El Gobierno tiene estudiados "todos los escenarios posibles": que Carles Puigdemont vuelva a España, que no lo haga, que el president del Parlament de Cataluña, Roger Torrent, tras verse hoy con él en Bruselas, proponga al pleno su investidura "telémática", que la proponga "presencial"; "todos", insisten diversas fuentes del Ejecutivo consultadas por Vozpópuli, intentando transmitir la idea de que "por muchos volatines que dé, el señor Puigdemont no será presidente de la Generalitat".
Las fuentes consultadas no se refieren a la investidura, posible porque no ha sido condenado en firme, sino a que Puigdemont nunca podrá "ejercer" como tal; es decir, que si regresa a España y es encarcelado, el magistrado del Supremo Pablo Llarena puede dejarle asistir al pleno, pero no ejercer físicamente el cargo desde la cárcel. Y, de seguir en Bruselas, nunca habrá investidura "telemática" ya que se frenaría en el momento en que el Tribunal Constitucional suspendiese el pleno.
Aunque al Ejecutivo no le ha gustado que Llarena contradiga a la fiscalía y a los ministros de Justicia, Rafael Catalá, e Interior, Juan Ignacio Zoido, que llevan desde el fin de semana aireando cómo el Ministerio Público había pedido la activación de la euroorden de detención en Dinamarca, no va a abrir un frente contra el Poder Judicial para resquebrajar así la unidad de los poderes del Estado en este delicado momento.
Y es que Mariano Rajoy y el gabinete se saben en el centro del huracán porque se está extendiendo la sombra de otro escarnio como el del 1-O, cuando el Gobierno dijo que no habría referéndum pero la opinión pública percibió lo contrario.
El Gobierno se niega a "hacer cábalas" sobre las intenciones últimas del expresidente catalán: si vendrá a España para ser investido y luego seguir en prisión, o si intentará una fallida investidura "telemática"
"La obligación del Gobierno no es hacer cábalas sino preparar todos los escenarios para defender el cumplimiento de la ley con la mayor eficacia posible", insiste una de las fuentes consultadas. El Centro Nacional de Inteligencia CNI) y las Fuerzas de Seguridad, asegura, controlan los movimientos del prófugo en Bruselas y los de los cuatro exconsellers.
En este sentido se cree poco menos que imposible que el expresidente se meta "en el maletero de un coche", por usar la expresión "poco afortunada", decía anoche un alto cargo popular, que el mismo ministro Zoido ha empleado. "Si al final aparece oculto en un maletero o en un coche camuflado o como sea, el primero que lo va a padecer es él (Zoido)", señala esta fuente.
Públicamente, el Gobierno y el PP han optado por elevar el tono contra Carles Puigdemont. La vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, dijo ayer que le avergüenza que "se haya instalado en el espectáculo" desde que huyó a Bruselas y de que posea "más de artista mediático que de un político que tenga algo que ofrecer a Cataluña".