidad entiendo disfrutar de los pequeños momentos y vivir el presente; si vivimos el pasado, nos deprimimos, y si vivimos el futuro, nos agobiamos"
Aún así, será fundamental el impulso de la primer edil, que ya en su anterior etapa impulsó una serie de documentales llamados "Memorias de Oia" que retrataba la perspectiva de cientos de vecinos del pueblo, melancólicos de un pasado paradójicamente más precario y a la vez, más feliz, donde la gente tenía más comunicación entre sí.
"La compañía, caminar por el monte, disfrutar del paisaje, estar con la familia o con gente amiga, son esos buenos momentos que tendemos a perder en el mundo de 200 kilómetros por hora que vivimos, cada vez más individualista, estresante y envidioso", dice Correa.
"De ahí surge el caracter distintivo de esta concejalía, vinculada con la finalidad que persigue. Se pueden organizar muchas actividades culturales, pero las de esta concejalía serán actividades, cursos y charlas que se centrarán en dar protagonismo a lo que importa, en ayudar a la gente a dejar de andar a 200 kilómetros por hora todo el rato y en centrarse en lo que consideramos que es la felicidad: disfrutar de los pequeños momentos y vivir el presente; si vivimos el pasado, nos deprimimos, y si vivimos el futuro, nos agobiamos".
Autoconfianza y compañía
La alcaldesa fija así como objetivos prioritarios de esta concejalía con una partida estimada de unos 20.000 euros (que podrían ser más dados incluso potenciales apoyos en forma de subvenciones) promover la "autoconfianza" en niños y adolescentes, y combatir la "soledad" en las personas mayores. En resumidas cuentas, ayudar a la gente a "gestionar mejor las emociones y la realización personal".
Se trata de ayudar a la gente a "gestionar mejor las emociones y la realización personal"
Por lo pronto, el Consistorio ha abierto un buzón de sugerencias para que los ciudadanos anoten allí esas "pequeñas acciones y detalles" que, consideran, les harían más felices. Abundan los casos de personas mayores que piden una compañía.
"Somos un pueblo pequeño y nos conocemos todos", esgrime Correa. "Creo sinceramente que es una buena idea para empezar a aplicar en ayuntamientos como el nuestro, donde sea factible esa conexión directa del Gobierno con las personas".